Fue en diciembre de 2020, a las puertas de las Navidades pasadas, cuando Disney, durante su Día de los Inversores, anunciaba un calendario inmenso de nuevos títulos de Marvel y Star Wars.
Ahí apareció por primera vez Rogue Squadron, dirigida por Patty Jenkins, que iba a ser las primera película de la franquicia dirigida por una mujer. También una película a cargo de Taika Waititi o A Droid Story, una aventura con los droides más queridos de la galaxia.
En el apartado de las series, en esa misma cita de hace ahora casi un año también vimos la primera imagen de la serie de Obi Wan, se anunció The Bad Batch, Rangers of the New Republic, la serie de Ahsoka, la de Andor, Visions y Lando. Parecía el equilibrio perfecto entre reflotar la franquicia en el cine tras el agridulce resultado de la última trilogía y avivar con más estrenos y contenidos Disney Plus.
De todos estos estrenos, todas las series se han mantenido en su calendario, The Bad Batch y Visions ya se pueden ver en Disney Plus, a la que se sumará en unas semanas El Libro de Boba Fett, anunciado por sorpresa al final de la segunda temporada de The Mandalorian, el caballo ganador que ha hecho de punta de lanza en las suscripciones al servicios de streaming de Disney. Solo Rangers of the New Republic parece haberse caído en el apartado de series tras la polémica en torno a la actriz que interpretaba a Cara Dune, Gina Carano, que dijo en Twitter que ser republicana hoy en día con ser judía durante el Holocausto
Sin embargo, en lo que respecta a las películas, Rogue Squadron anunció hace unos días que postergaba su fecha de estreno más allá de 2023; no se sabe apenas nada de la de Waititi, y tampoco del proyecto de Kevin Feige venido desde Marvel que se rumoreó que podría estar dirigido por Chloe Zhao. Que nadie pregunte por la supuesta trilogía de Rian Johnson, absorbido por sus compromisos con Netflix, ni por la que también se anunció a cargo de J. D. Dillard.
Según la última actualización de estrenos en el cine de Disney —que retrasó algunos proyectos de Marvel—, donde se planeaba un horizonte de estrenos hasta 2028 entre todas las marcas de la compañía, se planeaba dos películas de Star Wars por definir que deberían llegar a finales de 2025 y 2027 y que antes estaban previstas para 2024 y 2026. ¿Cuáles serán? Esa es una gran incógnita.
El hecho mismo de que el proyecto de Obi-Wan haya pasado de ser una película a una serie es distintivo. Y más aún que durante el pasado Disney Plus Day celebrado la semana pasada, entre decenas de anuncios, solo se colaran algunas imágenes de esta serie y un nuevo documental como novedad.
¿Por qué no vimos ninguna novedad?
¿Hacia dónde va la estrategia de Disney con respecto al cine?
Los fans de Star Wars esperaban con impaciencia el Día de Disney Plus, suponiendo que en él se presentarían nuevos avances de próximas series como la de Boba Fett, Ahsoka, The Acolyte o la tercera temporada de The Mandalorian. Pero eso, como decimos, no ocurrió.
Mientras que Marvel recapituló sus próximas series convarios avances, en Star Wars había completo silencio.
Por todos los problemas de producción antes relatados en lo que respecta a películas, es fácil interpretar el silencio de Lucasfilm durante el Día de Disney Plus como un esfuerzo por no tentar a la suerte anunciando proyectos adicionales.
Según los últimos rumores todavía no confirmados, Lucasfilm ha renovado el contrato de la presidenta Kathleen Kennedy hasta 2024, por lo que al menos en la cúpula parece que habrá continuidad, para lo bueno y para lo malo. Kennedy, con un poder de decisión aparentemente menguante, es tanto la que ha llevado las riendas de la última trilogía desde el punto de vista de los despachos como de dar mayor peso en los guiones a Dave Filoni.
De las películas de 'Star Wars' a las series de 'Star Wars'
Hay puntos a favor en crítica, inversión y retorno en la taquilla que amparan este camino hacia la televisión en streaming.
Los últimos Jedi y El ascenso de Skywalker no gustaron a la crítica y confundieron a los seguidores con sus giros y regresos continuos a la casilla de salida. Se mire por dónde se mire, no fueron películas redondas y trajeron problemas de producción heredados para Disney. Y en cuanto a las películas de antología, Solo: Una historia de Star Wars, también dejó demasiadas heridas abiertas.
Quizá si Solo, en 2018, hubiera sido una solo (perdón por la redundancia) una serie de televisión, las expectativas se habrían reducido.
Esta hipótesis funciona al revés. Imaginemos The Mandalorian en cines: ¿habría sido Baby Yoda un nuevo fenómeno Jar Jar Binks? Aquí el medio puede ser una gran diferencia, y es que el streaming abre a un público mucho más amplio y diluye las críticas del fandom más entregado, el que va a las primeras sesiones de cine y expande las primeras críticas.
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Las películas tienden a ser grandes eventos culturales, lo que significa cumplir al menos el expediente y superar a la anterior. En las series, esa introducción puede ser más relajada, y contar con presupuestos más marcados que se pueden concentrar en una temporada sin riesgo de hipotecar el futuro completo de la franquicia. Incluso grandes momentos como el del final de temporada en The Mandalorian, con el cameo de Luke Skywalker pueden resonar mejor porque eran completamente inesperados. Algo que la última trilogía, tan presivible, no tuvo en nada.
Esta idea no es nueva. Las series animadas de Star Wars, como The Clone Wars, tuvieron éxito porque lo que estaba en juego era menor, tanto en lo que respecta a la trama como a la cultura que rodea la saga. Visions también ha conseguido crear un producto válido sin trastocar nada.
En el fondo, la versión original de George Lucas ya dividía sus películas en Episodios. Ahora quizá sea el tiempo de acostumbrarnos del todo, sin que el comienzo de Hace mucho, mucho tiempo… signifique una continuación directa más allá de con el capítulo anterior.