El USB-C es un estándar ampliamente utilizado. Y no solo porque la Unión Europea quiera hacerlo obligatorio para todos los dispositivos electrónicos de uso personal, también por su amplia adopción. No obstante, el USB-C no está exento de problemas. El conector es más que un conector, valga la redundancia, y alberga diferentes tipos de protocolos.
Por ello, los usuarios se encuentran con conectores y cables USB-C solo de carga, de tipo USB 3.0, USB 4.0, solo de datos, mixtos, con conexiones Thunderbolt integradas, con salidas de vídeo, ethernet, o todo a la vez... E incluso de energía de hasta 240 vatios.
Esto complica un poco diferenciar y tener claro para qué se puede usar cada cable. En este contexto, la USB-IF, la autoridad que regular el conector y sus estándares, ha anunciado que va a poner en marcha un etiquetado especial para hacerle la vida más fácil al usuario.
Un etiquetado común para todos los USB-C
Los nuevos logotipos indicarán claramente la compatibilidad con los 240 W, los 40 Gbps de transferencia de datos o ambos. Estas capacidades llegan de la mano de protocolos como USB 4, USB Power Delivery 3.1 y la especificación 2.1 del puerto USB-C.
El organismo todavía no ha anunciado cuándo empezarán a hacer obligatorias estas nuevas clasificaciones en el packaging de los productos. Sin embargo, sí afirma que que será obligatorio para todos los fabricantes de cables o cargadores USB-C certificados por la USB IF.
Aunque todo lo relacionado con USB-C sigue siendo un poco confuso, estos nuevos logos son una gran noticia para los usuarios y para el conjunto de la industria, sobre todo dada la variedad de protocolos y perfiles energéticos que puede albergar un cable USB-C. Y en especial, para hacerle la vida más fácil al consumidor ahora que el tipo C es el estándar de toda la industria tecnológica.