En un país como España, recorrido por multitud de festivales de cine y con cada vez más producciones pero que carece de una industria como tal —al menos, en el sentido de los grandes realizadores que exportan a las taquillas internacionales, desde Hollywood y Reino Unido hasta Canadá y Francia—, necesitamos iniciativas como La Incubadora, un “programa de desarrollo de largometrajes” para “productores, directores y guionistas emergentes” que residen en España “a través de mentorías, workshops y financiación de cinco proyectos” en la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM).

Forma parte de The Screen, departamento con el profesor y cineasta Rafael Alberola (Los inocentes) a la cabeza que sirve de “impulso de la producción audiovisual, el fomento del talento” naciente, “la dinamización” de este tejido y el acompañamiento y respaldo para “profesionales del sector en su recorrido laboral y creativo”. El encuentro y la formación y guía de trabajadores del séptimo arte, más allá de los estudios de la institución, es algo que se agradece.

Según le ha contado el propio Rafael Alberola a Hipertextual, la idea para poner en marcha un sistema de apoyo como el de La Incubadora surgió pensando en que, mientras ya hay más que suficientes que se enfocan en los directores y los guionistas, no podemos decir otro tanto respecto a este tipo de oportunidades para los productores, una figura a la que no se atiende mucho en enseñanza, orientación y estímulo de contactos para que una película llegue a buen puerto.

La Incubadora de la ECAM y las oportunidades del cine español

incubadora ecam el páramo david casademunt netflix
'Ane' - TVE

No obstante, que la iniciativa en este “puente entre la ECAM y la industria audiovisual europea” incluya a esta categoría no supone ningún menoscabo para escritores y cineastas porque no se les desampara aquí. Por supuesto, y como no podía ser de otra manera, lo que consigue que se llegue al montaje definitivo de una obra cinematográfica y que se exhiba en festivales varios y cines comerciales es la colaboración entre ellos. Y la ayuda de planes ambiciosos como los de La Incubadora, claro, que ahora convoca su quinta edición.

De 250 proyectos de largometraje que se presentaron para la cuarta, Rafael Alberola nos explica que solo cinco siguieron adelante; lo que puede darnos una idea del cupo habitual y el nivel de exigencia en The Screen. Y, a tenor de los resultados, no han sido elegidos con mal criterio. Uno puede recordar La inocencia (Lucía Alemany, 2019), estrenada en el Festival de San Sebastián y con sendas nominaciones a los Premios Goya; o Ane (David Pérez Sañudo, 2020), galardonada con los de mejor actriz para Patricia López Arnaiz (Mientras dure la guerra), actriz revelación para Jone Laspiur (Maixabel) y guion adaptado para Marina Parés (Au Pair) y el propio director (Tiempos muertos).

También, la reciente Josefina (Javier Marco, 2021), participada por Televisión Española y de próximo lanzamiento. El páramo (David Casademunt, 2021), que compite en el Festival de Sitges con Netflix, ha salido igualmente de la Incubadora de la ECAM. Como Espíritu sagrado (Chema García Ibarra, 2021), participante el pasado mes de agosto en el Festival de Locarno, donde cosechó mayoritarias buenas críticas. Habiendo tenido a Borja Cobeaga (Fe de etarras) y a Paco Plaza (Verónica) de mentores en la última edición, por lo que el realizador ilicitano nos asegura que está muy satisfecho.

Mentores para los productores de cine

incubadora ecam el páramo david casademunt netflix
'Espíritu sagrado' - Jaibo

Por oro lado, además de Cinco lobitos, que ha terminado su rodaje, y 20.000 especies de abejas (Alauda Ruiz de Azúa, Estíbaliz Urresola, 2022), que aún no lo ha comenzado, debemos hablar de El cuerno del centeno (Jaione Camborda, 2022), producida por Andrea Vázquez (Lo que arde), quien nos cuenta que los encuentros en Incubadora “son con profesionales de primer nivel y gente que está trabajando en el presente, y hablas de temas muy vivos, de situaciones que se están viviendo ahora”.

Además, la criba beneficia a los productores que participan. “Al elegir solo cinco proyectos, en las clases estamos solo las cinco productoras y se crea un clima de intimidad, cercanía y confianza que es muy rico”, expone; “también con los que imparten las diferentes materias”, que tienen perfiles muy variados. Y remata así: “La Incubadora funciona muy bien porque te sitúa en la realidad de la producción en España”.

Esta iniciativa de la ECAM da acceso a compradores de contenidos como Movistar Plus, Amazon Prime Video, A3Media, Telemadrid o, sí, Netflix y Televisión Española; y, para presentarse, el proyecto de película debe estar muy avanzado; y sus responsables directos, saber cómo se rueda y desear realizar su primer, segundo o tercer largo; lo que el equipo de Andrea Vázquez cumplía sin problemas porque la directora, por ejemplo, solo había estrenado antes Arima (2019). Con tales antecedentes, habrá que prestarle atención a las obras que salgan de la quinta y de las siguientes ediciones.

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