Empieza como una conversación entre amigos en una terraza pero en realidad engloba mucho más. ¿Hasta qué punto TikTok es bueno o malo? No hay día en el que no veamos un reel de la red social favorita de la Generación Z, aunque sea motivo de división. Por un lado, los retos virales que hasta pueden llegar a poner en peligro la salud de los tiktokers. Por el otro, el altavoz para visibilizar movimientos sociales. Podríamos poner ejemplos muy parecidos para otras plataformas como Instagram y Twitter. Pero últimamente el debate se centra sobre todo en TikTok. ¿La estamos tomando con esta red social?
La pandemia fue lo que acabó coronando el éxito de TikTok. En marzo de 2020, cuando empezó el confinamiento en España y el coronavirus se reconoció como una pandemia mundial, 115,2 millones de personas se descargaron la aplicación. En 2021, la plataforma tiene más de 800 millones de usuarios, más del 41% entre los 16 y los 24 años. "TikTok tiene un target muy específico, el de la Generación Z, más que los millennials, que están más en Instagram", explicó a Hipertextual María García-Quintana, emprendedora digital y experta en redes sociales y nuevas tecnologías de la Universidad a Distancia de Madrid (Udima). Sin embargo, añadió que durante la pandemia los usuarios se han diversificado mucho y que muchos más millennials se han unido a la red social.
Aunque no son el público objetivo de los retos virales. La clave del éxito de TikTok empezó con los vídeos cortos, un formato que ha copiado Instagram –"al final, todas las redes se copian entre ellas", dice García-Quintana– y que ha tenido su máxima expresión en los retos que han seguido millones de tiktokers. Empezaron con bailes durante el confinamiento pero han acabado teniendo su lado negativo.
De accidentes a bailes en el Prado
Un capítulo de la historia de Tiktok tiene muchos malos recuerdos, como el accidente que provocó en Bizkaia el reto viral que consiste en ir grabando a una persona y empujarla para que se choque con un desconocido. Una joven, al ser empujada, llegó hasta la carretera, donde fue atropellada por un coche. Por suerte, no perdió la vida, pero el reto viral fue foco de críticas. No es la primera vez. También ocurrió cuando un viral de Tiktok afirmaba que limpiarse los dientes con Don Limpio es la mejor manera de blanquearlos. O que a las mujeres les crecen los pechos al ponerse la vacuna contra el coronavirus.
En las conversaciones de terraza sobre las bondades y maldades de TikTok, las críticas a los tiktokers son comunes. Porque todo adolescente ha podido hacer cosas sin sentido, pero algunos dicen que antes al menos no se colgaban en redes sociales. El Museo del Prado puso de nuevo este debate sobre la mesa, como no, por un reto viral. En este caso, consiste en grabar vídeos delante de las obras de arte. En algunos casos, bailando reggaeton con el David de Miguel Ángel de fondo.
En otros, imitando las poses de los protagonistas de algunas de las obras más importantes del Museo.
La edad importa para los tiktokers
El debate generacional está servido. Por un lado, algunos usuarios lo ven como una falta de respeto hacia el arte, mientras que otros interpretan que es una manera de que los jóvenes se interesen por la cultura. Para algunos millennials, o simplemente que han pasado la fase adolescente, puede resultar "absurdo" ver el contenido que suben los tiktokters, aunque la clave está en ver esas lógicas de consumo desde las perspectivas de las personas que lo consumen. Así opina Mariano Urraco, profesor de Sociología en la Udima, quien señaló que no solo podemos quedarnos en que Tiktok es bailes y retos virales para que los adolescentes se mantengan entretenidos con cosas improductivas. "Hay que entenderlo en términos más amplios. Analizar qué encaje tiene en la sociedad, y qué espacios les estamos dejando a los adolescentes para manifestarse, para hacerse ver o darles voz", indicó.
"Tenemos que pensar si TikTok es su espacio en la sociedad. Al final este espacio es la parte de atrás de la plaza pública dentro de lo que sería el conjunto de la sociedad".
Mariano Urraco
Sin embargo, el debate generacional no es nuevo. Urraco recordó para Hipertextual que hasta los griegos ya discutían sobre los comportamientos de los más jóvenes. "Es un clásico de la sociedad, cada generación critica lo anterior. Los que ahora son tiktokers criticarán cuando tengan 30 años lo que los jóvenes hagan en ese momento. Siempre perdemos de vista cómo éramos cuando éramos jóvenes, o mejor dicho, cómo nos veían los mayores", dijo.
La 'sexualización' de TikTok
El algoritmo de TikTok es muy poderoso. No es una sorpresa hablar con un chico que se encuentre diariamente con vídeos de chicas bailando, seguramente en bikini o ropa interior. Aunque no haya buscado previamente esos vídeos, o ni siquiera tenga una cuenta en la red social y entre sin estar registrado. Pero la plataforma sabe que detrás de la pantalla hay un hombre y que este tipo de contenido es uno de los más vistos.
No son pocos los críticos de esta "hipersexualización", sobre todo del cuerpo de la mujer, en TikTok. Pero al fin y al cabo, este problema no existe solamente en TikTok, es un debate dentro de la sociedad. "Está encima de la mesa y lo vemos todos los días. Estamos en una sociedad hipersexualizada que viene sobre todo de Estados Unidos", subrayó María García-Quintana. También de países de Latinoamérica, donde muchos de ellos tienen Estados Unidos como referencia cultural. Y, al final, todo el contenido creado en Estados Unidos llega al resto del mundo en cuestión de segundos.
En España no estamos exentos. Naim Darrechi es el tiktoker que dijo en un vídeo que les decía a las chicas que era estéril para no ponerse un condón durante las relaciones sexuales. El Gobierno de Baleares, de dónde procede Darrechi, no tardó en posicionarse y denunció al tiktoker por sus palabras.
Del lado de TikTok, las normas de la comunidad son claras: no permiten el extremismo, ni la incitación a la violencia, vídeos de suicidios y autolesiones, o promoción del uso de las armas. Respecto al contenido sexual, prohiben los desnudos y los vídeos de actos sexuales. Aunque también estas normas son motivo de críticas. La influencer Laura Escanes denunció en su cuenta de Instagram que TikTok cerró su cuenta durante unos días por un vídeo en el que aparecía bailando. "No sé, por incumplir las normas, cuando lo que estoy haciendo son 'trends' de bailes. Y luego ves cada cosa en TikTok... Y me bloquean a mí la cuenta por cuatro bailes tontos".
Los tiktokers como herramienta de difusión
Pero, mientras que TikTok es amada por muchos y odiado por otros, su impacto social crece cada día. Seguramente no haya actualmente una mejor manera de difundir los ideales de un movimiento o de denunciar una injusticia que a través de la plataforma. Ya lo demostró con el apoyo a Black Lives Matter en Estados Unidos o a la comunidad LGBTQ. Y, por supuesto, en la crisis del coronavirus.
También aquí reina la división por reels que difunden bulos o que animan a no vacunarse contra el coronavirus. Pero TikTok ha sido la red social de la pandemia, y no solo para animar a los tiktokers y fomentar su creatividad mientras estaban encerrados en casa. Cientos de sanitarios han compartido vídeos de su vida diaria y explicaciones sobre el virus, así como consejos sanitarios. También ha sido un altavoz para la campaña en vacunación, sobre todo en países con un alto número de antivacunas.
En Estados Unidos, la Casa Blanca ha tirado incluso de TikTok para promover la vacunación entre los jóvenes de 12 a 18 años. Este grupo de edad tiene la tasa de vacunación más baja del país y el gobierno de Joe Biden ha decidido contar con los tiktokers para que publiquen vídeos sobre las vacunas del coronavirus que lleguen a la población más joven.
Además, TikTok se ha convertido en el espacio para que ciertos colectivos expresen sus miedos y compartan consejos. Un artículo de The New York Times expuso cómo las stripers utilizan TikTok para intercambiar consejos profesionales y recomendaciones de seguridad. Bajo el hashtag #Striptok, han ayudado, por ejemplo, a bailarinas jóvenes con consejos como que un guardaespaldas las acompañe a las despedidas de soltero para mantener su seguridad. De nuevo, el cuerpo de la mujer y el sexo tiene un papel importante en la red social, aunque en este caso sea para intentar aumentar la seguridad del colectivo.
El Instagram del futuro
A TikTok le queda recorrido. Para Mariano Urraco, su clave del éxito es que para los más jóvenes, estar dentro de esta red social es una manera de pertenecer a un grupo. "Este sentimiento está muy exacerbado para los adolescentes, el hecho de sentirse integrados. Para los que son más mayores, por ejemplo 30 años, todo esto pierde bastante importancia", comentó a Hipertextual. "Esto es muy bien utilizado por TikTok por la arquitectura de los retos virales, ese ‘no te quedes fuera, participa'", añadió.
María García-Quintana opinó que un aspecto interesante para investigar sería por qué los humanos queremos hacer ver a los demás que somos mejores de los que realmente somos. Y qué mejor manera de aparentar que las redes sociales. "Los que crearon las redes sociales nunca se imaginaron el ego de los usuarios", dijo García-Quintana.
Pero junto a este ego se fundó también ese sentimiento de comunidad. García-Quintaba explicó que un programa de televisión mejora si se complementa con Twitter, con los comentarios en directo de la gente que lo está viendo. "Como no va a ser TikTok una revolución. Si hay millones de usuarios haciendo contenido, eso va a ser una bomba de relojería", dijo.
Pero entonces ¿TikTok es buena o mala? María García-Quintana hace referencia a una de las conclusiones del documental de Netflix El dilema de las redes sociales, en el que se expone que "no son buenas ni malas, la clave está en su utilización".
Los tiktokers no van a dejar de usarla. Al menos hasta que pase de moda y otra nueva red social con un nuevo formato conquiste a los jóvenes. Quizá para entonces, los ahora adolescentes vean, como millennials, el contenido de la nueva plataforma absurdo y sin sentido. Y TikTok sería lo que ahora es Instagram para los millennials.