La NASA confía en SpaceX, la compañía de Elon Musk, para muchas de sus misiones. Incluidas las relacionadas con el Programa Artemisa. Y eso pone nerviosa a la competencia directa, entre ellas Blue Origin, la empresa del anterior CEO de Amazon, Jeff Bezos. Los dos fundadores de las compañías aeroespaciales son millonarios; ya que ahora la carrera espacial se ha trasladado al ámbito privado. Sí, es privada; pero con ayudas públicas, ya que es la NASA la que ha financiado (y sigue haciéndolo) a las compañías. De hecho, Blue Origin ha decidido ahora presentar otra demanda para "conseguir parte del contrato lunar de la NASA", según ha informado The Washington Post.
Para entender por qué Blue Origin demanda al Gobierno de Estados Unidos hay que echar un vistazo a 2019. Ese año varias empresas que participaban en la nueva carrera espacial privada se unieron para poder disfrutar de un contrato de la NASA. Blue Origin aunó a Lockheed Martin, Northrop Grumman y Draper para intentar ganar parte del contrato. Cada una de las empresas aportaría algo al proyecto y todas podrían beneficiarse del dinero de la NASA. De hecho, la agencia espacial había anunciado que dos empresas se llevarían el contrato. Por supuesto, SpaceX iba a ser una de las empresas. Y con la unión de las otras cuatro, Blue Origin esperaba que su proyecto fuese el segundo elegido.
Sin embargo, cuando tocó anunciar quién se llevaría la financiación, la NASA solo habló de un ganador. SpaceX se llevó el contrato de 2.900 millones de dólares (unos 2.464 millones de euros) para desarrollar el Sistema de Aterrizaje Humano.
En principio, con esta concesión de la NASA, SpaceX se convertirá en la primera empresa privada en llevar una nave a la Luna desde la última misión Apolo en 1972. Y sin ningún tipo de competencia directa porque la misión ya estaría adjudicada para la empresa de Musk. Por eso, en su demanda, Blue Origin apunta: "Creemos firmemente que los problemas identificados en esta adquisición y sus resultados deben ser abordados para restaurar la equidad, crear competencia y garantizar un retorno seguro a la Luna para Estados Unidos".
Por el momento, la NASA ha explicado que no hubo una segunda empresa debido a la falta de dinero, señalan desde The Wahington Post. Sin embargo, también afirman que la competencia se mantendrá abierta para futuros alunizajes, ya que esperan que el Programa Artemisa sea fructífero.
El Programa Artemisa a la Luna
Desarrollar el Programa Artemisa para que la NASA vuelva a la Luna no está siendo nada fácil. Sobre todo porque ahora no solo se ocupa la agencia espacial estadounidense sino que ha financiado a empresas privadas, como SpaceX o Blue Origin, el desarrollo de ciertas partes de la misión. La más beneficiadas de todas ellas es, sin duda y como hemos visto, la compañía de Elon Musk. Gracias, en buena medida, a la financiación de la NASA han podido desarrollar su cohete reutilizable.
Las misiones Artemisa llevarán a la primera mujer a la Luna y, además, se desarrollarán a lo largo de esta década. Nuestro satélite será como un campo de entrenamiento para que los astronautas, las empresas privadas y las agencias espaciales preparen el futuro de la exploración espacial: Marte. Por eso todo el mundo quiere un trozo del pastel.
No sabemos si llegaremos en 2030 al planeta rojo, aunque los más optimistas piensan que sí. Pero lo que sí está claro es que la maquinaria funciona marchas forzadas para volver a la Luna. Y eso significa que la competencia entre las diferentes empresas privadas se va a recrudecer. Todas querrán el dinero, pero sobre todo la gloria de ser las primeras en alunizar. Por ahora, SpaceX lleva ventaja; pero un tribunal tendrán que decidir si esto sigue siendo así, porque Blue Origin no se va a detener.