Este verano, buena parte del hemisferio norte está sufriendo las sacudidas de intensas olas de calor. Incendios, fallecidos y facturas eléctricas desorbitadas son algunas de las consecuencias de algo que no ha hecho más que empezar. Por culpa del cambio climático, estos eventos extremos han entrado de lleno en lugares en los que no son habituales, como Canadá. Ahora, del mismo modo que su caso nos llamó la atención, preocupa la ola de calor en Reino Unido, que ha llevado por primera vez en la historia de este país a emitir a la población una advertencia por calor extremo.

Cabe destacar que eso no significa que vaya a sufrir las temperaturas más altas jamás alcanzadas. En primer lugar, porque la autoridad que emite dicha alarma, su oficina meteorológica, solo tiene 167 años de antigüedad. Y, en segundo lugar, porque los parámetros empleados para diseñar este tipo de alertas se cambiaron en el último año.

No obstante, lo que ocurrirá en los próximos días en Reino Unido no deja de ser un fenómeno extremo. Tanto, que podría poner en peligro la vida de muchos británicos, como pasó con los canadienses y estadounidenses hace unas semanas.

Una agobiante ola de calor en Reino Unido

Durante la ola de calor en Reino Unido, en gran parte de Gales, así como en el sur, el centro y el oeste de Inglaterra, se podrán alcanzar temperaturas de hasta 33ºC. Esto puede parecernos poco en España, teniendo en cuenta que durante nuestra propia ola de calor se han rebasado con creces los 40ºC en muchos lugares. Incluso en países tan fríos como Canadá llegaron muy cerca de los 50ºC.

La ola de calor se dará principalmente en Gales y el sur, el centro y el oeste de Inglaterra

Sin embargo, no es algo habitual en Reino Unido. Ya el año pasado tuvo lugar un evento parecido, que terminó con la muerte estimada de 2.500 personas por causas relacionadas con el calor.

No es un lugar cuyos habitantes estén acostumbrados al calor, por lo que estas situaciones pueden acabar con muchas víctimas si no se les lanzan los avisos pertinentes. Hasta ahora, estos los emitía su departamento de Salud Pública e iban dirigidos solo a los sanitarios, para que estuviesen atentos y supieran cómo proteger a las personas vulnerables. El resto de la población no recibía ninguna alerta; por lo que, en muchos casos, seguía actuando con normalidad. Este parece ser uno de los motivos por los que hubo tantas muertes el año pasado. Por eso, con esta nueva ola de calor en Reino Unido se han tomado medidas diferentes. Por primera vez, se ha lanzado una alerta en ámbar de riesgo por calor extremo. 

El problema, según ha explicado en The Conversation Chloe Brimicombe, una científica experta en Cambio Climático, es que no se utilizan las mediciones más adecuadas.

Concretamente, parece ser que la Oficina Meteorológica se basa solo en las temperaturas, sin tener en cuenta otros factores que influyen en el calor, como “la humedad relativa, la velocidad del viento o la cantidad de sol”. Teniendo este único dato en cuenta, la alerta se emite si se calcula que se superará con una probabilidad del 70% el umbral de calor promedio establecido para cada región en veranos anteriores. Con este recién estrenado protocolo, la nueva ola de calor en Reino Unido ha obligado a lanzar esa primera alerta; que, por desgracia, no parece que vaya a ser la última. 

¿Qué debemos hacer ante una ola de calor?

La población ya sabe que deberá tener precaución durante esta ola de calor en Reino Unido.

Las medidas, con las que estamos mucho más familiarizados en otros países, pasan por mantenernos hidratados o evitar salir al exterior en las horas centrales del día. También por mantener los lugares cerrados ventilados y, en la medida de lo posible, fríos. 

Por desgracia, el precio de la luz impide a muchas familias poder usar el aire acondicionado todo lo que deberían. Por eso, se puede optar por mojar los pies con agua fría o darse duchas templadas. Tampoco son buenos los cambios bruscos de temperatura, pues una ducha muy fría cuando venimos de la calle, a 40ºC, puede provocarnos lo que erróneamente se conoce como corte de digestión. 

Y, finalmente, debemos prestar especial atención a personas vulnerables, como embarazadas, bebés o ancianos. Estos dos últimos podrían no ser conscientes cuando tengan sed, por lo que nos debemos ocupar de que beban suficiente agua. 

Consecuencias del cambio climático

En 1972, un equipo de científicos del MIT utilizó un modelo informático para calcular los derroteros que tomaría nuestro planeta a medida que se desarrollara económicamente. 

Hace 50 años se predijo que si no se tomaban medidas en el siglo XXI viviríamos una desestabilización del planeta, marcada por el cambio climático y la escasez de recursos

En él, se establecía que para que en el siglo XXI pudiéramos disponer de un “mundo estabilizado” sería necesario cambiar drásticamente las prioridades y los valores sociales. El crecimiento económico debería ir acompañado por la preocupación por el medio ambiente. Si no, experimentaríamos escasez de alimentos y una caída en el bienestar humano. Se produciría, por lo tanto, un colapso marcado por el agotamiento de los recursos naturales y el cambio climático.

Todo aquello sonaba bastante apocalíptico y quizás un tanto exagerado para aquella época. El problema es que los modelos actuales apoyan que sus cálculos podrían tener razón. Ya estamos de lleno en el siglo XXI y no se tomaron a tiempo las medidas suficientes.

Las primeras consecuencias están llegando de la mano del cambio climático. La ola de calor en Reino Unido, así como las de Estados Unidos, Canadá y España, son buenos ejemplos. Pero en la última década también hemos visto funerales en conmemoración de glaciares desaparecidos, especies extintas por el calentamiento global o enfermedades tropicales extendidas mucho más allá de los lugares en los que son habituales. Ese siglo marcado por el desastre ya ha llegado. Podemos intentar dar un paso atrás, pero algunas consecuencias ya han caído de lleno sobre nosotros.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: