Un equipo de científicos de la Universidad de Pennsylvania ha logrado revertir la obesidad en ratones haciéndoles sudar grasa

En realidad, según cuentan en el estudio que acaban de publicar en Science, no era este su objetivo inicial. Pretendían usar unas proteínas llamadas citoquinas TSLP para prevenir algunos efectos perjudiciales de la obesidad en ratones. Por ejemplo, la resistencia a la insulina.

Sin embargo, cuando lo hicieron observaron que también estaban perdiendo peso. Y que lo hacían liberando grasa a través de la piel. Es pronto para saber si este hallazgo podría extrapolarse a humanos, pero estos científicos ya están manos a la obra para comprobarlo. Si descubren que sí, podrían estar sentando las bases para un tratamiento muy interesante contra la obesidad.

¿Qué son las citoquinas y cómo intervienen en la obesidad en ratones?

Las citoquinas son proteínas que actúan como mensajeras entre células. Son secretadas por unas, para unirse a los receptores de otras, enviando así las señales que les permiten comunicarse entre ellas. 

Las citoquinas son proteínas que facilitan la comunicación entre células

Muchas de ellas tienen un papel muy importante en el sistema inmunitario, reclutando o inhibiendo la función de sus diferentes componentes a medida que vayan siendo necesarios.

En este estudio concreto, se analizó el papel de una citoquina llamada linfopoyetina del estroma tímico (TSLP). Su papel principal es facilitar la maduración de los linfocitos T, aunque puede tener otras funciones. De hecho, se ha detectado a niveles elevados en enfermedades como la dermatitis atópica o el asma bronquial.

Los responsables de esta investigación sabían que también está involucrada en la comunicación entre células que regulan el metabolismo energético. Por eso, pensaron que podría ayudar a revertir algunos de los efectos dañinos de la obesidad en ratones. Al menos fue con estos animales con los que decidieron empezar sus estudios.

Un adelgazamiento inesperado

Inicialmente estos científicos pensaban que el tratamiento con TSLP podría ayudar a tratar la resistencia a la insulina. 

Al principios solo querían comprobar si podían prevenir la diabetes tipo 2

Este es un fenómeno que se da cuando las células adiposas, de los músculos o el hígado dejan de responder eficazmente a la insulina y, por lo tanto, no son capaces de absorber la glucosa, que se termina acumulando en la sangre. Para que esto no ocurra, el páncreas secreta más insulina, pero la resistencia se va haciendo cada vez mayor.

Esto es algo común en personas obesas y puede ser el paso previo al desarrollo de enfermedades como la diabetes tipo 2. 

Para estudiar si TSLP podría ayudar a prevenir este efecto de la obesidad en ratones, inyectaron a un grupo de roedores obesos un vector viral que provocaría un aumento controlado de los niveles de dicha citoquina en sus cuerpos. 

Cuatro semanas después, vieron que habían prevenido la diabetes tipo 2, pues se redujeron los niveles de glucosa en ayunas, así como la necesidad de insulina. Pero eso no fue todo, también vieron una reducción muy notable de peso en ratones que se alimentaban con una dieta rica en grasas. Incluso comprobaron que se había dado una reducción de la grasa visceral. Como su propio nombre indica, esta es la grasa que se acumula en torno a órganos abdominales, como el hígado. Puede aumentar el riesgo de diabetes, pero también de otras enfermedades, especialmente las relacionadas con el sistema cardiovascular.

Sudando grasa para revertir la obesidad en ratones

Inicialmente estos científicos pensaron que los ratones tratados con la citoquina podrían sentirse enfermos y estar perdiendo el apetito. Sin embargo, al compararlos con aquellos que no habían recibido esta proteína, vieron que incluso comían más. ¿Qué estaba pasando entonces? La respuesta llegó cuando los miraron a la luz. 

Los ratones que se habían tratado con la citoquina brillaban a la luz por la grasa acumulada en su pelaje

En declaraciones recogidas por Medicalxpress, el autor principal del estudio, Taku Kambayashi, explicó que al observar a los roedores vio cómo su pelo brillaba a la luz. De hecho, de este modo podía reconocer fácilmente a los que se habían tratado con la citoquina. 

Después comprobó que, en realidad, el pelo brillaba porque estaba grasiento. ¿Podría estar revirtiéndose la obesidad en ratones por la pérdida de grasa?

Para responder a esta pregunta, decidieron afeitarlos y analizar su pelo. Así, vieron que, efectivamente, en él había lípidos característicos del sebo. El sebo es una sustancia calóricamente densa que se produce en células presentes en las glándulas sebáceas para formas la barrera dérmica. Por lo tanto, la obesidad en ratones se revertía porque los animales estaban liberando grasa a través de la piel, como si de sudor se tratase. 

¿Funcionaría en humanos?

El último paso que estos científicos relatan en su estudio fue comprobar si esto podría ir más allá de tratar la obesidad en ratones. ¿Serviría también en humanos?

Para saberlo, analizaron una base de datos genética en busca de genes vinculados a las glándulas sebáceas en humanos. Esto les permitió comprobar que la expresión de TSLP estaba vinculada a la de dichas glándulas. Es decir, que se daban las instrucciones para la fabricación de ambos conjuntamente. 

Por lo tanto, sí que existe la posibilidad de que este tratamiento para tratar la obesidad en ratones sirva también en humanos. No obstante, para saberlo con certeza sería necesario llevar a cabo unos ensayos clínicos que ni siquiera han comenzado. Ahora sabemos que los ratones pueden sudar grasa si se les da un empujoncito. Es un descubrimiento más que interesante, pero lo demás tendrá que esperar bastante todavía.