Entre las novedades de ser padre o madre se encuentra entender cómo funciona el mundo de la nutrición infantil. Porque, llegado el momento, los padres tendrán que enfrentarse a muchas novedades tras la lactancia: introducción de alimentos, incluidos los alérgenos; decidir si hacer purés o comprar potitos o papillas; por ejemplo. Pero, ¿cómo de sanos son los potitos o papillas industriales? Y lo más importante, si no tenemos tiempo para hacerlos nosotros, ¿hay alguna alternativa que pueda ser saludable para mi bebé?
Hay que empezar explicando que desde hace años el uso del azúcar en los potitos está regulado por ley. Es decir, no se pueden usar azúcares añadidos en estos alimentos para bebés. Es una gran noticia, ya que sabemos que los azúcares añadidos no son buenos para nadie, ni para ellos ni para los adultos. Sin embargo, esto no significa que los potitos o las papillas para bebés no lleven azúcar. De hecho, sabemos que las frutas, las verduras y los cereales tienen su propio azúcar.
Eso no quiere decir que no sea saludable, pero la presentación siempre es importante: "Muchas veces miramos los ingredientes de todas estas papillas y vemos: agua, cereal, almidón y patata", cuenta a Hipertextual Elena Toledano, nutricionista y dietista de ROOTS Mindfoodness. "Esta no es una forma adecuada sino que tenemos que empezar a incluir alimentos naturales como pueden ser la carne, las verduras o las legumbres". "Al final utilizan la patata y el agua para abaratar costes", añade.
Los ingredientes de los potitos, un punto clave
Por tanto, no todo es el azúcar en sino que otros alimentos también pueden hacer un poco menos sanos algunos potitos. "La mayoría de marcas más conocidas no siguen las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría y la Organización Mundial de la Salud, porque normalmente están hechas con harinas refinadas, harinas dextrinadas, almidón, agua, leche… utilizan bastantes ingredientes que no son recomendables para un niño", señala Toledano sobre los potitos.
Por su parte, para Iria Quintáns, nutricionista del centro Júlia Farré, también piensa que no solo debemos "no todo es el azúcar sino que debemos ver si está enmascarado bajo otro nombre: jarabe, glucosa, sirope, o harinas. En este último caso, se trata de cereales hidrolizados que aumentan también el contenido de azúcares simples del producto", indica.
Potitos de forma puntual
Por su parte, Rebeca Pastor, dietista-nutricionista infantil y familiar y tecnóloga de los alimentos de Criar con sentido común, también apunta a que hay que tener cuidado con los ingredientes de los potitos, papillas y otros alimentos para bebés. Aunque también apunta a que "si una familia necesita ofrecerlos algún día no pasaría nada, pero no son necesarios. Y de forma diaria no conseguimos que el niño aprenda lo que es comer realmente comida".
"Es imprescindible que los productos destinados a los niños no lleven ni sal ni azúcares añadidos. Y no es lo mismo los azúcares añadidos que los azúcares propios de los alimentos. Aunque en ocasiones, aunque proceden de los alimentos, están muy hidrolizados y condicionan a modificar el desarrollo de las preferencias de sabor en los bebés. Demandando más alimentos dulces. El uso excesivo de harinas en productos infantiles hace que no sean demasiado nutritivos y que ingieran más energía de la necesaria. Si que no son recomendados los productos infantiles con harinas de arroz ya que presentan cantidades más elevadas de arsénico".
Rebeca Pastor, dietista-Nutricionista Infantil y Familiar
ROOTS Mindfoodness, ¿la alternativa saludable a los potitos?
Con la idea de que los 1000 primeros días de alimentación son los más importantes, la nueva empresa ROOTS Mindfoodness quiere acercar a embarazadas y bebés una alimentación adecuada para el momento en el que se encuentran y que sea una opción, además, saludable.
Y es que desde que comienza el embarazo hasta que el bebé cumple dos años, el periodo que abarca los 1000 primeros días, "es donde el cerebro y, en general, el cuerpo se desarrolla mucho más rápido que en el resto de nuestra vida. Al final, la alimentación es crítica en esta etapa", cuenta Marta Galarreta, directora general de ROOTS Mindfoodness. Y las necesidades nutricionales son muy diferentes y pueden llegar a variar casi cada mes.
"Desde ROOTS lo que hacemos es adaptarnos a cada subetapa, casi a cada mes de desarrollo. Y ofrecemos esas recetas con ingredientes siempre frescos, naturales, sin ningún tipo de aditivos ni sales. Son etiquetas limpias, para que de verdad lo que le estés dando al bebé sea comida real. Que sea lo mejor que puedes comprarle, incluso mejor que si se lo haces en casa porque nosotros, por el modo de preparación y conservación que tenemos, los nutrientes están tal cual, porque te llega congelado", indica Galarreta.
Comida congelada a domicilio
La idea de esta nueva empresa son tres productos. El primero son los smummys (batidos) para el embarazo y la lactancia que incluyen vitaminas y minerales necesarios para el desarrollo del bebé, como puede ser el calcio, el ácido fólico o el hierro. También están los Papis, que es comida que se puede chafar, hacer puré o darlo entero y es para los bebés de entre los 6 meses y el año de edad. Y la última son los Alphis, hasta los dos años, que son platos más elaborados y se presentan en tuppers. Toda la comida está hecha de una forma muy similar a cómo se haría en casa y la ventaja, y por lo que no lleva apenas aditivos, es porque ofrecen la comida congelada. Solo hay que guardarla cuando llega a casa, sacarla cuando vayamos a dársela a nuestro bebé y calentarla.
Pero, ¿no habíamos quedado que los congelados no eran buenos? La respuesta corta es no. Aunque vamos a desarrollarlo un poco más. La razón es que estos alimentos no son ultraprocesados. "Las tres líneas de productos son con alimentos congelados porque hemos seleccionado la fruta, la verdura, todo lo que en el momento de recolección estaba en su momento óptimo; por ejemplo, en el caso de las frutas y las verduras, una vez se congela se mantienen muy bien sus propiedades", comenta Toledano. "Tenemos que aprender a diferenciar entre los congelados insanos, los ultraprocesados, y los que son saludables. Los ultraprocesados, sean congelados o no, no son recomendables".
¿Se conservan los nutrientes?
"Los nutrientes pueden conservarse en condiciones adecuadas nutricionalmente; pero deben estar en buen estado en el momento de congelación", indica Quintáns. "En el proceso que experimenta el alimento antes de congelarlo (como el escaldado de las verduras), pueden producirse algunas pérdidas de vitaminas (del grupo B o C), o incluso con el paso del tiempo durante la congelación. Puede ser una buena opción en aquellas familias en que se complique la planificación de las comidas, siempre y cuando sean buenas opciones alimentarias". Sobre el hecho de que los alimentos vengan enteros y sean los padres los que decidan el formato en el que presentarlo, la nutricionista explica que "descubrir el alimento entero y sus texturas puede ayudar al bebé a reconocerlo de forma individual, sin mezclar y también aceptar una mayor variedad en su alimentación".
"El congelar los alimentos permite mantener propiedades nutritivas y alargar la vida del plato. Es una técnica de conservación muy interesante, que puede ayudar a las familias a tener siempre un plato de comida preparado ante un imprevisto", comenta a Hipertextual Pastor. "Siempre es fundamental que no se rompa la cadena de frío desde la industria a casa. Y que las familias para descongelar, coloquen el plato en el frigorífico para que se descongele poco a poco. O si el recipiente lo permite en el microondas o en baño maría. Pero nunca descongelar ningún alimento a temperatura ambiente, ya que puede provocar una toxiinfección".
Aunque no conoce ROOTS Mindfoodness ni cómo trabaja la empresa, Pastor sí habla sobre la idea que han presentado: "Me parece muy bien el que se le ofrezca a los niños los alimentos como son en la receta [enteros]. Y con ello aprenderá verdaderamente lo que es la comida real. Aunque sean platos elaborados de forma industrial, si están elaborados con alimentos saludables es buena idea", comenta.
Las alergias alimentarias
Una de las mayores preocupaciones de los padres son las alergias alimentarias. Pero en ROOTS lo tienen todo medido: "No hemos querido meter los alérgenos, aunque promovemos que se introduzcan en esta etapa; pero que lo hagan desde casa para poder observar bien la reacción que producen. Los hemos dejado libres de alérgenos", comenta Toledano. Entre los alimentos que no se incluyen están "huevo, pescados azules, soja, altramuces, sulfitos, lácteos o frutos secos", que suelen ser "los más problemáticos".
Las alergias alimentarias, por lo general, "aparecen en la infancia", señala Quintáns. "Y algunas son temporales". Las más comunes, según el informe Alergológica de 2015, "en España fue en orden decreciente: a las frutas, frutos secos, marisco, huevo, leche, pescado, legumbres hortalizas y cereales".
Por tanto, desde ROOTS no solo han tenido en cuenta los aportes necesarios y más saludables para el desarrollo del embarazo y los bebés sino que, además, han tenido cuidado a la hora de no introducir alérgenos. Es importante saber si nuestro hijo puede tener una alergia alimentaria, pero debe ser en un entorno adecuado ya que si se mezcla con otros posibles alérgenos, no sabremos cuál lo ha causado, según explica Toledano.
En definitiva, no hay que martirizarse si un día damos a nuestros hijos una opción poco saludable, siempre que sea de forma puntual. Por otra parte, si tenemos menos tiempo para cocinar del que nos gustaría, pero queremos darles una buena opción; siempre podemos recurrir a preparar y congelar las comidas. O si creemos que puede ser adecuado, acudir a ROOTS Mindfoodness para que nos envíen a casa unos platos preparados con mimo para nuestros bebés. Porque al final lo importante es que se alimenten bien y crezcan fuertes y sanos.