Este 25 de junio de 2021 se ha puesto fin a un debate que ha durado más de 20 años y que ha enfrentado a enfermos, médicos, asociaciones y políticos. La Ley Orgánica 3/2021 de regulación de la eutanasia ya es una realidad en España después de su aprobación en el Congreso de los Diputados. A partir de hoy, los enfermos que sufran "una enfermedad grave e incurable", un "padecimiento grave, crónico e imposibilitante" o un "sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable" pueden decidir cuándo, dónde y cómo acabar con su vida. Se les reconoce el derecho a la eutanasia.

La ley de la eutanasia ha sido un camino de penurias para los que llevan luchando para que se les reconozca este derecho. Por eso, hoy es un día histórico en el que España se une a la lista de países en los que la práctica es legal, como Canadá, Bélgica y Luxemburgo. Acaba una batalla pero empieza otra. Las asociaciones a favor de esta ley, como Derecho a Morir Dignamente (DMD) han recordado que la lucha por los derechos es diaria y que a pesar de la importancia de la aprobación de esta ley, queda mucho por hacer.

En primer lugar, porque todavía hay dudas sobre ciertos aspectos de la ley. Uno de los puntos más polémicos es la creación de las comisiones de garantías, que son las encargadas de dar el visto bueno a cada petición de eutanasia. Tienen, por lo tanto, el poder de rechazar o aceptar cada caso. Las comunidades autónomas son las encargadas de crear estas comisiones. No obstante, en la mayoría de ellas todavía no han escogido a sus miembros o ni siquiera han iniciado el proceso para crearlas.

Cómo las comisiones pueden boicotear la ley de la eutanasia

Fernando Marín, presidente de DMD, dijo a Hipertextual que espera que regiones como Murcia no lo van a poner fácil. "Hay siempre un sector de la población que amenaza con acabar con los derechos de los demás y si la gente quiere ejercer sus derechos, en algunas regiones tendrá que pelearlos más que en otras".

Marín hace referencia a casos como el de uno de los miembros de la comisión en Murcia. Aurelio Luna Maldonado, catedrático de Medicina Legal, es uno de los miembros de este grupo que la ley contempla esté formado por al menos siete miembros. De los cuáles se esperan perfiles variados, entre médicos, enfermeras y juristas. Cada comunidad escoge a los miembros de su comisión y uno de los temores de asociaciones como DMD es que el grupo tenga un perfil mayoritariamente conservador que pueda entorpecer las solicitudes de eutanasia.

Tenemos el primer caso de que este escenario no es imposible. Luna Maldonado escribió un artículo en El País el año pasado en contra de la eutanasia y ahora forma parte de la comisión de esta comunidad autónoma. "La ciudadanía tiene que saber que los derechos no se regalan, hay que pelearlos día a día. Ha pasado también con la ley de interrupción del embarazo", subrayó Fernando Marín. No obstante, añadió que, al fin y al cabo, la eutanasia es un derecho fundamental dentro de una ley orgánica. Por ello, desde DMD estarán atentos a lo que suceda en los próximos meses y, si pueden comprobar que en algunas regiones de España se está boicoteando la ley, lo denunciarán públicamente.

Garantista, hasta demasiado

Más allá de los miembros que conformen las comisiones de garantías, estas han sido desde que se discutía la ley uno de los puntos más problemáticos. Desde el Gobierno, se ha apostado por definirla como una de las más garantistas. "Sí, es la ley más garantista pero también la más burocrática y la que tiene más tramites innecesarios", opinó Marín. Lo explica a Hipertextual con este ejemplo:

"Es como si estamos a favor de que se controle el consumo de alcohol en conductores y tenemos una prueba que es fiable, como soplar. Pues además de eso, en España después de cada soplo habrá una enfermera que te saque sangre porque es más seguro. Claro, es más seguro pero es innecesario. Y es una complicación".

Fernando Marín

El punto positivo es que el médico que aplique la eutanasia tiene cubiertas las espaldas por el proceso que puede tardar entre 30 y 40 días desde que el paciente inicia la petición. Esta pasa por varios filtros: la aprobación de dos médicos y la de la comisión.

Los prejuicios vs. ley de la eutanasia

No obstante, el mayor reto de la ley es mucho más complejo. "Ser capaces de superar los prejuicios y algunas falsedades que el discurso integrista ha puesto sobre la mesa y que no tienen sentido". Un discurso que pasa por cuestiones religiosas o por temores infundados como que se aplique la eutanasia a personas que no la pidan. Y, por supuesto, el debate sobre la calidad de los cuidados paliativos. El enfrentamiento entre los cuidados y la libertad es falso, sostiene Marín, "y nadie quiere renunciar a los cuidados pero quiere decidir hasta cuándo quiere ser cuidada". Por lo tanto, el primer escollo de la ley de la eutanasia es dejar todas estas ideas atrás y que poco a poco se vayan diluyendo, como también sucedió con las leyes del aborto y del matrimonio igualitario. "La gente verá que la ley de la eutanasia no es una amenaza para nadie". 

"Nadie quiere renunciar a los cuidados pero quiere decidir hasta cuándo quiere ser cuidada"

En este contexto, otro escollo será incluir la práctica de la eutanasia en la praxis médica. Los profesionales sanitarios tienen derecho a la objeción de conciencia y pueden negarse a aplicar la eutanasia en sus pacientes. También hay dudas sobre este proceso aunque para Fernando Marín, lo más importante es que los médicos interioricen que a partir de este 25 de junio será el paciente el que decida si quiere acabar con su vida. Siempre se ha ayudado a personas a morir, explicó, pero se hacía a familiares o conocidos, desde casa. Otras personas han ido a países dónde este derecho estaba contemplado en la ley o han encontrado productos por su cuenta para acabar con su vida.

"Ahora lo que pasa es que por primera vez está al alcance de cualquiera que cumpla con los requisitos. El centro de la gravedad de la decisión ya no está en que alguien te haga un favor, está en la decisión de la persona".

Fernando Marín

Acaba una lucha y empieza otra

La ley de la eutanasia es un hito de la historia de la democracia española. Pero también el inicio de una batalla para las personas que quieren ejercer este derecho. Esta canción nos suena de otros capítulos como la ley de matrimonio igualitario y la del aborto, como comentaba Fernando Marín.

Empieza un período en el que asociaciones como DMD estarán atentos al funcionamiento de esta ley. Pero también acaba la lucha de muchas personas que han intentado durante años que todos puedan ejercer este derecho.

La historia más conocida en España seguramente sea la de Ramón Sampedro, gracias a Mar Adentro, pero es también la de muchas otras personas como la de Rafael García, enfermo de ELA y que falleció en 2019 por los estragos de la enfermedad. La familia de García contó a Hipertextual cómo fue su lucha personal por una ley de la eutanasia. Porque, si hubiera podido elegir, hubiera elegido morir antes y ahorrar sufrimiento tanto a sí mismo como a su familia.