Las vacunas del coronavirus de ARNm, de Pfizer y Moderna, fueron las primeras en aprobarse en buena parte del mundo. De hecho, son las que se han utilizado para inmunizar frente a la COVID en España a los primeros grupos, en los que se incluyen ancianos y personal de residencias y sanitarios de primera línea. Estos se consideraron los grupos más vulnerables, por lo que los ensayos clínicos de las vacunas los tuvieron muy en cuenta. Sin embargo, otros grupos como los niños o las embarazadas, se dejaron para estudios posteriores.
Y algunos de ellos ya están llegando a su fin. Es el caso del realizado por científicos del Hospital General de Massachusetts, el Hospital Brigham and Women's y el Instituto Ragon, cuyos resultados, recién publicados en American Journal of Obstetrics and Gynecology (AJOG), muestran que, efectivamente, estas vacunas son seguras y eficaces, tanto para las embarazadas como para los fetos.
El largo recorrido de los ensayos clínicos
Los ensayos clínicos de las vacunas del coronavirus que ya se administran por todo el mundo se han realizado en tiempo récord. Esto ha sido gracias a la velocidad con la que se han podido realizar algunos trámites burocráticos y también al importantísimo trabajo de los científicos. Pero que hayan sido rápidos no significa que no hayan sido exhaustivos, pues los pasos necesarios para garantizar su seguridad y su eficacia se han realizado minuciosamente. Eso sí, no ha sido posible hacerlo en todos los grupos de población.
Por estos motivos es tan importante buscar la inmunidad de grupo, para que las personas que pertenecen a grupos especiales en los que aún no se sabe cómo actuaría la vacuna puedan beneficiarse de la vacunación del resto. De todos modos, mientras tanto, se han iniciado nuevos ensayos clínicos muchos más concretos.
En el evento Forbes Summit Healthcare, realizado este jueves de forma virtual, la directora médica y de asuntos regulatorios de AstraZeneca, Ana Pérez, ha explicado que todas las compañías tienen planes de desarrollo terapéutico planteados para estudiar los efectos de la vacunación en niños mayores de 6 años. E incluso se plantea hacerlo con más pequeños. Ocurre lo mismo con las embarazadas. Y, de hecho, para este grupo ya tenemos algunos resultados, como los que se publican ahora de Pfizer y Moderna.
Seguridad y eficacia de las vacunas del coronavirus en embarazadas
En el estudio que se publica participaron 131 mujeres en edad reproductiva. 84 de ellas estaban embarazadas, 31 se encontraban dando el pecho y las 16 restantes no pertenecían a ninguno de esos grupos.
Todas ellas recibieron una de las vacunas del coronavirus de ARNm, o Pfizer o Moderna. Una vez que recibieron la segunda dosis y pasó el tiempo en el que se calcula que la inmunidad está completa, se les realizó una serología para analizar sus niveles de anticuerpos en sangre. Estos eran equivalentes en los tres grupos, sin diferencias. Además, los efectos secundarios fueron o nulos o leves para todas ellas.
Pero no solo se hallaron anticuerpos en su sangre. También los encontraron en la leche materna y la sangre del cordón umbilical, lo cual significa que sus bebés también estaban protegidos.
Recientemente se publicó de forma preliminar, sin revisión por pares, el caso de una mujer embarazada, trabajadora de primera línea, que recibió la vacuna de la COVID de Moderna tres semanas antes de dar a luz. Cuando analizaron la sangre de su hija recién nacida, comprobaron que tenía anticuerpos contra el virus.
Este fue el primer caso reportado, pero podría haberse considerado algo aislado. Ahora, gracias a esta investigación, que sí ha pasado las revisiones pertinentes, sabemos que sí es algo extendido.
COVID-19 y embarazadas
A día de hoy sabemos que las embarazadas pueden experimentar complicaciones serias durante la COVID-19. Esto hace muy necesario inmunizarlas cuanto antes. Sin embargo, hasta ahora no había suficientes garantías de seguridad.
Por eso, el protocolo de la vacuna del coronavirus en España señala que se valore el balance beneficio-riesgo antes de recibirla. Es decir, si se trata de una trabajadora muy expuesta, como pueden ser las sanitarias, sí debería vacunarse.
Ahora, gracias a este estudio, tenemos nuevas pruebas de que la vacuna es eficaz y segura también para estas personas. Lógicamente, será necesario investigar más, con un grupo mayor de participantes, para tener pruebas suficientemente robustas, pero es una buena noticia de partida.
Por suerte, cada vez tendremos más información sobre los efectos en grupos de riesgo concretos y la vacunación podrá hacerse más amplia.
Mientras tanto, debemos seguir cuidándonos y cuidando de los demás, vacunándonos cuando nos toque y, hasta entonces, respetando las medidas de seguridad.