El sector de la automoción se encuentra en un momento de transformación. El paso de los motores de combustión a los sistemas eléctricos no solo ha hecho que los fabricantes tradicionales tengan que invertir importantes sumas de dinero en el desarrollo de nuevas plataformas y vehículos; también ha abierto la puerta a nuevos competidores. Ejemplo de ello es el rumoreado coche de Xiaomi, que ha dado bastante que hablar en las últimas semanas.
Este vehículo, según las fuentes consultadas por la agencia de noticias Reuters, podría llegar al mercado en 2023. La idea es que el coche de Xiaomi, además, se conecte con otros productos del ecosistema de la marca, compuesto por cientos de productos entre los que se incluyen smartphones, tablets, ordenadores, dispositivos para el hogar, etc.
Xiaomi, como otras empresas tecnológicas que coquetean con el sector de la automoción, no tiene factorías en las que producir vehículos eléctricos. Para solventar dicho obstáculo, la empresa china se aliaría con Great Wall, un conocido fabricante de automóviles en el país asiático. Esta también está colaborando con BMW en la construcción de una factoría para coches eléctricos en China.
El coche de Xiaomi se suma al de Apple
El coche de Xiaomi no es el único vehículo procedente de una tecnológica que ha protagonizado las noticias en las últimas semanas. Tanto Huawei como Apple también estarían tanteando este sector en plena transformación, causada por la expansión del coche eléctrico en todo el mundo.
El nombre de Apple, durante las últimas semanas, se ha vinculado con otros como Hyundai, Nissan o el grupo PSA. Sin embargo, ningún acuerdo se ha anunciado oficialmente entre las posibles partes, por lo que el estado de las supuestas negociaciones es, por el momento, un misterio.
Además de la revolución que implica la transición hacia los coches eléctricos, el sector de la automoción se enfrenta a la llegada del coche autónomo, un segmento en el que Tesla se encuentra a la cabeza con su sistema Autopilot. Esto también supone una oportunidad para las empresas tecnológicas, con mucha más experiencia en el desarrollo de software que los fabricantes de automóviles.