Google y Amazon son algunas de las empresas que recientemente comenzaron a apostar por los videojuegos. Tanto en el desarrollo de los mismos como en plataformas que les permitan distribuirlos. El mercado es sumamente exitoso, y no podían dejar pasar la oportunidad de llevarse una rebanada del pastel. Un pastel que, por cierto, lleva años repartiéndose entre los mismos contrincantes en menor o mayor proporción. Sin embargo, incursionar en esta industria no es tan fácil como parece. Ni siquiera para los gigantes cuyo potencial económico es enorme.

El camino de ambas compañías en la industria de los videojuegos ha sido muy accidentado. De hecho, ninguna de las dos ha podido consolidarse. Esta misma semana, Google anunció el cierre de los estudios internos de Stadia, renunciando así al desarrollo de títulos exclusivos que complementen el todavía escaso catálogo del servicio. No es un tema menor, pues estamos ante un movimiento que podría marcar el futuro de Stadia. Un futuro que ahora mismo está lleno de incertidumbre.

Amazon, por su parte, continúa adelante con el desarrollo de juegos, pero su panorama tampoco luce alentador. Hace apenas unos días, Jason Schreier, periodista de Bloomberg y una de las figuras más respetadas de la industria, destapó los problemas de toxicidad que se viven diariamente en Amazon Game Studios. Machismo, gestión deficiente y limitado entendimiento de la industria son algo habitual. Parece que la compañía está caminando a ciegas sin saber cuál es su rumbo.

Tener dinero de sobra no es garantía

Google Stadia

Seamos sinceros. La confianza que podíamos tener sobre Google y Amazon, específicamente en lo que se refiere a su incursión en los videojuegos, era gracias a su respaldo económico. Sí, el dinero es importante, y solo hace falta voltear a ver a Microsoft para comprobar que, efectivamente, tener recursos puede sacar adelante a una división de videojuegos. El problema surge cuando ese dinero no se gestiona correctamente y nunca rinde frutos.

No es una coincidencia que el desarrollo de videojuegos se haya convertido en el principal obstáculo de Google y Amazon. Ambas subestimaron el proceso y tarde o temprano iban a recibir una bofetada de realidad. En el caso de los de Mountain View, ellos mismos reconocieron que crear juegos de primer nivel, aquellos que por sí solos impulsan plataformas, requieren una inversión significativa y años de desarrollo. El asunto aquí es que Stadia no puede esperar más tiempo para despegar. El servicio depende de contenido y Google no lo está facilitando.

A falta de títulos exclusivos, Google destinará sus recursos a lograr más acuerdos con terceros: "En 2021, ampliaremos nuestros esfuerzos para ayudar a los desarrolladores y editores de juegos a aprovechar la tecnología de nuestra plataforma para que ofrezcan títulos directamente a sus jugadores". Así pues, Stadia apostará totalmente por los juegos Third-Party. La duda que surge ahora es: sin contenido original, ¿cómo piensan convertir a Stadia en algo atractivo?

Por el momento no sabemos con exactitud qué sucedió en los equipos de desarrollo de Stadia. Posiblemente una visión desmesurada, diferencias creativas o una gestión de proyectos inadecuada —o todas—; las posibilidades son muchas. Los estudios de Montreal y Los Ángeles cerraron sus puertas y Jade Raymond, máxima responsable de dirigirlos, abandonó Google. Evidentemente, los juegos que estaban en desarrollo fueron cancelados y nunca sabremos en qué ideas estuvieron trabajando.

"Liderazgo" sin experiencia y una visión desbordada

Crucible de Amazon

Amazon, a diferencia de Google, se mantendrá en el desarrollo de juegos según las declaraciones de su nuevo CEO, Andy Jassy. El susodicho, que tomará el lugar de Jeff Bezos a partir del tercer trimestre de 2021, dejó clara su apuesta por la industria de los videojuegos. Asimismo, reconoció que triunfar en este sector puede tomar mucho tiempo: "Algunas empresas despegan durante el primer año y otras tardan muchos años. Aunque aún no hemos tenido éxito de manera consistente en Amazon Game Studios, creo que lo lograremos si aguantamos". Y agregó:

"Tener éxito desde el primer momento es menos estresante, obviamente, pero cuando lleva más tiempo, habitualmente es más placentero".

El futuro de Amazon en los videojuegos podría aparentar ser más alentador que el de Google. Pero la realidad es que igualmente están rodeados de problemas. Como se mencionó líneas arriba, Bloomberg expuso el ambiente tóxico de Amazon Game Studios y la supuesta incapacidad de su máximo responsable, Mike Frazzini, para dirigir la división. El reporte inició de forma contundente: Frazzini nunca había creado un videojuego cuando comenzó a liderar Amazon Game Studios. Su legado actual está conformado por dos títulos que fracasaron y múltiples proyectos cancelados.

Resulta incomprensible que alguien sin experiencia previa en el desarrollo de videojuegos esté dirigiendo una división cuya tarea es precisamente crear títulos. Una vez más, el dinero no puede resolverlo todo por arte de magia. La industria tiene un sin fin de ejemplos de que un proyecto nunca va a despegar si la dirección es un desastre. Cyberpunk 2077 fue un fracaso porque sus líderes apresuraron el lanzamiento cuando el título ni siquiera estaba terminado. Microsoft perdió una generación (Xbox One) porque, en un inicio, sus responsables no entendieron que una consola de videojuegos era para jugar videojuegos.

YouTube video

Según el reporte, Frazzini dijo a su equipo que Amazon Game Studios tenía que crear franquicias que valieran 1.000 millones de dólares. Debían ser experiencias innovadoras que nunca antes se hayan visto en la industria. Porque claro, crear propiedades intelectuales de la talla de Call of Duty o Fortnite es demasiado fácil y cualquiera puedo hacerlo. Por si lo anterior fuera poco, los empleados son forzados a trabajar con Lumberyard, una herramienta de desarrollo propiedad de Amazon.

La problemática en la dirección se refleja, al final, en una compañía que no ha sido capaz de lanzar un solo juego decente. Esto a pesar de invertir 500 millones de dólares al año en el desarrollo de videojuegos. ¿Por cuánto tiempo más aguantará Amazon sin ver que su inversión se convierta en ganancias? Google ya tiró la toalla, y su destino puede ser replicado por los de Seattle si Amazon Game Studios no consigue entregar resultados favorables. Ambas se convirtieron en un ejemplo de que el potencial económico no es suficiente para triunfar en esta industria.

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