Tras 27 horas de viaje, la Crew Dragon de SpaceX ha llegado a la Estación Espacial Internacional. Sus tripulantes, tres estadounidenses y un japonés, permanecerán justo al resto de astronautas que ya estaban allí hasta el mes de abril, cuando lleguen los relevos.
El acople ha sido un poco más tarde de lo previsto, por un pequeño problema fácil de solventar. Sin embargo, a las 01:00 ET (07:00, hora peninsular española) los recién llegados saludaban con un caluroso abrazo a sus nuevos compañeros. Al fin y al cabo, si hay un lugar en el que aún podríamos abrazar sin miedo, ese es sin duda es el espacio.
SpaceX ha llegado a la Estación Espacial Internacional otra vez
Este verano, un vuelo tripulado de SpaceX llegaba por primera vez a la Estación Espacial Internacional. A bordo iban dos astronautas y un dinosaurio de peluche. Esta vez eran cuatro personas y un muñeco de Baby Yoda. Ambas misiones han sido un éxito, con el acople correcto de la nave en su destino.
Ha sido un vuelo controlado automáticamente desde el Centro Espacial Kennedy, de la NASA. Fue allí donde se decidió retrasar un poco el acople, puesto que la puesta de Sol ensombreció el lugar en el que este se tenía que producir. Para más seguridad, dejaron correr el tiempo y finalmente la Crew Dragon “aterrizó” según lo esperado a las 11:00 p.m ET (05:00, hora peninsular española). Dos horas después, Michael Hopkins, Victor Glover, Shannon Walker y Soichi Noguchi pudieron cruzar hasta la EEI.
Durante los seis meses que les quedan por delante en este destino llevarán a cabo varias labores. Entre ellas destacarán el cultivo de rábanos y el análisis de ciertos fármacos contra la leucemia en condiciones de microgravedad.
Además, como el resto de astronautas que han pasado por este centro desde sus orígenes, colaborarán en diversas tareas de mantenimiento. Y podrán probar el nuevo inodoro que llegó recientemente a las instalaciones. Desde luego, trabajo no les va a faltar en ese medio año en el que, al menos, vivirán alejados de la pandemia que sigue expandiéndose en la Tierra, 400 kilómetros por debajo de sus pies.