Tras los anuncios emitidos por las candidatas de Pfizer y Moderna y la rusa Sputnik V, todo el mundo esperaba conocer la eficacia de la vacuna de la Universidad de Oxford y AstraZeneca. Fue una de las primeras en pasar a fase III. También una de las que más han dado que hablar por transmitir el minuto a minuto de sus ensayos clínicos, pero la cifra que tantos titulares ha protagonizado en las últimas semanas seguía siendo un misterio.

Ahora sabemos que se trata de un 70%. Puede parecer decepcionante, tras los números superiores al 90% de las otras tres. Sin embargo, cuenta con fortalezas dignas de mencionar. Eso sí, como con el resto, siempre con cautela.

La eficacia de la vacuna de la Universidad de Oxford también es noticia

Al igual que con las otras tres candidatas, ha sido necesario esperar a que varios voluntarios se infecten para conocer la eficacia de la vacuna de la Universidad de la Universidad de Oxford.

En el Ensayo Clínico participaron más de 20.000 voluntarios, pero el porcentaje se ha calculado en base a los 131 primeros infectados. De todos estos, 30 habían recibido las dos dosis de vacuna, mientras que a los otros 101 se les había administrado placebo. Esto quiere decir que se les puso una “falsa vacuna” con la misma apariencia, pero sin ningún efecto sobre el organismo.

Al ser estos los datos, se calcula que la eficacia es de un 70%. No obstante, según ha explicado a la BBC el investigador principal del ensayo, el profesor Andrew Pollard, si habían recibido una primera dosis baja seguida de una alta, en vez de dos altas, el porcentaje escalaba hasta el 90%. Hasta ahora no conocen el motivo de este cambio, pero vale la pena estudiarlo.

Fortalezas de esta candidata

Dada la velocidad con la que se ha producido esta vacuna, cualquier resultado por encima del 50% podría considerarse viable. Por lo tanto, aunque se haya quedado por debajo de las otras, seguirá adelante hasta su aprobación para administrarse a la población que la requiera.

Además, ya desde un principio los propios investigadores de esta vacuna avisaron que no protegería necesariamente de la infección, sino de contraer una infección grave. Lo ha explicado en numerosas ocasiones en sus redes sociales uno de los voluntarios que se infectaron, el enfermero español Joan Pons.

Por lo tanto, ese 70% de eficacia de la vacuna de la Universidad de Oxford no es una noticia tan desalentadora como se puede pensar. También deben tenerse en cuenta sus fortalezas. Para empezar, han seguido un proceso muy transparente, publicando los resultados sobre su inmunidad en cuanto tuvieron oportunidad.

Por otro lado, su temperatura de almacenamiento es una gran noticia, ya que puede conservarse hasta 6 meses entre 2 y 8ºC. Esto es mucho más sencillo que lo establecido por otras candidatas, especialmente por la de Pfizer, que necesita -80ºC, de modo que se convierte en un reto mantener la cadena del frío.

En definitiva, la conclusión es la misma que con las otras: la necesidad de cautela. Que el porcentaje sea más bajo no significa necesariamente que vaya a ser una mala opción. Y que los otros sean tan altos no implica que sean la panacea que nos gustaría creer. Hasta que tengamos más resultados publicados, podemos tomárnoslo todo con ilusión, pero sin lanzar demasiadas campanas al vuelo.