El director de cine bilbaíno Álex de la Iglesia, al que le debemos filmes tan conocidos como El día de la bestia (1995) o La comunidad (2000), así como Crimen ferpecto (2004) o Los crímenes de Oxford (2008), no para. Ahora ha presentado en el Festival de Sitges su segunda serie de televisión tras Plutón B.R.B. Nero (2008-2009). Se titula 30 monedas, está enmarcada en el género de terror sobrenatural y ha sido producida bajo el paraguas prestigioso de HBO. Para elaborarla, ha contado con su guionista habitual, el asturiano Jorge Guerricaechevarría, en la que supone su décima octava colaboración desde el ya lejano cortometraje Mirindas asesinas (1990).
No es casual que el meollo de la trama de 30 monedas sea una intriga religiosa, que ya le hemos visto en varias ocasiones desde El día de la bestia. “La religión no es algo superficial en nuestras vidas. Al contrario, está en nuestras cabezas desde que somos pequeños, desde que tenemos uso de razón”, explica el cineasta. “Yo era muy de misa los domingos, y la religión ha estado presente sobre todo a un nivel inconsciente las veinticuatro horas. Y se nota mucho en la serie. Por ejemplo, con la maravillosa idea de la confesión en la religión católica, por la que hay una manera de sobrevivir al pecado y limpiarte como si te dieras una ducha moral. Eso es algo que me ha fascinado siempre”.
Y no es lo único por lo que Álex de la Iglesia siente fascinación en este sentido: “También la idea del bien y del mal y cómo se entienden el desde el punto de vista de la religión. De eso trata la serie. Y es muy fuerte que diga esto porque 30 monedas parece una obra de Larry Cohen [Demon] o de John Carpenter [En la boca del miedo] porque es terror, es género puro, pero hecho por personas que han tenido esta educación. No somos como William Friedkin [El exorcista], pero yo estudié en una universidad de curas y los he tenido siempre muy cerca, y eso también se nota en la serie”. No en vano, el desengañado padre Vergara (Eduard Fernández) es protagonista.
Un personaje peculiar, próximo al padre Brown, en el que se centran tantísimos relatos (1910-1936) de G. K. Chesterton, o al fraile Guillermo de Baskerville de El nombre de la rosa (Umberto Eco, 1980), como señala Jorge Guerricaechevarría. Porque, según Álex de la Iglesia, para la construcción de los personajes trabajan “por oposición”; les gusta “el enfrentamiento de las ideas: ¿cuál es el lugar en el que menos crees que va a surgir un choque entre grandes poderes psíquicos?, ¿quién es el personaje que va a mantener una posición lógica y racional?, ¿quién va a estar más loco?”. Los contrarios a los que serían esperables.
En 30 monedas, por otra parte y como asegura Jorge Guerricaechevarría, se hallará el hecho de que “nuestras creencias están basadas en un relato que nos explica el origen de todo y la relación entre el bien y el mal”, como bien dice su colega. Y, como narradores, “la principal historia que se puede estudiar es cómo funciona la Biblia, cómo transmite ese mensaje y, entonces, esa lucha del bien y del mal creada por un ser superior que ha ideado una especie de obra de teatro en la que todos participamos y somos personajes”. Además de la parte mágica de la religión católica sobre que “los objetos son poderosos en sí mismos”.
Porque “se supone que representan cosas, pero nosotros también adoramos objetos, las reliquias y las figuras de los santos. Ese elemento de magia” les ha servido “para hacer su ficción, y las 30 monedas son otro elemento mágico muy potente que está directamente relacionado con lo más poderoso, que es el sufrimiento de Cristo”. Y continúa el director con estas palabras: “La idea de los sacerdotes como soldados que sirven al Señor para luchar contra las huestes del Demonio es algo que nos parecía ya muy atractivo desde El día de la bestia, y seguíamos con ello en la cabeza”.
“Y la idea de que los curas son, más que nada, magos o Jedis: tienen la Fuerza, que es la fe; su creencia en Dios les arma de alguna manera con un poder sobrenatural”. Y, sabiendo que George Lucas se basó en los Caballeros Templarios para idear la Orden Jedi, no va muy desencaminado Álex de la Iglesia, que prosigue así: “Y tienen otras armas, que son las reliquias, los objetos sagrados. Y tampoco se nos ha ocurrido a nosotros”, reconoce, “sino a Lawrence Kasdan o al mismo Steven Spielberg [para En busca del arca perdida]. Es la idea de que las reliquias tienen un poder inconmensurable, y en la serie es muy importante la sangre de San Ambrosio y, por supuesto, las 30 monedas”.
Y no hay más bemoles que admitir también que un proyecto excéntrico como suelen ser los suyos, pues a la vista está su trayectoria, no saldría adelante sin la aquiescencia de los productores. “Hemos tenido la suerte de trabajar con una compañía [HBO España] que parece interesada en cosas arriesgadas y diferentes como la historia que queríamos contar”, asevera el cineasta vasco. “Les sorprendía y les resultaba muy atractiva. Y hemos tenido el privilegio de contar con la colaboración de Steve Matthews, que es el que lleva los contenidos en Europa y una persona con la que nos hemos entendido fantásticamente bien. Y, gracias a eso, algo tan absolutamente loco como 30 monedas existe”.
Porque “es alucinante”, declara muy satisfecho; “que esto se haya rodado es francamente increíble”. Y no las tenían todas consigo al comenzar por lo que cuenta el coguionista Jorge Guerricaechevarría: “Nos dijeron: «Para HBO, lo importante es la historia». Y nosotros pensamos: «Bueno, como dicen todos. Luego, ya veremos». Y resulta que era verdad. Hemos dedicado mucho tiempo a pulirla con ellos. Hemos aprendido mucho y, a la vez, hemos sentido que se respetaban mucho nuestras ideas, que no se nos ponían cortapisas. Siempre pensábamos: «Esto les va a parecer demasiado loco, nos van a decir que hay que bajar un poco el listón». Pero al contrario: nos han dado manga ancha en todo”.
“Libertad creativa total”, corrobora Álex de la Iglesia. “Y no solamente eso, sino que estaban muy empeñados en que diéramos rienda suelta a cualquier locura, a cualquier cosa que tuviésemos en la cabeza y que no nos atreviéramos con ella porque igual nos parecía demasiado. Y esta vez está en pantalla”. Aunque “el trabajo de guion con HBO es minucioso y preciso”. ¿Y el resultado con 30 monedas? El propio director responde: “El segundo episodio es tan bueno como el primero, el tercero es mejor, el cuarto es muy bonito y muy divertido; pero es que el quinto es increíble, una locura, una maravilla de episodio; y el siete y el ocho son de ataque de ansiedad”.
