La historia de esa galaxia muy, muy lejana que conocemos como Star Wars, con sus once películas, la serie The Mandalorian (Jon Favreau, desde 2019) y otras tantas de animación, disponibles en Disney Plus, se basa en el enfrentamiento típico entre las fuerzas del bien y del mal: nada nuevo bajo el sol, y tampoco resulta preciso para que uno disfrute con sus aventuras. El bien lo representan los Caballeros Jedi, como Obi-Wan Kenobi (Alec Guinness y Ewan McGregor), Yoda o Luke Skywalker (Mark Hamill), y el mal, los Señores Sith como Darth Sidious (Ian McDiarmid) o Darth Vader (David Prowse en cuerpo y James Earl Jones a las cuerdas vocales). Pero ¿por qué los unos son caballeros y los otros, señores?
“Obi-Wan Kenobi le dijo a Luke Skywalker que los Caballeros Jedi eran guardianes de la paz” en el Episodio IV (George Lucas, 1977), explica el periodista Mansoor Mithaiwala, “y eso se debe a que Lucas estaba basando la Orden Jedi en instituciones religiosas de la vida real como los Caballeros Templarios”; idealizándoles bastante, por lo que se ve. “Los Jedi no estaban destinados a poseer títulos de nobleza, ya que se dedicaron por completo a garantizar la paz en la galaxia y proteger la República; el apego no estaba permitido, por ejemplo. Además, los Jedi gobernaron por comité para que ninguna persona pudiera controlarlos a todos”.
En cambio, “los Sith eran todo lo contrario; de hecho, creían plenamente en el poder, refiriéndose a sí mismos como Señores Oscuros”, prosigue Mithaiwala. Porque, “durante miles de años”, no habían buscado otra cosa. “Incluso es parte de su código: «A través del Poder, obtengo la Victoria. / A través de la Victoria, mis cadenas se rompen. / La Fuerza me liberará» . Para ellos, la Fuerza no es algo para entender, sino para controlar y retorcer en beneficio propio”, siempre con “dos Señores Oscuros de los Sith; maestro y aprendiz para gobernar el lado oscuro de la Fuerza”. Por eso son Caballeros desinteresados y Señores viles y con ansia de poder.