Ha sido el culebrón corporativo-tecnológico del verano. Desde que a mediados de agosto Donald Trump llevara a cabo su amenaza de cerrar TikTok en Estados Unidos a no ser que su matriz china ByteDance llegara a algún tipo de acuerdo de venta o intervención con un partner norteamericano, Microsoft se introdujo desde el principio como la principal gran tecnológica interesada en su compra.

Ahora ya sabemos el resultado. TikTok y Microsoft no llegaron a un acuerdo. Oracle fue quien ganó aquella partida, aunque no adquiriendo las operaciones de TikTok en Estados Unidos como tal, sino llegando a un acuerdo como “socio de referencia”.

Microsoft puso sus ojos en TikTok -en una operación que hubiera supuesto una suma incalculable- con la intención de hacerse con sus más de 100 millones de usuarios en suelo americano y, sobre todo, plantar una pica en un mercado donde nunca ha tenido demasiado éxito: el de las redes sociales de tono más lúdico.

Tras su intento estaba el interés de hacer de TikTok una vía de entrada hacia el resto de sus productos, bien de hardware, como de software, en este público más joven, pero también otros ligados con la inteligencia artificial, o la recopilación de datos para la creación de sus productos.

No salió adelante.

Microsoft ha entrado en el último lustro, desde la llegada de Satya Nadella al puesto de CEO, en una transformación o mejor dicho una ampliación de sus principales productos. Las soluciones en la nube y programas enfocados a empresa como Teams, la inteligencia artificial, o la evolución de su propuesta de hardware han sido los puntales de estos cambios, tras años en los que la compañía había sumado sonoros fracasos como Windows Phone o la adquisición de Nokia.

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En este marco de crecimiento, que se ha notado en sus resultados, ha tenido también un peso importantísimo LinkedIn, la red social ‘para profesionales’ que adquirió en 2016 por 26.000 millones de dólares, su compra más cara en ese momento.

Sin embargo, la infructífera negociación con TikTok vuelve a recordar que Microsoft ya ha tenido algún que otro intento a tientas de penetrar en el mercado de las redes sociales de enfoque lúdico, que también entraron en el cementerio de sus importantes fracasos.

So.cl: el Google+ de Microsoft

Seguramente nadie lo recuerde, pero en 2011, en pleno despegue de Facebook, Microsoft intentó lanzar su propia red social. Su nombre fue So.cl (Social), y sorprendentemente, se mantuvo abierta hasta 2017, momento en el que fue cerrada definitivamente.

El servicio fue lanzado a finales de 2011 como una comunidad social donde el objetivo era "el consumo colaborativo, no la comunicación". Consumo entendido en términos de contenido, y es que en So.cl los usuarios podían crear colecciones de fotos y vídeos que habían encontrado en otras redes como Facebook o Youtube, uniéndolas para crear un conjunto que es lo que se compartía en ella.

Inicialmente para estudiantes, So.cl se abrió a todos los países una vez que se puso en marcha y posteriormente añadió soporte para dispositivos móviles también.

Cuando se filtró la noticia del proyecto por primera vez antes de su lanzamiento, muchos habían asumido que Microsoft estaba construyendo una red social para competir directamente con Facebook, en una época en la que Google también lo intentó con productos como Google+ o la aún más remota Google Buzz.

Si te pica la curiosidad sobre cómo era So.cl, se mostraba como una especie de collage de imágenes y video que recuerda un tanto a Pinterest.

Así era la interfaz de So.cl
Así era la interfaz de So.cl

De cualquier manera, So.cl no tuvo ningún éxito y siguió existiendo fuera de la burbuja social dominante, atrayendo poca atención por sí mismo.

Yammer: la red social empresarial que resiste como puede

En las mismas fechas que el nacimiento de So.cl, Microsoft también adquirió Yammer en 2012. Desarrollado como una red social interna para grandes empresas, Yammer resiste a día de hoy y tuvo un relanzamiento sin demasiado ruido a comienzos de este año.

El sistema de Yammer, de acceso freemium e incluido en las suscripciones a Office 365, es crear un entorno en el que las grandes organizaciones puedan conectar y hablar desde el CEO hasta el empleado que acaba de entrar. Una especie de afterwork digital donde también se organizan temas de empresa a largo plazo, pero no de forma ejecutiva, sino como visión de empresa. O al menos así lo quiere vender Microsoft.

Yammer
Yammer

“Yammer es excelente en lo que llamamos conversaciones de vida media más largas, cosas que no se atienden solo a través de un mecanismo de chat”, dijo en la presentación del relanzamiento de Yammer Murali Sitaram, su director general. "Mientras que un chat o una conversación dentro de un equipo casi no es útil 24 horas después, las conversaciones de Yammer pueden ser útiles dentro de seis meses o un año".

Las dudas evidentes es si un producto como Yammer tiene sentido bajo el paraguas del también poseedor de productos como LinkedIn o Teams, una línea muy fina que hace que hasta ahora apenas 8 millones de personas usen este producto.

Y el acierto de LinkedIn

Donde no hay duda de que Microsoft dio en la clave en el mercado social es con LinkedIn. Comprado por Microsoft en diciembre de 2016 por 26.ooo millones de dólares, cuenta hoy con más de 700 millones de usuarios y sus ingresos siguen aumentando.

Los ingresos de LinkedIn en 2019 llegaron a 6.800 millones de dólares. Un gran crecimiento si se compara con los 2.300 millones de dólares de ingresos de LinkedIn en 2017.

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