Microsoft ya no es la empresa solo de Windows, ni mucho menos el gigante de los PC que fue. Desde la llegada de Satya Nadella hace seis años su reconversión hacia servicios en la nube ha multiplicado por 4 su valoración. Esta es la historia del resurgir de un gigante.

Esta convulsa primera mitad de 2020 nos ha dejado entre tantas noticias sobre la pandemia provocada por COVID-19 un hecho que a buen seguro se marcará en rojo en los registros de la historia tecnológica.

El pasado 14 de marzo Bill Gates anunciaba que abandonaba la Junta Directiva de Microsoft, la empresa que fundó junto con Paul Allen en 1975 y que durante la década de los 90 y los 2000 fue el mayor sinónimo de informática en el hogar para muchas personas.

Gates ya había ido dejando poco a poco su empresa desde 2008, cuando dio un paso a un lado en su cargo como CEO para comenzar a dedicarse a sus labores filantrópicas. Ahora, dejará la Junta, su cordón umbilical con las labores de dirección, aunque mantendrá funciones como asesor externo.

En estos doce años con Gates en retirada han pasado muchas cosas en Microsoft, y si no fuera por el último lustro, seguramente deberíamos decir que la mayoría no fueron positivas. Al descenso generalizado de las ventas de PC en todo el mundo se sumó el fiasco de su entrada en el mercado móvil, ese mismo que Gates llegó a declarar como “el mayor error” en una entrevista el año pasado, al no haber conseguido que el ya difunto Windows Phone no se hubiese convertido en lo que hoy es Android.

Pero si por algo Microsoft ha salvado los muebles, y no solo eso, sino que pasa por su mejor momento, es gracias también a los errores y aciertos que se tomaron en los años inmediatamente posteriores a Gates con Steve Ballmer al mando y, sobre todo, gracias a la gestión de Satya Nadella, un nombre de perfil bajo en el momento de su nombramiento como CEO pero que ya se reconoce como uno de los mejores directivos tecnológicos de la actualidad. Sin ir más lejos, el pasado mes de diciembre Financial Times lo nombró su ‘persona del año’.

Y es que desde que Nadella fuera elegido como CEO tras la marcha de Ballmer en 2014, las acciones de Microsoft se han multiplicado por 4, pasando de 40 dólares a más de 160, su máximo histórico -y siendo una de las que mejor han sobrellevado el batacazo del coronavirus gracias al auge de algunos de sus productos en la nube-. Sobran cifras para ejemplificar este gran cambio: sus ingresos también han pasado en el mismo tiempo de 86.000 a 125.000 millones, hasta el punto de superar en 2018 a Apple como la empresa más valiosa del mundo cotizada, un puesto que no obstante luego ha cedido a Amazon y en diciembre a la petrolera Aramco, todo según los rankings de Bloomberg.

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Resumiendo, Microsoft pasa hoy por su mejor momento, pero la virtud no está en el cuánto aquí, sino en el con qué, dado que la clave de esta revalorización ha estado en la diversificación de servicios de los últimos años.

Microsoft es hoy sobre todo una empresa de servicios en la nube, que hace videoconsolas con Xbox, sigue con su hardware con productos como las Surface, y tiene el mayor despliegue de software de ofimática y productividad del mundo.

Pero, hasta llegar hasta aquí tras la marcha con un pie en la puerta de Bill Gates, han pasado muchas cosas.

Los errores de Ballmer que plantaron también las semillas del éxito actual

El paso de Steve Ballmer por Microsoft (2008-2014) seguramente no sea recordado como el más idílico, peor de parte de sus gestiones surgieron los pilares que hoy marcan el buen rumbo de la compañía.

El ahora expresivo propietario de los Clippers de la NBA se hizo amigo de Bill Gates en la universidad de Harvard, que Gates abandonó para iniciar Microsoft. A diferencia de Gates, Ballmer se graduaría antes de unirse posteriormente a Microsoft, donde trazaría su carrera. Después de años de trabajo en la empresa, Gates nombró a Ballmer como su sucesor.

Ballmer se convirtió en CEO justo cuando la burbuja de las puntocom ya había dado muestras de fatiga, estaba en el proceso de alcanzar su punto máximo y prepararse para explotar, lo cual lastraría de forma importante más allá de sus decisiones el valor de la compañía tanto en bolsa como en reputación. En términos de rendimiento total después de tener en cuenta los dividendos, Microsoft perdió un 9% durante los años en los que fue CEO.

Echando un ojo a las cuentas de la empresa en aquella época, tanto los ingresos como las ganancias se dispararon bajo el liderazgo de Ballmer. Fue el momento en el que Windows lanzó su lastimosa versión 8, que tantos problemas dio, y también cuando se produjo la aún más paupérrima compra de Nokia para impulsar su jugada en el mundo mobile que hoy ya sabemos defenestrada.

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Ballmer no se definió por tener una gran visión de futuro en algunas cosas. Llegó a decir que "no hay posibilidad de que el iPhone obtenga una participación de mercado significativa" en 2007. Que mal espejo es el tiempo.

Ballmer también tardó en adoptar la creciente popularidad de los modelos de ingresos de software como servicio (SaaS), y sobre todo su integración en la nube. Pese a esto, Nadella comentó hace unos meses en una entrevista en la CNBC que buena parte del camino que la firma ha recorrido con Azure y sus servicios ligados a la web han partido de las decisiones que Ballmer tomó en sus últimos años.

Pero Ballmer también tuvo sus aciertos. La hoy rama de ingresos por suscripción que le ofrece el paquete Office, cada vez más creciente, se inició en 2011 con él al mando. Al final del cuarto trimestre del año pasado, Microsoft tenía casi 190 millones de usuarios de Office 365.

También fue suya la apuesta por los Surface, ese producto híbrido al que le ha costado encontrar su espacio pero que parece que por fin lo ha conseguido. Finalmente, las presiones de la Junta y los accionistas obligaron a Ballmer a anunciar -no sin cierta sorpresa- en agosto de 2013 que se jubilaría, y Nadella fue nombrada CEO menos de un año después.

Satya Nadella: el hombre en la nube

Como se ha comentado antes, la elección de Nadella llevó a un nombre poco conocido para el gran público a la cima de la compañía.

El ingeniero de origen indio ya había estado con la compañía durante más de dos décadas, encargándose el grueso de su carrera de la implementación de los servicios en la nube que hoy suponen la partida que más crece de Microsoft.

https://hipertextual.com/archivo/2014/02/satya-nadella/

Bajo Nadella, Microsoft ha adoptado estrategias multiplataforma como nunca antes había hecho, y se puede decir que como ninguna otra tecnológica. Con él Microsoft tiene los huevos repartidos de forma bastante sana entre sus desarrollos y aplicaciones en la nube con Azure, la ofimática y la productividad con Office o el ahora tan popular Microsoft Teams y por supuesto su canal en el hardware tanto con Xbox como con todos sus productos portátiles.

La siguiente infografía de Visual Capitalist muestra muy bien lo repartidos que están sus ingresos en estos últimos años. Aunque eso sí, en esta cesta ha habido cambios. Desde su llegada en 2014 la rama de negocio en la nube ha aumentado su facturación un 50%, la de ofimática y productividad casi un 40%, y el hardware y ordenadores personales y tabletas ha caído cerca de un 20%.

Eso no quita que la dirección de Nadella haya tenido sus problemas. Le costó dar el cierre definitivo a la rama mobile y la estiró con Lumia, aunque finalmente lo hizo. A partir de ahí, ha ido haciendo de Microsoft una empresa cada vez más abierta: cambió el enfoque de desarrollar una plataforma de teléfonos inteligentes hacia extender los negocios centrales de Microsoft con sus apps a plataformas de terceros como iOS y Android. También se ha reconciliado con el OpenSource, ya bajo su liderazgo Microsoft ha hecho algunas compras más que notables vistas en perspectiva. Por citar solo algunas:

  • Adquirió Linkedin en 2016
  • Mojang, la creadora de Minecraft
  • Github
  • Wunderlist, la popular aplicación ahora reconvertida en Microsoft To-do

Ese enfoque ha llevado al gigante del software a reportar ganancias récord, impulsadas por sus segmentos centrales tradicionales, un negocio de infraestructura en la nube en auge, una línea de hardware Surface de primera calidad que continúa expandiéndose, y, sobre todo, Nadella ha conseguido ser quizá el único de los grandes CEOs actuales que ha conseguido mayor unanimidad por parte de las críticas positivas.

Microsoft, en definitiva, parece estar ahora mejor y sobre todo más sana que nunca.