El protagonismo femenino en las obras literarias o audiovisuales, interactivas o no, nunca ha sido mayoritario ni de cerca. El motivo resulta bastante obvio: si de la creación artística se han ocupado los hombres, como de la mayoría inmensa de las actividades intelectuales, a lo largo de la historia por la posición relegada de las mujeres y el estúpido desprecio sexista de sus capacidades, parece comprensible que los artífices de estas obras enfoquen su discurso en lo que les es conocido, su propia experiencia, aquello con lo que tanto sus destinatarios como ellos mismos se puedan identificar. Y el mundo de los videojuegos no es diferente en esta circunstancia, y el personaje de Chun-Li rompió los moldes.

La conocimos en Street Fighter 2 (Akira Nishitani e ídem Yasuda, 1991), entre su “excéntrico elenco de luchadores, cada uno con su propia historia”, según nos recuerda el narrador Charles Martinet en el episodio “Fight!” (1x05) de la serie documental High Score (France Costrel, desde 2020). La de Chun-Li era la de una agente de la Interpol muy habilidosa en kung-fu, y los responsables del juego creyeron que las mujeres “querrían usar personajes femeninos”. Así que el diseñador Akira Yasuda pensó en incluir a una combatiente para “atraer a más jugadoras”. Y, dado que “Bruce Lee y Jackie Chan ya eran populares, y había luchadoras de artes marciales en esas películas”, Chun-Li haría kung-fu.

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Akira Yasuda | Netflix

“Hasta entonces, las mujeres en los videojuegos eran principalmente princesas, doncellas en apuros o Miss Pac-Man”, explica Martinet. Todos conocemos el caso de la princesa Peach, a la que Mario ha debido dedicarse a salvar desde Super Mario Bros. (Shigeru Miyamoto, 1985), aunque en su muy distinta secuela (Kensuke Tanabe, 1992) ya tiene un papel activo. Pero, con Chun-Li en Street Fighter 2, “los jugadores podían jugar como una mujer capaz de librar sus propias batallas”. Y, según el codiseñador Akira Nishitani, “por aquel entonces, había personajes femeninos en los juegos, pero no había ninguno con tanta personalidad”. Y uno debe reconocer que se disfruta dando patadas con Chun-Li.