A la segunda va la vencida, al menos para Uber. Los últimos informes adelantados por Bloomberg apuntan a que Uber estaría a punto de cerrar la compra de Postmates en Estados Unidos por 2.650 millones de dólares en acciones. Esta compra convierte a Uber Eats en el segundo servicio de reparto de comida a domicilio más grande del país, por detrás de Doordash y jugándose la competencia con Just Eat y su reciente adquisición de GrubHub.

Pese a que según las fuentes, el acuerdo estaría prácticamente cerrado, está previsto que este mismo lunes, Uber –que ya cuenta con el apoyo de la junta de accionistas– anuncie la adquisición de su rival en el país norteamericano.

Valorada en 2.400 millones de dólares y con una cuota de mercado del 8% en EE.UU., Postmates estaba en la lista de deseos de Uber Eats desde hacía tiempo. Especialmente tras los rumores de la compañía de su intención de salir a bolsa.

Esta adquisición sería especialmente interesante para Uber, principalmente en este año en el que ha confirmado la fortaleza de su división de negocio de reparto de alimentos. La presentación de resultados del primer trimestre dejó un panorama complicado para Uber. Con pérdidas de 2.900 millones de dólares, el único área que apuntaba en positivo dentro de Uber era Uber Eats.

Tras este anuncio comenzó la carrera por lograr más cuota de mercado en el país por excelencia del delivery; uno de los sectores que menos se ha resentido en mitad de la pandemia por coronavirus y que, en caso de rebrotes, seguirá registrando buenas cifras. Una estrategia que contrasta con las decisiones tomadas para otras líneas de negocio; concretamente la de los patinetes eléctricos. Tras una ronda de financiación en Lime, Uber tomaba la decisión de ceder su negocio a la compañía y soltar lastre en uno de los segmentos de mercado que más coste venía gestado para la compañía fuera de su línea de negocio principal. También cuadra con su histórica política de empresa de ocupar el primer o segundo puesto de los sectores en los que operan.

Mientras Uber se debatía consigo misma, en ese mismo momento confluía otro movimiento en el sector. Just Eat, el gigante europeo, se fusionaba oficialmente con TakeAway. Pronto, la unión de ambos gigantes que ya controlaban el mercado en Europa puso la mirada en Estados Unidos como forma de seguir creciendo en mercados hasta entonces inexplorados.

Con DoorDash –el mayor operador del mercado– fuera de las opciones por no estar a la venta, GrubHub era la siguiente en la lista; compañía por la que Uber ya había apostado claramente. Finalmente, las negociaciones con el gigante del transporte no acabaron en buen puerto y Just Eat tomó la delantera y adquirió la tecnológica por 7.300 millones de dólares. Con un 25% de cuota de mercado, se posicionan los terceros en la lista por detrás de Uber –una vez formalice la compra de Postmates– y DoorDash.