Se veía venir desde la fusión de Just Eat y Takeaway, aprobada por la competencia de Reino Unido, en mitad de la pandemia. El objetivo del gigante europeo del delivery era conquistar el sector y posicionarse como un líder indiscutible. Incluso por encima de sus rivales en el continente: Uber Eats y Deliveroo, el que también recibía la aprobación para que Amazon entrase en su capital. Una operación controvertida, pero que se explicaba por el contexto de la pandemia y una previsión de malos resultados para 2020.

Al otro lado del charco, en Estados Unidos –cuna del sector y con más tradición delivery–, los bailes de fusiones y adquisiciones para consolidar las cuotas de mercado también se han activado.

Uber Eats, división de negocio que ha sostenido las cuentas de Uber durante el primer trimestre de 2020 debido a la caída del transporte de pasajeros por la pandemia, anunciaba a principios de mayo su intención de crecer. Al menos en Estados Unidos.

De esta forma, Uber Eats presentaba una oferta para hacerse con el negocio de GrubHub. Uno de sus rivales en el país que, pasando a formar parte de su negocio, pasaría de una cuota de mercado del 20% al 55%. Tras DoorDash, Uber sería la plataforma más grande en Estados Unidos.

Mala suerte para Uber. El gigante europeo Just Eat Takeaway ha pisado el acelerador en el continente americano y ha conseguido hacerse con GrubHub antes que cualquier otra compañía. Por algo menos que los 8.000 millones de dólares que se pronosticaban en la compra de Uber, Just Eat ha pagado 7.300 millones de dólares para ocupar más del 25% de la cuota de mercado delivery en Estados Unidos.

De esta manera, y salvando a China de la ecuación, Just Eat es ahora la compañía más grande del mundo con presencia en 25 países y sumando. De hecho, la adquisición es de las pocas vías que se podrían ajustar al modelo de negocio actual de Just Eat. La entrada a puerta fría en nuevas geografías supondría demasiados costes y esfuerzos para el gigante europeo, por lo que encontrar compañías ya consolidadas y con buenas cuotas de mercado formaría parte de la estrategia de Just Eat a partir de ahora.

Por la parte de Uber, la realidad es que la operación no estaba del todo clara. Al menos para la competencia. La fusión entre ambas entidades habría supuesto superar más de la mitad del negocio en Estados Unidos, con lo que la aprobación de la supuesta compra pendía de un hilo. A estos problemas se les sumaba una falta de acuerdo en en precio a pagar por GrubHub. Por su parte, la compañía seguirá buscando otras oportunidades en el sector de la adquisición.