"Papá, ¿qué es esto?". Fue lo primero que preguntó Daniel cuando encontró una colección de vinilos. Estaba limpiando un baúl -de los recuerdos- con su padre cuando los encontró. Tenía 8 años. Ahora, más de 20 años después, recuerda ese primer contacto con el tocadiscos que había sido de su padre y el impacto que le causó escuchar ese sonido tan característico. En su piso, tiene ahora un tocadiscos nuevo y más de 20 vinilos. Dice que ha sido su gran compañía para escuchar música en la cuarentena. No es el único.

Desde que estamos confinados por el coronavirus, muchas personas escuchan más música que antes y otras lo hacen de una manera diferente. Aquellas que estaban acostumbradas a ponerse los auriculares en el metro o mientras caminaban hacia el trabajo, han dejado un poco de lado las plataformas de streaming musical como Spotify para disfrutar de la música de otra manera.

A Vanesa, su marido le sorprendió regalándole un tocadiscos por su 30 cumpleaños. Fue poco después de que se instaurara el estado de alarma y empezara la cuarentena. En las últimas semanas, afirma que ha escuchado "más vinilos que música en Spotify, sobre todo cuando estoy en casa y le tengo que dar la vuelta a los discos. Cuando estoy en el jardín sí que utilizo más Spotify". Vanesa tiene solo 6 vinilos, frente al catálogo interminable de las plataformas, pero muchas veces prefiero escuchar la música en el tocadiscos por el mismo motivo que Daniel, por ese sonido tan especial.

Pausa informativa

Actualmente, estamos pasando mucho tiempo en casa y estamos escuchando más música en la cuarentena. Pero para la mayoría no es por aburrimiento, sino como una manera de sobrellevarlo mejor. Después de varias semanas en las que el coronavirus está acaparando toda nuestra atención, algunos españoles han dejado de consumir noticias a todas horas. "No veo nada la televisión, las noticias las miro una vez al día en el móvil. Pero los vinilos los tengo todo el día". Ahora mismo la música en la cuarentena es, valga la redundancia, música para los oídos.

De hecho, lo primero que hace Esti cuando se levanta es poner el tocadiscos y se pasa todo el día escuchando música. Por lo mismo que Daniel y Vanesa: "por ese sonidillo especial". Llega un momento del día en el que Esti escucha su música por Spotify, porque no tiene tantos vinilos como para cambiar de disco durante todo el día. Justo en el momento en el que Hipertextual se pone en contacto con ella, está mirando por internet una oferta de 3x2 en vinilos.

Spotify presentó sus resultados trimestrales en medio de la crisis del coronavirus y, a pesar de que se mantiene como uno de os grandes del streaming musical en el mundo, en zonas como España ha disminuido la interacción diaria. Desde la compañía apuntaron a que esto se debe a un cambio en los hábitos porque la gente no puede salir a la calle y, por ello, no escucha música desde sus dispositivos en coches o wearables.

En algunos casos, esto ha venido acompañado de un aumento del uso de la aplicación a través de la televisión. Otras personas, sin embargo, han aprovechado esta situación para comprar, desempolvar y aprovechar más el tocadiscos y los vinilos.

La fama del tocadiscos, más allá del solo escuchar música en la cuarentena

A pesar de que durante la cuarentena algunos se hayan decidido por comprar un tocadiscos, no es algo nuevo. En 2016, la venta de discos de vinilo llegó a los 3.2 millones de discos, una cifra comparable a los números de venta de 1991. Fernando Navarro, crítico musical y autor de los libros Acordes Rotos y Martha, explicó que el vinilo no ha dejado de estar nunca, pero ahora se habla más de ellos porque parece que es la única alternativa al streaming.

"Sin duda, todas las opciones son válidas, pero yo creo mucho en la escucha con formato físico, más allá de mi educación emocional desde adolescente, porque ofrece placeres alternativos. Placeres más de fetichista, pero no por ello menos importantes. El objeto físico es al final un objeto de deseo".

El experto añadió para Hipertextual que el vinilo facilita además información sobre la grabación para entender mejor el disco. "Cuando salió el primer disco de Rosalía (El mal querer) fue gracias al vinilo que adquirí que pude ver qué instrumentos sonaban en cada canción, qué artistas formaban parte de cada canción y qué letras había en cada canción. Una información muy valiosa para apreciar más la música que oían mis orejas".

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De esta manera, según Navarro, se puede interpretar la música en todo su esplendor. Para él, escuchar el vinilo es una experiencia vital. Un viaje para el que están concebidos los grandes discos y él accede a formar parte de él.

Vuelta a los orígenes

La vuelta del vinilo y del tocadiscos para mucha gente ha venido acompañado, además, de una vuelta a la moda de los años 70 y 80, una tendencia que también se ha visto reflejada en películas y series.Desde Stranger Things hasta remakes como el de Cazafantasmas han inundado las pantallas de guiños al pasado.

En esta cuarentena ha continuado la dinámica, con estrenos como el de la tercera temporada de La casa de las flores en Netflix, cuya trama se desarrolla en parte en 1979 y Hollywood, ambientada en la Meca del cine durante los años 50.

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En entrevista anterior con Hipertextual, Montserrat Huguet, doctora en Historia Contemporánea en la Universidad Carlos III de Madrid y autora del libro La España del Seiscientos explicó que los jóvenes actualmente están haciendo lo que se ha hecho siempre: "rascar en el pasado para ver qué pueden encontrar ahí que les inspire o que les sirva, no de copia, sino de inspiración. Algo que les haga construir un nuevo texto, una nueva mirada sobre el presente".

A pesar de que actualmente tenemos muchas más opciones para consumir, en este caso música en la curantena, escucharla en el tocadiscos sigue siendo algo especial. Durante esta cuarentena, es importante encontrar esas cosas que nos reconfortan y nos hacen sentir mejor en una situación tan complicada como la actual. Y para Daniel, Vanesa y Esti, así como para muchas otras personas, el sonido especial de una canción escuchada en un tocadiscos es un pequeño placer en tiempos de confinamiento.

Para Fernando Navarro, también: "De no ser así, estarían perdiéndose el arte más misterio y abstracto de la humanidad: la música, el que más juega con nuestra imaginación y el que más lejos puede llevarnos".

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