Se supone que estamos empezando a ver la luz al final del túnel. El Gobierno presentó el plan de desescalada para empezar a dejar atrás la crisis por el coronavirus, que consta de varias fases. Es difícil establecer una fecha exacta pero, si no sufrimos un rebrote en las próximas semanas, posiblemente podamos empezar a volver a la normalidad a partir de junio. Sin embargo, ya sabemos que esa nueva normalidad viene cogida con pinzas y que muchos aspectos de nuestras vidas van a cambiar a pesar de que ya no estemos en estado de alarma ni en cuarentena. Una de ellas, sin duda, será el uso de las mascarillas y de los guantes cuando salgamos a la calle.

Hace pocos meses, era una minoría de la población española la que las utilizaba para moverse por las ciudades, a pesar de los índices de contaminación en lugares como Madrid y Barcelona. Sin embargo, muchos hasta se reían de los turistas asiáticos que llegaban a nuestro país con mascarilla. Ahora, la situación ha dado un giro de 180 grados. Todos los países europeos están presentado progresivamente sus planes de desescalada y algunos de ellos son ejemplo o inspiración para sus vecinos.

Alemania, donde se han registrado más de 155.000 contagiados frente a los más de 210.000 de España, nos adelanta por varias semanas, después de que permitieran abrir los comercios de 800 metros cuadrados o menos desde hace una semana. La última medida que se ha aplicado es la obligación de llevar mascarillas en el transporte público y, en el caso de algunos Estados, también en sitios públicos como paradas de taxi, tiendas o mercadillos.

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Este paso adelante hacia la normalidad podría convertirse en una parte de la nueva realidad, con la que tendremos que lidiar cuando podamos volver a las calles y se restaure nuestra rutina de manera paulatina. ¿Se tomará la misma medida en España como medida de precaución? Por el momento, el Gobierno no ha dado muchos detalles sobre la desescalada, aunque seguramente Alemania se convierta en un ejemplo a la hora de tomar esta decisión, a pesar de que cada estado ha aplicado la norma de manera distinta. En algunos se pondrán multas de hasta 150 euros a las personas que no lleven mascarilla en el transporte público, mientras que en otros los niños de hasta 6 años estarán exentos. Sin embargo, un punto en común en esta regulación es que no se especifica qué tipo de protección es necesaria para tapar la nariz y la boca.

Joan Ramón Villalbí, miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), apuntó que en muchos países donde se plantea esta iniciativa, también en España, se usan mascarillas de confección casera o incluso bufandas u otros elementos que puedan cubrir boca y nariz. "Está claro que no ofrecen las mismas prestaciones, pero se ha abogado por su uso. Hay datos que sugieren que pueden ayudar", dijo para Hipertextual.

Algunas empresas han empezado a comercializar mascarillas que cuentan con los filtros FFP2 y FFP3. Sin embargo, otras que no cuentan con la capacidad de vender las mascarillas con aval sanitario han diseñado las suyas propias. Además, muchas personas han fabricado las suyas desde casa. A pesar de que la protección puede estar limitada, muchos estudios apuntan a que llevar mascarillas sin filtro es mejor que no llevar nada. No obstante, se recomienda que el material tenga una densidad suficiente para capturar partículas virales y, para ello, se pueden utilizar telas como la de una camiseta de algodón, franela o un trapo de cocina.

Cómo fabricar tu propia mascarilla con materiales que tienes por casa

En los inicios de la pandemia, las mascarillas sanitarias se convirtieron en un bien al alcance de pocos porque en pocos días se agotaron en las farmacias y establecimientos. Ahora vuelven a estar disponibles, pero ¿qué pasaría si se obligara a que toda la población lleve mascarilla para acceder al transporte público? "Inicialmente se pensaba en las mascarillas sobretodo para el personal sanitario, y la misma OMS recomendaba que no se usaran por el público general para no crear desabastecimiento en ellos. Pero claramente está evolucionando la perspectiva hacia un uso bastante generalizado", recordó, por su parte, Joan Ramón Villalbí.

Asimismo, añadió que la producción se está multiplicando y que empresas textiles que no lo hacían están entrando en este negocio. Sin embargo, recordó que, más allá de las mascarillas, es clave respetar la distancia y extremar la higiene. "Pero pienso que elementos como guantes y mascarillas van a ser de uso mucho más frecuente", concluyó.

Sin embargo, Javier Cabo, Catedrático de Ingeniería Biomédica y Catedrático de Gestión Sanitaria, destacó que procurar que las mascarillas adecuadas estén al alcance de la población en farmacias y grandes superficies alimentarias debe ser una de las obligaciones prioritarias del Gobierno. "Eso sí, a ver si esta vez lo hacen con un mínimo de exigencia y rigor en la gestión y son las FFP2, FFP3 o las NP5 homologadas. Por lo menos asegurar existencias de las FFP2 homologadas, de acuerdo con un conjunto de métodos de prueba estandarizados".

"Solo estas mascarillas FFP2 homologadas, con una eficacia de filtración mínima >95% pueden protegernos de los agentes biológicos patógenos como bacterias, virus y hongos aéreos".

Asimismo, Cabo dijo para Hipertextual que la información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Center for Disease Control and Prevention (CDC) y The Nacional Institutes of Health (NIH) sugiere que las dos rutas principales de transmisión de la COVID-19 son las gotas respiratorios y el contacto. Por lo tanto, advirtió que la medida de utilizar mascarillas en el transporte público debería ser aprobada y dictada a nivel nacional, así como el uso de guantes de protección como manera preventiva para evitar potenciales contagios mediante el contacto con posibles superficies contaminadas.

La mayoría, a favor

En España, los gobiernos autonómicos de País Vasco y Madrid se han posicionado a favor de esta medida y apuestan por su aplicación. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana de Madrid apuntó a que uno de los ejes fundamentales para el proceso gradual y seguro del próximo desescalamiento es la seguridad del transporte. Entre ellas, el uso de las mascarillas, la desinfección de vehículos y terminales y control de flujo de pasajeros. Asimismo, el Ministerio informó por correo electrónico a Hipertextual que se tendrán que plantear medidas de prevención y seguridad individuales que tendrán que ser obligatorias en el transporte.

Sin embargo, añadió que están al servicio de las autoridades sanitarias y que las iniciativas que toma el Ministerio es a requerimiento de dichas autoridades.

Al respecto, el Ministerio de Sanidad informó que está trabajando en distintas iniciativas y escenarios y que informará de ellas cuando se decidan. Por lo tanto, ni confirmaron ni desmintieron si están tomando en consideración obligar al uso de las mascarillas.

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Hace meses, llevar mascarilla no estaba dentro de los hábitos de la mayoría de los españoles. Comentábamos que el coronavirus cambiará ciertas costumbres, y esta sin duda será una de ellas. En un estudio sociológico realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para saber las opiniones de los españoles respecto a la pandemia de la COVID-19, una mayoría (70.6%) se mostró a favor de que se obligue a la utilización de mascarillas y guantes.

Asimismo, muchos resaltaron la importancia de la responsabilidad ciudadana para combatir el coronavirus, así como la realización de controles sanitarios de manera frecuente cuando acabe la cuarentena.

Cada vez está más claro que las mascarillas formarán parte de nuestra vida diaria, aunque también sabemos que la vida a través de una mascarilla puede ser muy diferente. Para muchos resultará extraño moverse en un entorno en el que todo el mundo tiene la cara cubierta, aunque para otros será un signo de tranquilidad. Sí, las mascarillas pueden evitar contagios pero, en primer lugar, siempre y cuando se utilicen debidamente. Si nos tocamos la cara todo el rato mientras la llevamos puesta, aunque sea incómodo, su efectividad será poca. Y, en segundo lugar, es importante recordar que las mascarillas pueden ayudar a que un virus no se propague, pero no curan una pandemia.

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