El coronavirus ha llegado para desmantelar todo lo que pilla a su paso. La crisis sanitaria ha venido de la mano de una gran incertidumbre en lo que respecta al futuro de la economía de los países. Con el país prácticamente encerrado en sus casas, el tejido empresarial se tendrá que enfrentar a una lenta recuperación de la que aún no se puede adelantar nada. Justo a ellos, el ecosistema de las startups también pasará por su propia lucha.

Ya son muchas las que han tenido que replantearse el año y los meses próximos. Ni si quiera los gigantes del emprendimiento en España se han librado del efecto del coronavirus en los hábitos de consumo. Cabify o Glovo, entre otras muchas, ya anunciaron un ERTE para la plantilla como consecuencia de una caída pronunciada en la demanda de sus servicios. Otras, como Pompei en declaraciones a Hipertextual, han tenido que prescindir de todo su equipo; no están en las prioridades del público ahora mismo. Tampoco son buenos momentos para las ayudas públicas; ENISA ya anunció hace unos días que dejaba de firmar préstamos a emprendedores hasta nuevo aviso. La obligatoriedad de tener que ser firmados en persona y la necesidad de desviar fondos a otras ayudas públicas para paliar los estragos de la pandemia han congelado cualquier opción, de momento.

En cualquier caso, está el ecosistema congelado hasta nuevo aviso. La realidad es que la actividad sigue y la financiación tampoco ha perdido fuelle. De hecho, en este momento existe un especial interés en todo aquello que pueda luchar contra el coronavirus de alguna manera u otra.

A la larga lista de empresas, también startups, que han cambiado su trabajo diario para colaborar –en la medida de sus posibilidades–, se les une el colectivo de aceleradoras e inversores. Si bien la gran mayoría sigue centrado en su foco de negocio, y esperan que el levantamiento del confinamiento de los ciudadanos traiga de la mano una pronta recuperación económica y la reactivación de las inversiones.

Otros, aún con el foco puesto en el futuro, han decidido reconvertirse y reconvertir su cartera estos días. Por su parte, Marina de Empresas, formada Lanzadera, EDEM y Angels, ha tomado la decisión de impulsar las iniciativas –que ya forman parte de sus inversiones previas–, y que se hayan dedicado casí en su totalidad a luchar contra la COVID-19.

"La importancia la tiene el hecho de devolver a la sociedad. Las empresas están para generar valor, y en estos momento todos tenemos que dar un paso al frente y apoyar en lo que podamos. Yo personalmente, estoy dedicando horas a la semana a mentorizar a empresas, que no son de Lanzadera, para ayudarles a salir de esta, de manera totalmente altruista. Es lo mínimo que puedo hacer", explica Javier Jimenez director general de Lanzadera. Y no son los únicos. Junto a la pandemia, ha surgido todo un movimiento para impulsar la actividad de las startups que pueden luchar contra el impacto de este virus, o de cualquier otro.

Principalmente de corte público y de la Unión Europea, o incluso regionales con Connecto Startup en Castilla y León, aquellas que estén directamente relacionadas con educación o sanidad tienen la atención de los fondos del colectivo. También versiones privadas, como Startup Valencia y su programa de ayuda de mentores a startups afectadas por la COVID-19.

De hecho, todos los programas públicos han reconvertido su foco a la lucha común contra el conoronavirus que afecta al total de la Unión. La Comisión Europea ya lanzaba una convocatoria para encontrar startups que ofreciesen soluciones viables para ayudar en la pandemia. Era una iniciativa de emergencia para una situación de emergencia que, sin embargo, podría haber marcado un precedente.

No era su única ayuda en la cartera. La Fundación Europea de Financiación para la Innovación (FINNOVA) también anda a la caza de las mejores soluciones, de ingenieros, proyectos o pymes, que puedan poner coto al virus y que tengan foco en la recuperación. Los ganadores participaran en convocatorias de la Unión Europea optando hasta 2,5 millones de euros de subvención y 15 millones de euros de inversión en capital por parte de la UE.

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Y la lista continúa, principalmente para uno de los sectores al que la pandemia le ha pillado desprevenido: el de la educación. El cierre de los colegios, y todo apunta que se mantendrá hasta el curso que viene, universidades y escuelas superiores ha puesto de manifiesto que la educación en España aún tiene mucho que avanzar. La brecha digital entre familias y la atención a las necesidades especiales de los alumnos están, hoy más que nunca a la orden del día.

Para este colectivo, que lucha –a su manera– contra la COVID-19 IMPACT EdTech, la incubadora-aceleradora europea, quiere apoyar con 6 millones de euros a compañías que ofrezcan soluciones para el sector educativo de todos los niveles. Un proyecto que está planteado desde 2019, pero que en la situación actual cobra más importancia que nunca. De hecho, y pese a estar fuera del ámbito de la pandemia, "esta situación ayuda a fijar las prioridades de cara al futuro, y si algo bueno podemos sacar de la situación es precisamente que nos ayuda a diferenciar lo que es importante de lo que no", explica Miguel Ángel Díez Ferreira, miembro del equipo en una entrevista a Hipertextual.

Pero no solo a través de los fondos."Lo que buscamos con este proyecto no es tanto ayudar al sector educativo de forma directa, si no a través de encontrar y potenciar a las mejores propuestas tecnológicas que ayuden al sector educativo. Las empresas que buscamos son precisamente aquellas capaces de generar un impacto positivo en la digitalización de la Educación, que ahora es más importante que nunca", añade.

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