Una cámara de 108 megapíxeles, una batería de 5.000 mAh de capacidad, un zoom de hasta 100 aumentos, una pantalla de casi 6 pulgadas, una tasa de refresco de 120 Hz, grabación de vídeo en 8K… El Galaxy S20 Ultra llega al mercado repleto de grandes números. Pero, ¿son esas cifras suficientes para convertirse en el mejor smartphone del momento?1.359 euros. Esa es exactamente la cifra que Samsung pide a las personas que deseen adquirir el nuevo y flamante Galaxy S20 Ultra. El número no es pequeño, precisamente. Supera holgadamente los 1.099 euros del Galaxy S10 5G –la variante más avanzada de la generación anterior– y, además, se posiciona por encima incluso de equipos como el iPhone 11 Pro y el iPhone 11 Pro Max, con un PVP base de 1.159 y 1.259 euros, respectivamente.
Al exigir casi 1.400 euros a los consumidores, *el Galaxy S20 Ultra no puede conformarse con ser un excelente smartphone –que ya adelanto que lo es–. Tiene que ser el mejor.* Y eso es, precisamente, lo que he intentado averiguar sobre este teléfono durante los últimos días. ¿Es el Galaxy S20 Ultra lo suficientemente increíble como para poder reclamar 1.359 euros a los consumidores que quieran hacerse con él?
Desde el punto de vista exterior, el Galaxy S20 Ultra constituye un leve refinamiento del patrón que la marca ha desarrollado a lo largo de las últimas generaciones. Los marcos que rodean la pantalla son algo más delgados, la perforación de la pantalla tiene un diámetro menor, etc. Estos retoques hacen que la sensación de inmersión y el aprovechamiento del área frontal sea levemente mayor que en la generación previa, lo que también tiene un beneficio estético y visual positivo.
Por detrás, las diferencias respecto a las generaciones previas sí son más notorias. Samsung ha incorporado un prominente módulo rectangular que se sitúa en la esquina superior izquierda y agrupa un total de cuatro cámaras. Este sigue la tendencia ya iniciada por Apple y Google con el iPhone 11 Pro y el Pixel 4, respectivamente, por lo que su inclusión no sorprende. Lo que sí llama la atención es la superficie que ocupa y su grosor. *El módulo del S20 Ultra es más grande que los presentes en los smartphones de la competencia*, por lo que, durante los primeros días con el teléfono, su presencia es bastante perceptible tanto visualmente como al tacto –resulta muy fácil tocarlo mientras sostienes el smartphone e interactúas con su pantalla–. Por suerte, esta es únicamente una cuestión de tiempo. Tan solo son necesarios varios días usando y transportando el S20 Ultra para acabar acostumbrándose y normalizando este gran módulo fotográfico.
Antes de terminar con este apartado, hay una serie de detalles que merecen especial atención:
- La curvatura lateral de la pantalla es mucho más sutil que en generaciones anteriores. Esto ya se pudo apreciar en el Galaxy S10, pero Samsung lo ha llevado un pasito más allá en esta nueva generación. Al ser más leve, la curvatura del panel no llega a entrar en contacto con elementos de la interfaz como el teclado, lo que facilita el uso del producto. Resulta curioso, no obstante, que Samsung de este tipo de pasos teniendo en cuenta que los paneles curvos han sido una de sus señas de identidad desde el S6 Edge.
- El marco lateral no es de acero, como sí lo es el del iPhone 11 Pro. Esto puede parecer un detalle menor, pero el uso de dicho material aumenta significativamente la percepción de valor del teléfono. Dicho de otro modo: su presencia habría hecho que el S20 Ultra se sintiese más premium en la mano. Y teniendo en cuenta que este teléfono cuesta casi 1.400 euros, no habría estado de más.
- El marco inferior sigue siendo ligeramente más grueso que el resto, lo que rompe levemente la simetría horizontal del teléfono. Este detalle también está presente en productos de la competencia, y la razón es puramente técnica.
La conectividad 5G más avanzada (aunque no sirva de mucho)
El Galaxy S20 Ultra ofrece conectividad 5G en varios mercados, incluso aquellos en los que se comercializa la versión con un SoC Exynos. Para ponerlo a prueba, lo he utilizado con una tarjeta SIM de Vodafone, único operador que actualmente ofrece una red 5G a los consumidores españoles. La experiencia podría resumirse en dos puntos:
- En Madrid, el estado de la red 5G de Vodafone es prematuro. El principal problema es la cobertura, que resulta bastante irregular y se limita únicamente a ciertas calles céntricas. En cuanto sales de esos puntos clave, entras en un edificio o caminas por callejuelas, el móvil pierde la señal 5G y vuelve a conectarse a la red 4G. La mayor parte del tiempo, por lo tanto, acabas utilizando el smartphone con la infraestructura de cuarta generación.
- Por el momento, los casos de uso que permiten aprovechar la red 5G son bastante escasos. Durante los días que he utilizado el Galaxy S20 Ultra, no me he enfrentado a ninguna situación en la que haya o hubiese agradecido contar con dicha conectividad. En procesos cotidianos –como reproducir una película en Netflix, ver un vídeo en YouTube o navegar por redes sociales– apenas se aprecia la diferencia entre una red 4G y una red 5G. En el futuro es probable que la situación evolucione y se anuncien nuevos servicios que sí permitan sacar partido a esta infraestructura; pero, hasta entonces, no esperes que el 5G transforme la forma en la que utilizas tu smartphone, porque lo más probable es que ni siquiera te des cuenta de que está ahí.
Dicho esto, creo que **Samsung ha tomado la decisión correcta incorporando un módem 5G en su smartphone de referencia**. Cuando pagas casi 1.400 euros por un producto, esperas que este tipo de tecnologías vanguardistas estén presentes. Además, el fabricante ha montado un módem compatible con muchas de las tecnologías que definirán al 5G durante los próximos años (es compatible con mmWave, sub-6, SA, NSA, etc.), por lo que, si compras un Galaxy S20 Ultra y planeas conservarlo durante muchos años, podrás aprovechar las diferentes mejoras que se vayan incorporando a la infraestructura 5G de los operadores.
Probamos la red 5G de Vodafone en Madrid: una tecnología del futuro con escaso impacto en el presente
La mejor pantalla del momento, otra vez
Las pantallas de la familia Galaxy S se han posicionado, durante años, entre las mejores de la industria; y la del S20 Ultra no es ninguna excepción a esta norma. Tiene un tamaño de 6,9 pulgadas, una resolución que alcanza el QHD+ y emplea la última especificación de la tecnología Dynamic AMOLED, término utilizado por primera vez junto al Galaxy S10.
En lo que a brillo, uniformidad, precisión de color y contraste se refiere, el panel del Galaxy S20 Ultra ofrece unas métricas excelentes. Lo único criticable en este sentido es el modo de color que viene activo por defecto, el cual sobresatura las imágenes por encima de lo apropiado y hace que todo resulte demasiado estridente. Esto puede llevar a ediciones fotográficas erróneas, a perder ciertos matices durante la reproducción de contenidos multimedia, etc.
La opción se puede desactivar en los ajustes del sistema, por lo que realmente se trata de un problema fácilmente solucionable. No obstante, sorprende la decisión de Samsung en este sentido, pues supone un paso atrás respecto al Galaxy S10. Con dicho modelo, el fabricante decidió (por fin) premiar las imágenes realistas en lugar de las estridentes y no activó el modo de color “intenso” por defecto.
Más allá de los parámetros habituales, lo realmente interesante de la pantalla del Galaxy S20 Ultra es su tasa de refresco, que alcanza los 120 Hz y duplica la frecuencia habitual. Por defecto, está activo el modo de 60 Hz, así que el usuario tiene que acudir a ajustes y activar los 120 Hz manualmente. Cuando lo haces, la experiencia de uso se transforma por completo. El scroll de las listas, las animaciones al interactuar con las aplicaciones… cualquier acción que implique el movimiento de elementos en la interfaz se produce con mayor soltura y fluidez. Es una sensación tan placentera que, una vez la pruebas, no quieres volver atrás.
Samsung no es el primer fabricante que apuesta por este tipo de pantallas. Apple la monta paneles de 120 Hz en el iPad Pro desde hace años, OnePlus incorporó pantallas de 90 Hz en el año pasado, etc. Samsung, en cambio, sí es la primera que incorpora un panel de 120 Hz en un smartphone popular, por lo que probablemente sean muchas las marcas que se suban a este tren tras el paso dado por la empresa surcoreana.
Sobre este modo de 120 Hz, eso sí, hay que hacer un par de apreciaciones extra:
- Algunos fabricantes adaptan dinámicamente la tasa de refresco de la pantalla en función de las acciones del usuario. De esta forma, si no se realiza ningún movimiento en la interfaz, el panel rebaja temporalmente la tasa hasta 60 Hz y reduce el consumo energético del equipo. El S20 Ultra, en cambio, no hace nada de eso. Los 120 Hz se mantienen incluso si el usuario está leyendo un texto estático u observando una imagen.
- Los 120 Hz no son compatibles con la resolución QHD+, por lo que el usuario debe escoger entre 120 Hz y resolución Full HD+ o 60 Hz y resolución QHD+. Circulan rumores que aseguran que Samsung habilitará esta posibilidad mediante una actualización de software futura, para aquellos que quieran exprimir al máximo el panel del S20 Ultra.
Grandes números, grandes resultados
El Galaxy S20 Ultra incorpora el último SoC Exynos, hasta 16 GB de memoria RAM, un almacenamiento de tipo UFS 3.0… Son grandes números que, en la práctica, se traducen en una maravillosa experiencia de uso. El equipo es capaz de afrontar con soltura incluso a las tareas más adversas.
En la experiencia de uso también influye la capa de personalización de Samsung, a la que denominan One UI. Estéticamente, es mucho más sencilla y coherente que las capas de personalización a las que el fabricante solía desarrollar en el pasado. Funcionalmente, además, facilita el uso de smartphones con pantallas grandes –como la del S20 Ultra– gracias a una disposición de los elementos pensada para ello.
En lo que a autonomía se refiere, la batería de 5.000 mAh ofrece una gran resistencia incluso en escenarios complejos. Con dos tarjetas SIM (una de ellas 5G), la tasa de refresco de 120 Hz activa y un uso de aplicaciones intermedio, resultó bastante sencillo finalizar una jornada con cierto porcentaje de batería restante (alrededor del 30%). La autonomía, por lo tanto, no constituye ningún problema en el Galaxy S20 Ultra.
Si algún día necesitas algo de jugo extra, el teléfono de Samsung es compatible con un sistema de carga rápida de hasta 45 W de potencia, lo que equipara, sobre el papel, las propuestas de fabricantes como Huawei. La parte negativa es que en la caja únicamente se incluye un adaptador de corriente de 25 W, por lo que, para disfrutar de esa potencia extra, será necesario pasar por caja una vez más. En cualquier caso, el rendimiento del adaptador de 25 W probablemente sea más que suficiente para la gran mayoría de personas, por lo que se trata de un problema menor.
En lo que a biometría se refiere, Samsung sigue apostando por el lector de huellas ultrasónico bajo la pantalla. El fabricante lo introdujo por primera vez en el Galaxy S10, y desde entonces, en los sucesivos modelos, ha ido refinando su funcionamiento hasta la versión presente en el Galaxy S20 Ultra, cuyo rendimiento es muy bueno.
Aun así, creo que los sistemas de desbloqueo facial tridimensionales como Face ID son más apropiados, pues generan menos fricción cada vez que accedes a una aplicación con verificación biométrica o, simplemente, desbloqueas el equipo.
La cámara de los 108 megapíxeles
La cámara es la principal diferencia entre el Galaxy S20 Ultra y el modelo inmediatamente inferior. Es la razón que debe justificar los 250 euros de diferencia respecto al Galaxy S20+ 5G y, sobre todo, los 100 euros de diferencia respecto al iPhone 11 Pro Max, considerado, junto al Pixel 4 XL, como el referente en el ámbito fotográfico.
Para acometer esta tarea, Samsung ha optado por el camino Samsungiano, que no es otro que el de los grandes números.
- El sensor principal es muy grande y tiene 108 megapíxeles de resolución. Lo que Samsung hace, no obstante, es combinar nueve de estos píxeles en uno, el cual, por consiguiente, tiene un tamaño mucho más grande (2,4 micras). Esto, en principio, ayuda a capturar más luz en situaciones de luz adversas.
- Si el usuario así lo desea, puede desactivar esta combinación de píxeles –a la que llaman nonabinning– y realizar imágenes de 108 megapíxeles con más resolución. En escenarios nocturnos, sin embargo, no es recomendable el uso de este modo de disparo, pues el sensor capta menos luz y la imagen resultante es claramente inferior.
- El sensor secundario tiene una resolución de 48 megapíxeles, pero lo interesante es que está acompañado de un objetivo de tipo periscopio que realiza un zoom óptico de cuatro aumentos. Su apertura es de f/3,5, más pequeña que las habituales en los sensores principales. Cuando la luz comienza a caer, por lo tanto, su rendimiento se ve empobrecido.
- El Galaxy S20 Ultra permite, según promociona la marca, alcanzar hasta 100 aumentos con su cámara. El funcionamiento del sistema es el siguiente: entre 1x y 4x realiza zoom digital en base al sensor principal de 108 megapíxeles. Cuando llega a 4x, cambia al sensor secundario y ofrece un zoom puramente óptico. Entre 4x y 100x, el teléfono sigue utilizando el sensor secundario (48 megapíxeles) y su teleobjetivo de cuatro aumentos, pero, sobre esa imagen, aplica recortes digitales. Para enriquecer el resultado final, utiliza diversos algoritmos de tratamiento de imagen.
- El tercer sensor es de tipo gran angular y tiene una resolución de 12 megapíxeles.
- La cuarta cámara, por último, es de tipo ToF, la cual ayuda a medir la distancia a la que se encuentran los diferentes elementos de una escena.
Estos grandes números y, sobre todo, el gran tamaño de los píxeles del sensor principal (2,4 micras utilizando la tecnología nonabinning) invitan a pensar en que esta cámara, la del Galaxy S20 Ultra, es excelente. Y, en cierto modo, así es. Se trata de una muy buena cámara en la que se puede confiar y con la que la gran mayoría de personas quedarán satisfechas.
También constituye un salto significativo respecto a las generaciones previas de la familia Galaxy S, que quedaron un poco descolgadas respecto a productos de la competencia como el iPhone, el Pixel o el Huawei coetáneo.
Dicho esto, la cámara principal del Galaxy S20 Ultra no es perfecta. De hecho, hay muchas situaciones en las que los algoritmos del iPhone 11 Pro y el Pixel 4 XL hacen un mejor trabajo, sobre todo en lo que a tratamiento del ruido, iluminación de las sombras y precisión de los colores se refiere. Y si alguien invierte 1.359 euros en este teléfono, probablemente espere que, incluso en esas áreas, el teléfono de Samsung sea igual o incluso mejor que la competencia. Pero ese no es el caso. El rendimiento es muy bueno, pero quizá no tanto como debería serlo.
El Galaxy S20 Ultra, por otra parte, no tiene un objetivo de 50mm (2x) tradicional, sino que realiza un recorte digital de la imagen capturada por el sensor de 108 megapíxeles. Este funciona bien, pero, por muchos algoritmos de IA que Samsung haya implementado, su rendimiento es algo inferior a un 2X óptico, sobre todo en lo que a detalle se refiere.
A partir de ahí, **el zoom del Galaxy S20 Ultra es claramente superior a la mayoría de su competencia**. El 4X es sumamente divertido por las posibilidades que ofrece y la forma en la que comprime la perspectiva y deforma los objetos. Lo único que hay que tener en cuenta, eso sí, es que el rendimiento decae progresivamente conforme la luz comienza a desaparecer –recordemos que el objetivo tiene una apertura f/3,5, bastante más pequeña que el f/1,8 del sensor principal–.
El 10X, pese a recurrir parcialmente a los aumentos digitales, ofrece un rendimiento bastante bueno. Como era de esperar, la calidad cae levemente respecto al 4X, pero sigue siendo bastante usable en condiciones lumínicas favorables.
El 30X, por su parte, es relativamente aceptable, aunque la falta de nitidez en este caso comienza a ser más evidente. El 100X, por último, es bastante prescindible. A la baja calidad de la imagen final hay que sumar, además, la dificultad para encuadrar correctamente, pues cualquier leve movimiento del teléfono descuadra por completo la escena.
Respecto al gran angular, Samsung ha hecho un muy buen trabajo en lo que a detalle se refiere, sobre todo si se compara con el iPhone 11 Pro. Además, es posible utilizar el modo noche con esta lente, lo cual puede resultar bastante útil en determinados escenarios.
Por último, pero no por ello menos importante:
- Grabación de vídeo en 8K. Pese a ser una de las funciones estrellas del equipo, es bastante prescindible. Está limitada a 24 FPS, el sistema de estabilización en este modo es bastante ineficiente y la calidad en general es muy mejorable. Si quieres grabar vídeo con el S20 Ultra, lo mejor es que dejes el 8K como algo anecdótico y emplees, en su lugar, el modo de grabación en 4K a 60 o 30 FPS, que sí ofrece una calidad muy buena.
- Modo retrato. En escenas complejas, la cámara ToF del S20 Ultra permite recortar con bastante precisión los diferentes elementos que aparecen en la escena. La parte mejorable es el algoritmo encargado de tratar la piel, que sigue suavizando las texturas y no siempre acierta con los tonos de piel y la iluminación.
- Problemas de enfoque. El S20 Ultra a veces tiene dificultades para enfocar correctamente, sobre todo si el sujeto está cerca. Es un problema reconocido por el fabricante, por lo que puede que una futura actualización de solvente este problema. Hasta entonces, es algo a tener en cuenta.
Conclusión
El Samsung Galaxy S20 Ultra es uno de los mejores teléfonos que veremos en este 2020. Sin embargo, este también es un teléfono bastante caro. Y cuando pides a los clientes que inviertan una cifra superior a la habitual, tienes que ofrecer el mejor rendimiento en todos los sentidos, incluyendo la fotografía. Ese, por desgracia, no es el caso del S20 Ultra, cuyos algoritmos de tratamiento de imagen siguen un paso por detrás de los de Google y Apple.
Por esta razón, resulta una compra más sensata el Galaxy S20+, que con conectividad 5G tiene un coste de 1.109 euros en España (250 euros menos que el Ultra). La mayor diferencia entre este modelo y el S20 Ultra es el zoom, que se queda en un máximo de 30 aumentos. Todo lo demás (pantalla de 120 Hz, procesador, etc.) es prácticamente igual. Por lo tanto, salvo que el zoom de cuatro aumentos óptico y de cien aumentos digital sea algo imprescindible, lo mejor que puedes hacer es ahorrar esos euros y optar por alguno de los otros modelos de la familia S20.
Pros
- La pantalla es una delicia. Los 120 Hz son muy bienvenidos.
- El zoom, en especial el 4X y el 10X, funcionan bastante bien.
Contras
- Más caro que la competencia.
- El procesado de las imágenes sigue un paso por debajo del de Google y Apple.