Si ya pudimos ver el primer cortometraje sobre el covid-19 —Coughing While Asian (Michael Tow y Teja Arboleda, 2020)—, que se burla con bastante gracia y mala uva de la paranoia racista por la presencia de ciudadanos asiáticos o de ascendencia oriental en Estados Unidos, ahora nos llega otro corto derivado de esta famosa epidemia que surgió en Wuhan, capital de la provincia china de Hubei. Se trata de Coronavirus: The Movie, y ha sido realizado por el británico Blake Ridder, un joven cineasta natural de Shanghai, con otros ocho en su haber hasta el momento y uno más, Outlive, en preproducción.
Igual que Tow, ha trabajado como actor asumiendo papeles sin importancia —y ni tan siquiera acreditación— antes de dirigir, en películas de ligas grandes como Ready Player One, El apóstol o El cascanueces y los cuatro reinos (Steven Spielberg, Gareth Evans, Lasse Hallström y Joe Johnston, 2018). Y se ha entretenido con varios cortometrajes al año: Regret, Exmalum y el premonitorio What Happened to Kali en 2018, Barber Fight, Mother’s Smile, Circle y Car Park B (con Lona Fontaine) en 2019 y, hasta ahora, Coronavirus y Bad News en lo que llevamos de 2020.
Todos ellos pecan de lo mismo: se sienten simplones, impostados e inverosímiles, y la mayoría se tira de cabeza en lo tópico. Los únicos que podrían sobresalir un poquito son Circle, por la propuesta, y Car Park B, por el montaje final en reverse motion. E incluso Coronavirus: The Movie, lamentablemente, cae en tales problemas. Y es que no es fácil acertar si uno no digiere bien los proyectos y lanza cortos como churros: lograrlo así es cosa portentosa. Pero el filme de Blake Ridder sobre el covid-19 resulta útil para mostrar que esta epidemia mediática, tras el corto de Tow y Arboleda, también se está expandiendo por el cine.