El coronavirus sigue propagándose a la suficiente velocidad como para convertirse en una emergencia internacional de envergadura, algo que ya el cine había previsto en los últimas décadas en más de una ocasión.
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Por ese motivo, no parece sorprendente que la película Contagio, de Steven Soderbergh, se haya convertido en la segunda película más vista en el catálogo de Warner Bros en el año 2020. Sin duda, gracias al impulso de la paranoia y el miedo que está provocando la posibilidad que el coronavirus sea algo más que una condición médica relativamente grave. ¿Se trata de un fenómeno que refleja el estado de ánimo mundial?
Sí y no. Desde Pánico en las calles (1950), de Elia Kazan, en la que ya se mostraba la forma como la paranoia podía destruir a la sociedad tal y como la conocemos, hasta la poética, trágica y oscura Los hijos del hombre (2006), de Alfonso Cuarón, el riesgo que conlleva una circunstancia sanitaria de envergadura, ha formado parte de la obsesión cultura sobre la vulnerabilidad de nuestra sociedad. Y es esa obsesión la que se ha reflejado en todo tipo de argumentos literarios y cinematográficos, con el ingrediente añadido de analizar el comportamiento humano durante una situación parecida.
Sin duda, la aparición del virus de Wuhan es un recordatorio de que, a pesar de los avances técnicos y médicos, la humanidad sigue siendo proclive a circunstancias fuera de su control. Y es ese temor, el que refleja con una brillante dureza el thriller de 2011 de Steven Soderbergh Contagio, cuyo argumento recorre con realismo todas las fases que puede atravesar nuestro hipertecnificado y comunicado mundo contemporáneo durante una epidemia mortal. La película, además, cuenta con la especial cualidad de retratar diferentes historias en paralelo, que recorren la forma en que los gobiernos, instituciones especializadas y centros de poder se enfrentan a la situación, lo que permite un panorama global para retratar la ficticia pandemia desde el punto de vista doméstico hasta el más general.
Todo lo anterior, parece haber motivado que la película resurgiera en las listas desde principios de año, casi desde el mismo momento en que las noticias sobre el coronavirus comenzaron a dominar los titulares de prensa alrededor del mundo. Un mes después, Contagio había superado a otros films semejantes hasta disfrutar de un inverosímil revival, todo gracias a su especial enfoque sobre el espíritu de nuestra época y su capacidad de reacción frente al antiguo enemigo de las enfermedades contagiosas.
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Por supuesto, el thriller de suspense de Soderbergh tiene para resurgir como referente inmediato en medio de una pandemia de proporciones colosales y además, sus posibles consecuencias en la psiquis colectiva. La película —que en su momento fue tildada de alarmista y también, de poco creíble— capta el espíritu de la época a través de la forma en que el grupo de personajes reaccionan frente a lo que ocurre a su alrededor. Casi diez años después de su estreno, la visión del director es lo bastante semejante a lo que ocurre en la actualidad como para volverse motivo de obsesión entre el público y quienes intentan reflexionar sobre la pandemia a través de elementos culturales reconocibles.
Virus, histeria colectiva y las pantallas de televisión
El fenómeno ha provocado que los productores de Contagio, se aseguren que la película sea interpretada de la manera correcta o en cualquier caso, el mensaje central que intenta transmitir sea lo suficientemente claro como para que el debate a su alrededor no termine por volverse una discusión superficial. “No estamos tratando de asustar a la gente porque todos van a morir”, dijo el productor Michael Shamberg a Buzzfeed. “Estamos tratando de asustar a la gente para que pueda hacer algo”.
Se trata de una idea abarca la forma en que los medios de comunicación y las redes sociales están influyendo en cómo se percibe el virus —y las precauciones y medidas que se toman para su contención— , es, además, una instantánea de la sociedad contemporánea sometida a la doble presión de una pandemia que amenaza con propalarse con mucha más rapidez de lo estimado y la histeria colectiva que provoca la posibilidad.
El lunes de esta semana, los mercados bursátiles mundiales abrieron con una peligrosa tendencia a la baja, que incluyó incluso una caída histórica en los precios del petróleo y también, un índice en las bolsas de valores mundiales muy por debajo de la media. De manera que el coronavirus, más allá de su condición como elemento de alta peligrosidad con el que varios gobiernos deben luchar ahora mismo, es también un recorrido peligroso por la posibilidad que gobiernos e instituciones alrededor del mundo no estén preparados para lo que pudiera ocurrir en las próximas semanas y meses.
Shamberg dice que hay consuelo en el argumento de Contagio, que muestra un virus mucho más mortal que el COVID-19 y cuya propagación se analiza en la película desde una serie de errores tácticos y de protección básicos que aumentan la peligrosidad de la emergencia. Según el productor, el film del 2011 puede ser una forma de consuelo porque “muestra que finalmente habrá una solución y la humanidad se recuperará”. De hecho, en la película, el argumento recorre desde las salas de emergencia atestadas de enfermos, la reacción de internet y la búsqueda acelerada de una cura. “Significa asustar a las personas para que tomen precauciones y solo para que la infraestructura haga lo correcto”, agregó Shamberg.
Contagio, escrita por Scott Z. Burns, se ocupa con meticulosidad de retratar tanto la ciencia detrás de una epidemia como de la reacción pública mundial, mostrando en paralelo las consecuencias de la ineficiencia de una sobre el estallido imprevisible de la otra.
Tanto Shamberg como Burns, han declarado durante las últimas semanas que Contagio en la época del Coronavirus es un recorrido consciente sobre la reacción de la sociedad a situaciones que le superan en recursos y planificación. De hecho, Burns ha insistido que el objetivo final de la película es mostrar “cómo las condiciones preexistentes en nuestra sociedad nos hacen susceptibles al miedo y al virus”. Siempre según el guionista, Contagio se asegura de mostrar a los espectadores a qué puntos deberían prestar atención para asegurarse de que los rumores del coronavirus no causen pánico innecesario, algo con que la prensa y redes sociales están lidiando en la actualidad por la proliferan de fake news de diversa índole y gravedad a través de todo tipo de plataformas virtuales.
La situación emparenta los acontecimientos actuales con uno de los personajes más importante en Contagio: Alan Krumwiede (Jude Law), un teórico de la conspiración que capitaliza el rápido brote del virus para elevar su perfil al buscar una cura falsa rodeada de homeopatía. Toda la situación que rodea a Krumwiede (que transmite desde un blog y pequeños vídeos informativos) es casi idéntica a la que ocurre en la actualidad, cuando millones de cuentas fantasmas y medios sin credibilidad demostrada, se dedican a difundir información no comprobada sobre la epidemia del coronavirus.
“Siempre fue parte de la visión original de la pieza”, dijo Shamberg sobre la película que pone al personaje de Law al mismo nivel que los personajes científicos y médicos. “No se podía simplemente mirar a los médicos y a las personas, sino ¿qué más pasaría? Es una especie de noticia falsa anticipada que la gente usa para sus propios fines”.
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Por ahora, la pandemia del coronavirus sigue avanzando a medida que el mundo se preparada para las consecuencias que pudiera provocar en todos los hábitos de la vida cotidiana. La cifra de fallecimientos se hace cada más notoria en algunos países, lo que aumenta la presión por una cura e información veraz.
Algo que, según Shamberg, también había presagiado Contagio “(Cada parte del guion) fue diseñada muy deliberadamente para ser una película de advertencia”, agregó. Lo que aumenta la importancia de la película como un reflejo de una situación cada vez más compleja de sobrellevar.