Vaya por delante que ser un éxito en taquilla no supone siempre ser una buena película, y que Parásitos, la cinta de Bong Joon-ho que ha sido reconocida con el Oscar a Mejor película puede entenderse en sí misma como una oda a la rentabilidad. La cinta surcoreana tuvo un presupuesto de solo 11 millones de dólares, y ya ha recaudado más de 160 en todo el mundo, una cifra que a seguro seguirá creciendo a raíz del premio.

Pero parece evidente que en los últimos años el debate sobre por qué la Academia parece dejar a un lado a las películas que están haciendo historia en taquilla ha reverdecido. En esto tiene mucho que ver el éxito del cine de superhéroes, que este año con Avengers: Endgame -el film más taquillero de la historia-, pero sobre todo con Joker, contaba con peldaños suficientes para reabrir la discusión.

Con 11 nominaciones, de las cuales consiguió dos -mejor actor para Joaquín Phoenix y mejor banda sonora para Hildur Guðnadóttir- Joker se postulaba a estos Oscar como la primera gran cinta basada en un personaje nacido en los cómics a romper esa extraña pared que parece que existe entre crítica y el cada vez menos nuevo fenómeno del cine-cómic, y de paso también levantar la aparente dicotomía entre premios y taquilla. La cinta de Todd Phillips había conseguido llevar a los cines a suficientes espectadores como para recaudar más de 1.000 millones de dólares, lo que la convierte en la que más recaudación había logrado entre todas las nominadas de este año.

Pero tampoco pasó. Aunque menos lastrada que El irlandés, al final la maleta de la producción de Warner/DC se fue con solo 2 estatuillas de las 11 a las que optaba, extendiendo un año más la sensación, o cuanto menos la posibilidad de hablar, sobre por qué las películas que más recaudan parecen no tener una relación muy gratificante con los premios de la Academia. Algo que, no obstante, viene de lejos.

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'El retorno del Rey' y 'Titanic', excepciones modernas

Echando un vistazo a los datos históricos de recaudación, de 1980 a 2003, casi todos los ganadores del Premio de la Academia a la mejor película estuvieron entre las 20 películas más taquilleras del año. Pero desde 2004, la brecha entre las preferencias de los votantes y el público parecen haberse ampliado considerablemente.

Jack cabia en la tabla.

El último título que se llevó el Oscar a mejor película y además fue número uno mundial en taquilla fue El señor de los anillos: el retorno del rey de 2003. La cifra de Peter Jackson es además la última que ha superado la barrera de los mil millones de dólares y que se ha echado la estatuilla a la maleta. Antes, en 1997, Titanic de James Cameron también logró lo mismo, logrando además marcar una época siendo la más taquillera de la historia durante más de 12 años.

Si queremos buscar precedentes más antiguos, Forrest Gump (1994) y Rain man (1988) también lograron este dueto que parece complicado: ganar el premio a mejor película y ser primeros en recaudación de su año.

Sin embargo, como comentábamos, desde El retorno del rey esta cierta sincronía se ha roto. En la siguiente tabla puedes ver la recaudación de las premiadas como mejor película por la Academia desde el hito de Titanic.

Películas como En Tierra Hostil (2009), un film de escaso presupuesto, se impusieron a despliegues sin precedentes como Avatar, que ese año superó a Titanic y mantuvo su trono como mayor recaudadora hasta Endgame. La película de Cameron fue otro hito técnico como fue la del trasatlántico, pero sus 9 nominaciones acabaron convirtiéndose en tres de factura técnica: mejores efectos visuales, mejor fotografía y mejor diseño de producción.

Por supuesto, no se trata aquí de discutir si En tierra hostil sea o no mejor película que Avatar -que probablemente lo sea- sino de remarcar como presupuestos medianos han tumbado a los otros 'Titanics' del cine. Se dé por bueno o no la idea de que detrás de los premios de la Academia a veces siempre hay algún matiz político o social (la propia En tierra hostil por su tono antibélico o Moonlight en 2016 por su producción netamente de raza negra) lo cierto es que ninguna de las dos, junto con Parásitos -a la que también se le achaca cierta promoción por internacionalizar los premios- han sido éxitos rotundos en taquilla.

Y cuando hablamos de películas que funcionaron en taquilla y no salieron premiadas no solo hablamos de cintas de superhéroes o de extraterrestres humanoides azules en taparrabos, sino de otras de un corte más clásico que también se quedaron como nominadas a pesar incluso de partir como favoritas: La la land, The Martian o El renacido también superaron los 500 millones de dólares de recaudación.

El cine de superhéroes y el amago del premio a la 'Película más popular'

El caso de El retorno del rey o Titanic, tienen sus propias particularidades. La cinta del trasatlántico hundido era un drama vitaminado con algunos de los mejores efectos visuales de la época. Mientras, el fin del cierre de El Señor de los anillos se vio como una forma de reconocer por parte de la Academia el ingente trabajo de la trilogía de Peter Jackson.

Ambas, además, arrasaron con 11 estatuillas -en el caso de El retorno del rey todas a las que optaba-, una hegemonía que no hemos vuelto a ver desde entonces.

Pero el final del camino de Frodo y compañía también cuenta con otro factor diferencial: se trataba de una cinta de fantasía, un género que históricamente ha pasado desapercibido en los Oscar. Estas, junto con las de ciencia-ficciçón, a menudo se pierden entre las nominadas por no ser lo suficientemente serias o importantes aparentemente para los votantes de los Oscar. Basta con un ejemplo: ET the Extra-Terrestrial (1982), que posiblemente alcanzó muchas de las marcas correctas para la mejor película, perdió ante la película biográfica histórica Gandhi. Y todos sabemos cuál recordamos más casi 40 años después.

Las películas animadas también han sufrido desde hace años parte de ese arrinconamiento. Nunca han ganado el premio a la mejor película. La bella y la bestia (1991), logró un hito importante para su época al ser la primera película animada en ser nominada a mejor film, pero se quedó ahí. Solo otras dos cintas de animación Up (2009) y Toy Story 3 (2010), han sido nominadas a ese rango después.

El Batman de Nolan ya abrió el debate hace una década

Y ahí aparece el genero de superhéroes, visto sobre todo en sus inicios como un simple entretenimiento de masas que no obstante ha ido madurando a ojos de la crítica hasta dar con sus propias derivaciones como Joker.

Pero hace ya más de diez años que el género superheroico viene protagonizando debates sobre si la Academia lo tiene verdaderamente en cuenta o lo desdeña por presentar a personajes que en un principio pueden parecer que van más encaminados a las cintas de acción. En 2008, la enorme The Dark Knight de Nolan se quedó fuera de las nominaciones a mejor película, lo que generó unas quejas que obligó a la Academia a ampliar posteriormente el número de nominados hasta un máximo de 10, algo que por ejemplo, hizo que en 2018 entrara Black Panther, para muchos, esta vez, sin demasiado fundamento.

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Para mucho, que películas como Infinity War solo contara con una nominación (a mejores efectos, que no ganó), al igual que Endgame supone un tema de debate. La Academia intentó atajarlo amagando con una nueva categoría de premio deniminada “A la película más popular” que no obstante acabó dejándose en stand-by tras las críticas.

Si algún día se acaba de poner en marcha, esta categoría no sería muy distinta a la que ya otorgan otros grupos de premios como la Asociación de Críticos de Hollywood, que cada año premian al mejor éxito en taquilla.

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