Cuando en febrero de 2009, hace poco más de diez años, se celebró la 81ª edición de los Premios Oscar varios críticos, periodistas y desde luego muchos seguidores echaron en falta un título en el listado de nominadas a mejor película del año. *The Dark Knight*, la segunda cinta de la saga Batman de Christopher Nolan se había metido a público y crítica en el bolsillo gracias a mostrarnos el lado más frágil de los superhéroes y por ser, sin darle muchas vueltas, una película genial.

Pero la academia acabó por no incluirla entre las nominadas a mejor film, a pesar de sí estar en la preselección para otros 8 premios. El crítico Ben Child escribió en aquella época en The Guardian que "sigue existiendo la sospecha de que muchos votantes se abstuvieron de nominar a The Dark Knight no porque no creyeran que era una gran película, sino porque pensaron que no era 'el tipo correcto' de película".

La academia, según algunas opiniones presionada por las críticas por dejar fue a El caballero oscuro, decidió el año siguiente ampliar la lista de nominados de 5 a 10 (después se redujo a las actuales 8), para así tener más margen de elección. La siguiente ceremonia, por ejemplo, además de Avatar se coló entre los finalistas Distrito 9, una cinta de ciencia-ficción donde se jugaba con la idea de una invasión extraterrestre y el 'apartheid' de Sudáfrica. Seguramente esta película producida por Peter Jackson no hubiera entrado en una selección menos extensa, pero su inclusión bien pudo ser un guiño para corregir errores del pasado.

the dark knight star wars mashup
Warner Bros.

The Dark Knight sí que logró los Oscar a mejor edición de sonido y el celebérrimo premio póstumo a mejor actor de reparto a Heath Ledger, cuya interpretación del Joker sigue siendo una referencia. Sin embargo, aún hay opiniones, como la que manifestaba la crítica Helen O'Hara a la BBC casi una década después, “de que existen dudas sobre si lo hubiera ganado si Ledger no hubiese tenido su trágico final poco antes de la gala”.

El caso del Batman de Nolan quizá sea el mayor punto de inflexión en un género que hasta entonces había sido visto como un cajón de entretenimiento sin pretensiones, con cierto esnobismo por parte de las altas esferas de Hollywood. Hasta esta saga, solo Superman (1978), la película original de Christopher Reeve, el Batman (1989) de Tim Burton, y Spider-man 2 (2004) habían conseguido llevarse una estatuilla, pero siempre relacionada con premios técnicos como efectos especiales, dirección de arte o edición de sonido.

Todo esto cambió con *Black Panther* (2018). La historia del Rey de Wakanda dirigida por Ryan Coogler ganó tres premios técnicos y se convirtió en la primera cinta del género en estar nominada, ahora sí, a mejor película. Algo que ni el Batman de Nolan si el 'trepamuros' de Sam Raimi habían logrado antes.

¿Es mejor Black Panther que El Caballero Oscuro? Posiblemente no, pero su historia de inclusión racial tocó la tecla adecuada en un momento en el que la industria había sido acusada de relegar a los actores no caucásicos. Y, qué duda cabe, también ha jugado en su favor que críticos y fans cada vez parecen estar más unidos a la hora de valorar las películas de superhéroes como 'no solo' historias de tipos con capa, sino como buenas películas en sí mismas.

De la taquilla a la relevancia también para la crítica

Hoy no es noticia que la industria del cine de superhéroes es el producto más rentable que ha tenido Hollywood en toda su historia. De las 10 películas más taquilleras de todos los tiempos, cinco son de superhéroes, con *Avengers: Endgame*, tocando la puerta de Avatar en lo alto de podium. Y la crítica ha ido amoldándose al desembarco de hasta siete películas de Marvel o DC cada año apreciándolas cada vez más.

El siguiente gráfico muestra la evolución de la nota media dada por los críticos profesionales según Rotten Tomatoes a todas las películas de superhéroes estrenadas desde el año 2000 (X-Men), con una pauta ascendente muy marcada.

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Hemos incluido en ella a la trilogía que ha acabado con Glass de M. Night Shyamalan porque, aunque no se base en personajes del cómic, también puede considerarse una buena muestra de que el género ha trascendido de las viñetas hasta explorar sus propias vías. Otra muesca más que permite decir que el género está abriendo nuevos caminos es Brightburn/El Hijo, película todavía en exhibición y producida por James Gunn donde se cuenta la historia de un trasunto de Superman que utiliza sus poderes para hacer el mal en lugar del bien y encuadrada dentro del terror.

2018, el año en el que el cine de superhéroes se hizo mayor

La evolución de las críticas nos permite ver cómo por lo general la mayoría de las películas del UCM, a excepción de algunas, han sido abrazadas por la crítica, con Black Panther con la nota más alta seguida muy de cerca por Endgame. El camino ha variado mucho desde los inicios de la explosión superheroica de comienzos de siglo, donde se combinaban buenas películas como Spider-man o X-Men con batacazos como *Catwoman* o Los 4 Fantásticos. La siguiente comparativa también permite ver por sagas cuáles han salido peor paradas. Aquí la familia Fantástica tiene mucho que perder.

¿Y qué pasa con DC y su Universo Extendido? Sorprende quizá ver como tras *Wonder Woman -cinta que más allá de su calidad también se vio impulsada por su labor de visualización de una heroína por primera vez en el género, como pasó con Black Panther* en el aspecto racial- la segunda película con mejor crítica es Shazam! (2019), seguramente la historia con menos pretensiones y presión que ha hecho la factoría Warner/DC en toda esta etapa.

¿Hacia dónde puede ir el Universo extendido de DC en el cine?

Los batacazos de Justice League y Batman v Superman (2016) también son visibles, aunque destaca que *Aquaman*, aplaudida por el 'fandom' por su fórmula camp, no tenga ese reconocimiento por la crítica. Las diferencias de apreciación, qué duda cabe, siguen existiendo.

¿Habrá grandes premios para superhéroes en 2020?

Ahora, con la Academia lanzando globos sonda de supuestos premios a 'la película más popular', parece evidente que tarde o temprano una película de superhéroes podría llevarse uno de los grandes premios. Quizá Endgame, como homenaje al cierre de la mayor franquicia continuada de la historia.

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Volviendo con el recuento de los Oscar, desde el Batman del Nolan hasta Black Panther, solo El Escuadrón Suicida (2016) se ha llevado otra estatuilla, la de mejor maquillaje. Y que el único Oscar en tantos años haya ido a parar a la que para muchos es la peor cinta del DCEU habla por sí solo.

Por el camino se han quedado muchos premios técnicos y un Oscar a mejor guion adaptado para Logan (2017), la historia del Lobezno de Hugh Jackman más intimista y que seguramente mejor ha explorado todo el trasfondo que hay en los personajes de los cómics más allá de puñetazos y superpoderes.

Veremos si en los años venideros las películas de superhéroes encuentran cierto equilibrio entre taquilla y reconocimiento en premios, algo que cualquier obra de James Cameron ha demostrado que no son cuestiones reñidas. Todo, claro está, si el actual techo tocado por los Vengadores y compañía sigue creciendo y no empieza a quemarse por el continuo estreno de películas, un horizonte que también empieza a apuntar ya algunos analistas.

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