Nadie lo esperaba: Sonic, de Jeff Fowler, se convirtió en la película más vista del fin de semana, destronando a Harley Quinn, Birds Of Prey, con enorme facilidad. Como si eso eso no fuera suficiente, las cifras en taquilla les llevaron a ser el mejor estreno para una película basada en un videojuego de la historia y todo parece indicar que el erizo azul no ha hecho más que empezar su recorrido de récords y buenos números.
Crítica de ‘Sonic’: solo el villano de Jim Carrey la hace tolerable
Por supuesto, se trata de una sorpresa mayúscula en especial después del batacazo del primer trailer, que mostró a un Sonic de ojos separados, con dientes humanos y un diseño general tan desagradable que provocó un escándalo sin precedentes en redes sociales y logró que Paramount tomara la por entonces inédita decisión de retrasar el estreno de la película para rediseñar el personaje por completo. Las expectativas del público no eran especialmente altas para el estreno y, mucho menos, acerca del éxito que podría haber tenido el estudio en llevar a la pantalla grande una de las series de juegos de videoconsolas más queridos de los últimos años con cierta dignidad.
El diseño de Sonic cambiará en su película tras las críticas
Pero Paramount no solo lo logró, sino que convirtió a un guion sencillo y lleno de clichés. En un homenaje al personaje y al cine inocente de principios de la década de los noventa. Sonic es una propuesta sin pretensiones que se sostiene sobre el entretenimiento en estado puro, sin apenas profundizar en nada más con un personaje adorable fácil de querer (y visualmente pasable). No obstante, la verdadera fortaleza de una película predecible no son las peripecias digitales del erizo parlachín (con la voz de Ben Schwartz), sino las de su némesis: el siniestro doctor Robotnik interpretado por un Jim Carrey en plena forma.
El actor, que durante las últimas décadas pareció intentar alejarse del estrafalario humor físico que le hizo famoso y cimentar una carrera basada en actuaciones levemente inquietantes, vuelve a la pantalla grande en lo que mejor sabe hacer y sin duda, es el motivo que convierte a Sonic en la primera gran sorpresa de taquilla del año.
Un regreso inesperado
Desde su anuncio, la elección de Jim Carrey para interpretar al Doctor Robotnik fue motivo de desconfianza y, al final, directamente malestar entre los fanáticos. No solo porque el actor no tiene la menor semejanza física con el personaje (un sujeto alto, calvo y con un frondoso bigote pelirrojo), sino por el hecho que Carrey, que atravesaba lo que parecía ser un semi retiro voluntario después de varios papeles lúgubres, no parecía ser la opción inmediata para encarnar un personaje que, de origen, es una caricatura del clásico científico loco.
Eso, a pesar de que Jim Carrey cimentó buena parte de su carrera con personajes estrafalarios y explotó hasta límites insospechados su, en ocasiones, irritante humor físico. Pero durante la última década, el actor hizo un evidente esfuerzo por mostrar su lado más oscuro y humano.
Desde el atormentado recorrido por su psiquis a través del documental de Netflix Jim y Andy de Chris Smith estrenado en el 2017 (en la que mostraba sus notorios problemas mentales y la forma como el cine le permitió expresarlos) y después, como dibujante de sátira política, Carrey parecía decidido a tomar muy en serio lo que, a todas luces, era una nueva fase de su carrera. De modo que su selección en el elenco de Sonic no solo causó una considerable sorpresa, sino que, además, desató especulaciones sobre su capacidad para interpretar al clásico villano de la Saga. ¿Era Jim Carrey un evidente esfuerzo para incluir un nombre reconocido en medio de un proyecto deslucido y plagado de problemas o algo más?
Pero el actor demostró que, a pesar de sus años difíciles, continúa en plena forma: retoma lo mejor de sus papeles para crear un personaje extraordinario que equilibra la película en sus puntos más flojos y permite algunos destellos de humor siniestro, lo que dota a Sonic de sus mejores momentos y quizás, los pocos en que no es un producto exclusivamente infantil. Carrey logró modular el humor maníaco que le caracteriza y demostrar que sigue siendo un experto del salptick capaz de sustentar personajes esencia caricaturescos con una cierta oscuridad interior latente y creíble.
Así es la escena poscréditos de ‘Sonic’
De hecho, es Jim Carrey el gran triunfo y acierto en una película plana, sin otro aliciente que su protagonista digital y los pequeños guiños a su mitología. A medio camino entre su Acertijo de Batman Forever (Joel Schumacher -1995) y una versión maligna del Detective Ace Ventura (Tom Shadyac y Steve Oedekerk), Carrey logra que su Robotnik remonte la cuesta del mero reclamo de atención para convertirse en un personaje a toda regla y sin duda, el centro de esta pequeña aventura simple.
En un guion que fue reescrito, regrabado y reeditado tantas veces como para ser notorio en pantalla, el hecho de que Jim Carrey lograra unir las piezas para crear un personaje divertido, siniestro y tridimensional es además que un mérito; es una demostración que el actor sigue teniendo mucho que decir, incluso en un formato limitado como lo es un film infantil sin excesivas pretensiones. Carrey, que provoca todo tipo de emociones —parte de la audiencia le ama con la misma intensidad con la que le odia— parece haber regresado con toda su energía intacta y, sobre todo, para recuperar el extraño podio de uno de los actores más originales de las últimas décadas. Para bien o para mal, de la misma forma que el Doctor Robotnik que encarna, Carrey no es sencillo de ignorar o vencer.