2019 fue un gran año para los coches eléctricos en España. O no, todo depende de cómo se mire. Sus ventas aumentaron un 56% con respecto al año anterior hasta sumar 24.261 unidades vendidas, en gran medida aupadas por la llegada de modelos como el Nissan Leaf nuevo o el Tesla Model 3.

Sin embargo, este increíble aumento queda sonrojado cuando seguimos mirando su proporción dentro de todo el parque de nuevas matriculaciones, que apenas suponen un 0,9%. Es decir, de cada 100 coches que se vendieron en España, ni uno era eléctrico.

Ante esta perspectiva, y con los objetivos de conseguir un parque eléctrico de al menos 5 millones de turismos en 2030 -lo que supondría multiplicar su número actual por 200-, el Gobierno de España está comenzando a explorar posibles vías para fomentar su compra. ¿Cuáles en concreto? La Ministra de Transición Ecológica Teresa Ribera nombró hace unos días la posibilidad de reducir el IVA sobre estos coches con respecto a los de combustión o los híbridos (gravados con el 21%).

¿Puede España ‘matar’ al coche híbrido en 2040?

Aunque la idea aún no se ha plasmado en negro sobre blanco ni siquiera en ningún proyecto o borrador legislativo, parece evidente que una rebaja así ayudaría a eliminar una de las principales trabas que tiene a día de hoy el coche eléctrico para resultar atractivo a un comprador: su precio.

“Pasar a un vehículo eléctrico supone un cambio de paradigma y también de algunos hábitos. Las personas que lo hacemos de forma concienciada y porque estamos convencidos de que es por donde va el futuro podemos poner menos cortapisas, pero para un comprador que va al concesionario en busca de la mejor oferta hoy hay muchas dudas todavía. La primera la autonomía, la segunda las estaciones de carga, y la más importante quizá, el precio”, comenta a Hipertextual Héctor Rodríguez, secretario de AUVE, la Asociación española de usuarios de vehículos eléctricos, quien ya va por su segundo coche eléctrico.

Ayudas fiscales y reducción de impuestos para el coche eléctrico

En algunos países de Europa donde se han conseguido llegar ya a niveles de penetración del coche enchufable mucho mayores que en España -el mayor ejemplo es Noruega, donde van camino de suponer el 50% de los nuevos vehículos vendidos- ya se ha jugado con la rebaja de impuestos sobre la compra para fomentar su adquisición.

En España sin embargo hasta ahora el mayor mecanismo han sido las ayudas, que llevan sucediéndose varios años en distintos planes, al estilo del plan PIVE para los vehículos de combustión. Para 2020, está ya planteado el plan Moves 2, que contará con una financiación de 65 millones, 20 más que el del año pasado.

Estas ayudas suelen aportar hasta 5.500 euros de descuento a la compra, pero han traído varios problemas. En primer lugar, las ayudas tienden a agotarse, y en segundo, se reparten en función de la población de las autonomías, lo que hace que sean Madrid, Andalucía y Cataluña la que más fondos reciben.

“El problema de las ayudas que se han dado hasta ahora es que eran un tanto impredecibles. Cada año cambiaban las condiciones. Para mi coche actual, un Ioniq, por ejemplo, pude acogerme a la ayuda y además encontré una unidad que había estado como demo en un concesionario, lo que hizo que me saliera a buen precio. Sin embargo un año después las ayudas cambiaron y ya no se podían aplicar a vehículos de demostración o de kilómetro 0”, nos cuenta Rodríguez.

Las cuentas con estas ayudas son claras en su comparación con la combustión y los híbridos. Por poner ejemplos, el Kia e-Niro eléctrico se ofrece con un precio de salida de 32.800 euros, mientras que su versión híbrida parte de 20.300. El nuevo Opel Corsa eléctrico, que todavía no se fabrica pero que ya admite reservas -y que está dentro de los grandes desembarcos de marcas clásicas que se quieren pasar a lo eléctrico en este 2020- partirá de 29.900 euros; mientras que el Corsa de combustión tiene un ajustado precio de 12.450 euros. Todo, sin aplicar ayudas.

“Aunque se apliquen ayudas, las diferencias de precios siguen siendo abismales, y un tanto incomprensibles bajo mi punto de vista dado el nivel al que ha llegado la electrificación ya. Aunque a la larga prescindir de la gasolina vaya reduciendo estas diferencias, para amortizar esa diferencia con respecto a la gasolina hay que usar bastante el coche. Y el comprador normal de un coche mira muchas veces solo el precio. Que hace una década los primeros eléctricos fueran mucho más caros podía ser normal. Ahora creo que el mercado no acaba de hacer un ajuste de precios adecuado”, opina Rodríguez.

Además de esto, en España los coches eléctricos tienen otras ventajas de ahorro como estar exentos del impuesto de matriculación o reducciones del impuesto de circulación en muchas ciudades. ¿Pero y si se llevara a cabo la rebaja del IVA?

El precio de venta se reduciría considerablemente al pasar del 21% actual a un 10% del tipo reducido. “Aunque esta decisión debería ser aprobada por Europa”, señaló también la Ministra en una entrevista con Radio Nacional.

En España no obstante ya se cuenta con una Comunidad Autónoma que ha eliminado el IVA de los coches eléctricos, Canarias, donde el Gobierno insular decidió eliminar el IGIC (el homólogo del IVA en las islas) para los vehículos electrificados.

“Eliminar el IVA podría ayudar bastante a reducir esa brecha de entrada por culpa del precio, y además haría que las ayudas como el plan Moves no fueran una forma de subvencionar la venta a los concesionarios, aunque es verdad que el Estado debería hacer cuentas por la recaudación”, valora Rodríguez.

El fomento de las ayudas a los eléctricos en la Unión Europea

Existen ya varios países que han ahondado bastante más que España en el fomento de la adquisición de los vehículos eléctricos. El portal de análisis Compare The Market trazó una comparativa que situaba a España en el puesto 12 de los de la Unión Europea, con una nota de 5 raspado.

En cabeza, como los países que más fomentan la compra de coches eléctricos, aparecían los siguientes:

  • Francia: donde se da una ayuda de 6.000 euros y hasta otros 5.000 por la entrega del coche anterior de combustión. Y con respecto al IVA, no se descontaba directamente, pero sí que se concede su importe en bonos para gastar en electricidad.
  • Noruega: el actual paraíso de los eléctricos, un país que ha conseguido pasar de la predominancia del diésel a ser el que más penetración enchufable tiene, lleva varios años también eliminado el IVA y la mayoría de impuestos a sus compradores de eléctricos, aunque ha caído a la segunda posición después de que en los últimos años volviera a instaurarlos una vez conseguido ya llegar a una cuota de venta del 50%.
  • Alemania: además de ayudas a la compra directas de hasta 4.000 euros (ahora ampliadas a 6.000) el Gobierno Alemán ha introducido como novedad que estas ayudas también sean aplicables a eléctricos de segunda mano.

La lista continúa con Islandia (donde tampoco tienen IVA), Irlanda, con ayudas a la compra importantes o nuestros vecinos de Portugal, donde además de IVA reducido se ha formado una empresa pública que se está encargando de implantar una red de carga.

España y su gran problema con los coches eléctricos: su exigua red de carga

Por último, es destacable también la política de Holanda, país donde el Tesla Model 3 fue el modelo más vendido en el país el pasado mes de diciembre. ¿El motivo? Los coches eléctricos cuenta en los Países Bajos con un IVA reducido al 4% que se va aumentando cada año -este 2020 ya será del 8%- y que además ahora tendrá nuevas restricciones como que no aplicará a modelos eléctricos que superen los 50.000 euros. El resultado: la gente que quería comprar un eléctrico adelantó su decisión antes de la subida. El modelo holandés además también evita uno de los problemas del IVA como impuesto: que lo pagan igual ricos y pobres. Al eliminar los modelos más caros de la rebaja, se evita que de esta exención se beneficien usuarios que pueden permitirse un coche de gama alta.

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“Países vecinos como Portugal son un ejemplo por lo fácil que es usar su red de carga, y modelos como el holandés, que priman a los que en primer lugar apuestan por los eléctricos, también son grandes ejemplos”, comenta Rodríguez, que cree no obstante que 2020 será un gran año por el gran desembarco de modelos que viene, y que el camino hacia la electrificación es irrenunciable, “aunque decisiones como la reducción del IVA serían un empuje más que importante”.

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