Si queremos que algo nos parezca adorable, un truco infalible es reducirlo a su estado de bebé. Buen ejemplo de ello es el exitazo que ha tenido Baby Yoda con su aparición en Mandalorian. Esto es algo con lo que ya tiene experiencia Disney con todo lo relacionado con Star Wars. No hay más que ver cómo la ternura de R2-D2 quedó en un segundo plano con la aparición del pequeño y redondito BB-8. ¡Y eso que solo son robots!

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Pero, si hay algo mejor que las variantes infantilizadas de Yoda y cualquier robot galáctico, sin duda son los animales de la vida real. Cualquiera de ellos gana puntos de “monería” en su versión de cachorrito, incluso cuando nacen minúsculos y casi sin pelo, como los ratoncitos o los osos panda. No importa. Son pequeños y necesitan nuestro cariño. Por eso no es extraño que en los últimos días se haya hecho viral la adorable imagen de un bebé ornitorrinco, del tamaño de una mano, que recuerda en cierto modo también al escarbato de Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos. Pero, al igual que Baby Yoda, BB-8 o el simpático granujilla de la saga de J.K. Rowling, este tampoco es un animal real. De hecho, ni siquiera podremos verlo nunca en movimiento, porque no es más que una escultura. Eso sí, una escultura preciosa.

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La rápida difusión de un bulo

Así son los verdaderos bebés ornitorrincoFlickr

Si bien el autor de la obra, el artista serbio Vladimir Matić-Kuriljov, ha dejado claro que en ningún momento hizo entender en su página web que se tratara de un animal real, alguien debió malinterpretarlo, encendiendo así la mecha de un bulo que corrió como la pólvora por internet.

Miles de personas han compartido la imagen en sus redes sociales, encantados con la bonita estampa del bebé ornitorrinco.

Por suerte, algunos internautas se percataron del error e insistieron en que no es así como lucen las crías de este animal, típico de Australia. Pero sirvió de poco, pues la figura, confeccionada a partir de un material plástico, llamado Super Sculpey, se había hecho ya imparable.

En realidad, los verdaderos cachorros de ornitorrinco son más parecidos a sus versiones adultas, con su característico pico de pato, ancho y oscuro, y su cola de castor.

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Puede que en un principio no parezcan tan tiernos, pero son igualmente bonitos y, lo que es mejor, interesantes. No olvidemos que son los únicos animales que, aun naciendo de huevos, después pasan unos meses alimentándose de la leche que les proporciona su madre. Además, son de los pocos mamíferos venenosos que quedan en la Tierra, junto a otros animales, como el loris perezoso. Pero, por desgracia, su existencia peligra por razones muy diversas, la mayoría fruto de la actividad humana. Eso sí que debería hacerse viral, pues conocer el problema es el primer paso para solucionarlo. Por lo demás, el cachorrito real no tiene nada que envidiar al de plástico. Hagamos que siga siendo real durante muchos años.

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