El primer paso hacia una internet controlada por Vladimir Putin y su gabinete es una realidad. De acuerdo con un reporte de BBC, Rusia ha realizado la primera prueba de una red alternativa a lo que conocemos, aunque no se han ofrecido más detalles.

El Ministerio de Comunicaciones confirmó los hechos y presentará los resultados a Putin. Según el reporte, los usuarios comunes no notaron ningún cambio al momento de efectuar la prueba, en la que también se evaluó la vulnerabilidad de los dispositivos IoT.

Vladimir Putin quiere que Rusia tenga su propia internet

La intención de crear una internet local e independiente del resto del mundo fue conocida a mediados de año, cuando el presidente de Rusia, Vladimir Putin, firmó una ley para desarrollar una red "segura, sostenible y plenamente funcional".

Según Alan Woodward, profesor de la Universidad de Surrey, la internet rusa sería una especie de intranet gigantesca en la que los proveedores de internet y empresas de telecomunicaciones configurarán, a petición del gobierno, el acceso.

Rusia, quien realiza tareas de monitoreo a sus usuarios de un modo similar a China, desea contar con una alternativa ante un posible bloqueo de otros países. El gobierno dice querer garantizar el acceso a la comunicación en situaciones de emergencia, aunque algunos expertos aseguran que esta red es un peligro para los disidentes y grupos vulnerables.

Una internet controlada por la Roskomnadzor sería un atentado contra la libertad de expresión, aseguran expertos. A eso se suman otras medidas impuestas por el gobierno de Putin, como el requisito indispensable a las empresas extranjeras de que almacenen los datos de ciudadanos rusos en servidores locales si es que desean iniciar operaciones en ese país.

La primera prueba de la internet rusa es un nuevo hito para el gobierno de ese país, que en abril realizó una desconexión total a internet como un ejercicio ante un posible ataque extranjero. Ahora Rusia deberá sortear las dificultades técnicas que una red autónoma implica, al igual que el rechazo de quienes se oponen ante el control total.