Si preguntásemos a una clase de treinta niños de primaria qué quieren ser de mayores, lo más probable es que unos cuantos de ellos contesten que les gustaría ser youtubers. No es para menos, para ellos son prácticamente deidades, a las que toman como referentes en muchos aspectos de sus vidas.
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Desde luego, Youtube ofrece una nueva vía de transmisión de información que está desbancando a otras, como los blogs o la prensa escrita. Por eso, muchas personas lo usan ya para dar a conocer información sobre su ámbito profesional. El problema es que no todos los youtubers han estudiado sobre el tema del que hablan y en más ocasiones de las deseables ofrecen a sus seguidores consejos erróneos, que pueden incluso llegar a ser peligrosos. Esto es algo común en el área de la nutrición. No hay más que recordar el caso reciente de Rawvana, la influencer que ocultó que el estilo de vida que mostraba como saludable la había llevado a enfermar. Pero también empieza a generarse intrusismo en un ámbito tan concreto como la farmacología. No es que los youtubers quieran sustituir a los farmacéuticos, pero sí que es verdad que, sin darse cuenta, a menudo aconsejan medicamentos sujetos a prescripción médica como si fuesen simples cosméticos. Claro ejemplo de ello es el de Eridosis, unas toallitas antibióticas utilizadas para eliminar el acné, que muchos de estos influencers recomiendan sin pensar en su contenido. Esto ha llevado a que varios expertos en farmacología, como Farmacia Enfurecida o Gemma del Caño, se lancen a las redes sociales, advirtiendo que se trata de una sugerencia irresponsable, que puede llegar a ser bastante peligrosa.
¿Qué es Eridosis?
Eridosis es un fármaco en formato de toallitas, impregnadas en 1 ml de una solución de eritromicina base al 2%. Según el vademécum, está dirigido al tratamiento del acné vulgar, provocado por Propionibacterium acnes.
Esta es una bacteria presente en la piel de la mayoría de adultos sanos, que utiliza como fuente de energía los ácidos grasos que obtiene del sebo secretado por los folículos pilosos. En condiciones normales no genera síntomas. Sin embargo, una producción anormal de grasa o el bloqueo del folículo pueden llevar a que se acumule, provocando un proceso inflamatorio que se manifiesta en forma de acné. Además, llegados a este punto, puede generar un ambiente propicio para la infección de otras bacterias oportunistas, que no se encuentran normalmente en el poro.
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Por este motivo, a menudo el acné vulgar se trata con antibióticos, como la eritromicina, aunque los dermatólogos desaconsejan la monoterapia y recomiendan su combinación con otros fármacos, que varían en función de las causas que han llevado a la aparición del brote. Cabe recordar que esto puede darse por diferentes motivos, que van desde desarreglos hormonales hasta carencias nutricionales.
¿Por qué es peligroso que lo recomienden los youtubers?
Para empezar, si bien tanto el Vademécum como el prospecto del medicamento recuerdan que se trata de un fármaco sujeto a prescripción médica, las farmacias suelen venderlo sin pedir receta ni hacer preguntas. De hecho, para la realización de este artículo hemos podido comprar una caja sin problemas ni documentación de ningún tipo.
Es aquí donde comienza el problema, ya que esto puede generar la percepción de que se trata de un cosmético. Al fin y al cabo no es una pastilla o un jarabe, sino unas toallitas que se extienden por la cara, igual que las limpiadoras o las desmaquillantes.
Si con esta premisa vemos también a un influencer divulgar sus virtudes, no tardaremos en ir a hacernos con nuestra propia caja. Y no son pocas las personas que las promocionan en Youtube. Basta con hacer una búsqueda sencilla en la plataforma para encontrar varios ejemplos. Está el caso de Paula Gonu, que en uno de sus vídeos explica que las empezó a usar por recomendación de su vecina, cuyo padre es médico, o el de Just Beauty By Lucía, que muestra orgullosa las tres cajas que ya ha gastado y asegura que no se atreve a dejarlas por si lo granos vuelven. También llama la atención el vídeo de Carla Wonderland, que sí tiene el detalle de explicar que llevan eritromicina, aunque simplemente cuenta que es un “componente para el acné”. También es posible que sean los propios seguidores quienes lancen el consejo. Es el caso de María Pombo, que en uno de sus vídeos de maquillaje cuenta cómo le ha ido usando esas toallitas, después de que se las recomendaran en los comentarios de una publicación anterior. Entre las cuatro influencers suman casi 2 millones de seguidores en Youtube. Ninguna es farmacéutica, pero su poder de convocatoria es enorme y si ellas cuentan que el producto les ha ido bien es más que probable que buena parte de sus seguidores también lo compren.
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El problema es que, como ocurre con cualquier otro antibiótico, su uso indiscriminado puede favorecer la proliferación de bacterias resistentes a antibióticos. El prospecto de Eridosis tranquiliza en parte en este aspecto, al recordar que en estudios realizados con el fármaco a la dosis comercializada no provocó niveles detectables de eritromicina en el suero sanguíneo de los pacientes. No obstante, aunque no llegue a la sangre, sí que está en la piel y puede generar resistencias en las bacterias que crecen en ella, tanto habituales como oportunistas.
Por todo esto, solo deben usarse pautadas por un médico, y no como un cosmético más. Que tengan efectos sobre el aspecto de la piel no significa que lo sean. Por eso, antes de comprar cualquier producto recomendado por youtubers, instagramers o cualquier otro influencer es muy importante comprobar que no se trata de un medicamento y, ante cualquier duda, consultar con un médico o farmacéutico. Al fin y al cabo, ellos son los que saben sobre el tema.