El rápido desarrollo que han experimentado las redes sociales en los últimos años ha llevado a que cada vez sean más las personas que no solo disfrutan exponiendo sus vidas a millones de personas; sino que, además, cobran por ello. Estos influencers son un modelo a seguir para sus fans, especialmente para los más jóvenes, por lo que un mensaje inadecuado por su parte puede ser muy peligroso, sobre todo si está relacionado con la salud.

Comida de color negro hecha con carbón, la nueva moda en tu plato

Este fenómeno se observa a menudo en el ámbito de la nutrición, ya que muchas marcas les pagan ingentes cantidades de dinero por publicitar sus productos, que no siempre son saludables. Está en la mano del influencer decidir si accede al trato. Muchos realmente solo aceptan dar a conocer productos sanos, el problema es que no siempre saben qué lo es y qué no. Por ejemplo, este es el caso del carbón activado, una sustancia usada comúnmente en lavados de estómago después de una intoxicación y que en el último año se ha hecho muy famosa en redes sociales, como superalimento. Los nutricionistas previenen continuamente que, no solo no aporta los beneficios que se publicitan; sino que, además, en algunos casos puede ser peligroso. Sin embargo, mientras que youtubers e instagramers sigan presumiendo en redes de sus batidos negros como el hollín, la lucha estará prácticamente perdida.

Pero los alimentos no son los únicos productos peligrosamente publicitados en redes sociales. También muchos cosméticos, con beneficios bastante cuestionables, están comenzando a gozar de una gran fama, con motivo de los anuncios resultantes de jugosos tratos entre marcas e influencers. Uno de los casos más recientes es el de las cremas faciales dotadas con filtros para proteger la piel de la luz azul, procedente de las pantallas de los dispositivos electrónicos. Este era el tema de una publicación reciente de la instagramer Alex Riviére, en el que la bloguera catalana publicitaba una crema para el contorno de ojos que la protege de la “dañina luz” a la que debe exponerse frecuentemente con motivo de su trabajo. Sin duda se trata de un producto muy ventajoso, teniendo en cuenta la cantidad de tiempo que pasamos hoy en día delante de tablets, teléfonos móviles y ordenadores. ¿Pero existe realmente algún peligro a nivel dermatológico? Por ahora, la respuesta es que no, aunque con algunos matices.

Pocos estudios al respecto

Según ha contado a Hipertextual el coordinador del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica, Agustín Viera, existen pocos estudios que analicen los efectos de la luz visible y la azul sobre la salud de la piel.

De cualquier modo, sí que hay suficientes para poder concluir dos claros efectos de la luz azul. Por un lado, se ha demostrado que, a dosis relevantes, causa pigmentación en la piel. Esto no ocurre por igual a todo el mundo, ya que solo afecta a fototipos relativamente oscuros, iguales o por encima de III. En la escala de Fitzpatrick, utilizada para clasificar la piel según su color, este nivel correspondería a las personas de pelo castaño y pieles con una coloración intermedia, que se enrojece primero y se broncea después de exponerse al Sol.

Por otro lado, también se ha comprobado que la luz azul empeora los efectos del melasma o, lo que es lo mismo, la hipermelanosis que causa un mayor oscurecimiento de la piel de las embarazadas.

No hay estudios que indiquen si estos factores se pueden dar a dosis de luz azul equivalentes a la emitida por los dispositivos electrónicos, pero es poco probable.

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Estos efectos sobre la pigmentación llevan a pensar en las consecuencias de la exposición a las radiaciones ultravioletas del Sol, que no solo oscurecen la piel, sino que también dañan el ADN, pudiendo ocasionar cáncer. Sin embargo, como ha explicado el doctor Viera, no hay indicios de que la luz azul ocasione problemas de salud, ni de que genere un aumento de la producción de radicales libres y especies reactivas de oxígeno (ROS), implicados en los procesos de oxidación y envejecimiento.

¿Son útiles las cremas que hay en el mercado?

Al no generar radicales libres ni ROS, el tratamiento de la piel con fórmulas antioxidantes sería un procedimiento inútil. Además, según Agustín Viera, solo formulaciones de fotoprotección opacas, que contengan pigmentos inorgánicos, han demostrado que podrían reflejar y dispersar la luz azuly la luz visible y así evitar sus efectos sobre la piel. El problema es que este tipo de compuestos no son solubles en agua y dejarían sobre la piel un color oscuro inaceptable en cosmética.

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Finalmente, se debe tener también en cuenta que la mayoría de estudios que analizan los efectos de la luz sobre la piel se centran en una determinada longitud de onda; ya sea ultravioleta A o B, azul, visible o infrarroja. Sin embargo, en la realidad la piel humana se expone simultáneamente a todas estas radiaciones, que interaccionan entre sí, haciendo necesarias respuestas biológicas concretas.

Actualmente se siguen llevando a cabo estudios sobre el tema; pero, con el conocimiento existente hasta el momento, no hay que temer por la salud de la piel ante el uso excesivo de dispositivos electrónicos. Vale más la pena preocuparse de aprender cómo usar correctamente las cremas solares. Al fin y al cabo, los efectos de las radiaciones ultravioleta están más que demostrados y no son para nada seguros. Para saber más sobre este tema concreto, internet está plagado de artículos muy rigurosos. Porque los influencers científicos también existen, aunque sean menos conocidos que el resto.

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