En los años 60, la computación no era tan popular como hoy. Los ordenadores, como tal, eran básicamente armatostes gigantescos al alcance de empresas y organizaciones públicas que podían desembolsar el coste de una computadora de aquel entonces, tal y como vimos en el artículo UNIVAC, la computadora que inspiró a Asimov. Y para manejarlos, había que introducir las órdenes mediante tarjetas perforadas. Tendríamos que esperar a los años 70 para conocer las primeras computadoras domésticas o microcomputadoras. Y, en medio, ordenadores como el popular PDP-11, al que se accedía desde varios terminales y en el que se introducían órdenes o comandos a distancia.
Es en esta época de transición, en la que las grandes computadoras empezaban a reducir su tamaño e introducían los microprocesadores aunque todavía tenían el tamaño de un armario, cuando nace BASIC, la respuesta que dieron los matemáticos John Kemeny y Thomas Kurtz a la necesidad de extender la computación más allá del ámbito técnico y científico.
Tal y como recuerda un letrero metálico colocado en New Hampshire, Estados Unidos, allí se creó BASIC, “el primer lenguaje de programación para computadoras user friendly”. El letrero sigue con este texto: “En 1964, los profesores de matemáticas de Dartmouth College, John Kemeny y Thomas Kurtz, crearon uno de los primeros lenguajes de programación para computadoras user friendly llamado Beginner’s All-purpose Symbolic Instruction Code (o traducido libremente, Código Simbólico de Instrucciones Multipropósito para Principiantes)”. Y tal y como explica el propio letrero metálico, “BASIC hizo la programación computacional accesible a los estudiantes y, con la popularidad de los ordenadores personales, a todo el mundo. Se convirtió en la manera principal para gente de todo el mundo de aprender a programar ordenadores, y variantes de BASIC siguen en uso hoy en día”.
El nacimiento de BASIC
John George Kemeny y Thomas Eugene Kurtz eran científicos computacionales y matemáticos, dos profesiones muy asociadas por aquel entonces. Profesionalmente, daban clases de matemáticas en la Dartmouth College, una universidad privada en el estado de New Hampshire. Y se encontraron con una necesidad: ampliar la base de usuarios que empleaban computadoras en aquel entonces más allá del ámbito matemático y científico, algo que hoy nos parece de lo más natural pero que en los años 60 era ciencia ficción, literalmente. Principalmente, porque para manejarte con un ordenador debías programarlo. Todavía faltaba mucho para los sistemas operativos modernos, como UNIX (1969) o DOS (1981), y olvidaos de las interfaces gráficas a las que estamos acostumbrados. No llegarán hasta finales de los 70 y principios de los 80.
Así que en 1964, Kemeny y Kurtz diseñan y lanzan BASIC, un lenguaje fácil de usar para los estándares del momento, de carácter genérico, orientado a objetos y listo para funcionar en las computadoras de aquel entonces. Además, la idea era que sirviera como introducción para, más adelante, introducirse en el aprendizaje de FORTRAN, uno de los lenguajes más populares de la época. De manera que BASIC podía servir para iniciarse en computación y aprender a programar sin necesidad de ser matemático o estudiar matemáticas a nivel universitario. Un propósito similar al del lenguaje Logo, del que hablé en un artículo anterior: Logo, la tortuga que enseñaba a programar.
BASIC y los ordenadores de sobremesa
Pero la verdadera fama de BASIC, y por ello estamos hablando de ello en estas líneas, llega con las microcomputadoras, máquinas que podían colocarse en una mesa y usarse directamente, sin terminales físicos de por medio y a unos precios más acordes al bolsillo del público. La segunda mitad de los años 70 supone la llegada de Apple, IBM o Commodore a los domicilios de cualquiera que tuviera curiosidad o la necesidad de usar un ordenador sin acudir a la oficina o a la universidad.
De aquí surgirán versiones de BASIC adaptadas a las diferentes arquitecturas del momento. Dentro de una institución como el Homebrew Computer Club surgirá Tiny BASIC (1975), una versión de BASIC que cabía en tan sólo 3 KB de memoria. Otra versión popular fue Altair BASIC (1975), creada por nada más y nada menos que Paul Allen y Bill Gates, fundadores de una recién nacida Micro-Soft. Commodore y Sinclair también crearon sus propias versiones de BASIC. Incluso el propio Steve Wozniak creó Integer BASIC, su propio intérprete para Apple I (1976) y Apple II (1977). La popularidad fue tal que la gran mayoría de computadoras domésticas comercializadas en los 80 contaban con un intérprete BASIC preinstalado en su memoria ROM.
BASIC se convirtió, de facto, en el lenguaje preferido de usuarios y aficionados a la computación personal, hasta el punto que revistas del sector facilitaban el código para programar tus propios juegos. Solo tenías que introducir las instrucciones indicadas en los artículos. Precisamente la naturaleza de BASIC le dio tanto éxito. Con comandos tan simples como HELLO, NEW, LIST, SAVE, RENAME, RUN y STOP, BASIC fue la primera puerta de entrada a la informática para los primeros usuarios de los años 70 y 80.
El legado de BASIC: Visual Basic
Todo tiene un principio y un final. BASIC nació con un propósito en un contexto concreto. En la actualidad son otros los lenguajes de programación más populares, como vimos en Todos tienen un origen: así se crearon los lenguajes de programación más populares. Lenguajes como C o C++ superaban en funcionalidad y posibilidades a BASIC, dentro de unos parámetros similares de facilidad de uso, por lo que BASIC perdió popularidad en la segunda mitad de los 80. No fue hasta la llegada de Visual Basic que este lenguaje de programación tuvo una segunda vida.
Visual Basic sale a la luz en 1991 de las manos de Microsoft como evolución de QuickBASIC, la versión de BASIC que Microsoft hizo para MS-DOS en 1985. Visual Basic se desarrolló inicialmente para MS-DOS pero luego dio el salto a Windows. Por lo demás, tenía las ventajas de BASIC, tanto en funcionalidad como en facilidad de uso. Además, su estructura en bloques lo hacía idóneo para principiantes y amateurs, de manera que se convirtió también en un lenguaje de programación muy solicitado.
¿Qué queda de BASIC? En la práctica ha sido sustituido por otros lenguajes como Python, C++ o Java. Pero como en internet hay de todo, los más curiosos encontrarán intérpretes de todos los colores, algunos desarrolladores más allá de los 90 por aficionados y entusiastas de BASIC. Y como no podía ser de otra manera, incluso hay intérpretes online para trastear y curiosear desde el navegador, como Quite BASIC, que muestra una lista de comandos disponibles así como ejemplos de programas creados con BASIC.