En los años 60, la computación no era tan popular como hoy. Los ordenadores, como tal, eran básicamente armatostes gigantescos al alcance de empresas y organizaciones públicas que podían desembolsar el coste de una computadora de aquel entonces, tal y como vimos en el artículo UNIVAC, la computadora que inspiró a Asimov. Y para manejarlos, […]