eEl cine chino nunca ha tenido especial relevancia en la taquilla occidental, pese a que el gigante asiático se referencia y representa con asiduidad en las películas europeas y americanas. Eso sí, siempre desde el punto de vista estadounidense.

No es por falta de talento, ya que directores como Zhang Yimou, Jia Zhangke o Feng Xiaogang son nombres consagrados en Asia. Sin embargo, sus producciones no nos llegan. Es el caso de The Wandering Earth, una aventura de ciencia ficción que se estrenó el pasado Año Nuevo chino y que recaudó casi 700 millones de dólares solo en el país asiático. Sin embargo, tuvo un estreno muy reducido en Estados Unidos y tan solo en Australia causó algo de impacto. Ha tenido que venir Netflix a comprar los derechos de distribución para que podamos disfrutarla en el resto del mundo.

Si esto sucede con las grandes producciones de acción, que suelen atraer a una masa importante de público, no es de extrañar que otras cintas menos espectaculares se queden dentro de sus fronteras. El último caso es el de Largo viaje hacia noche, la segunda película del aclamado Bi Gan, director de Kaili Blues. Su nuevo filme es un relato introspectivo y poético sobre la memoria y el yo que cuenta la historia de un hombre que regresa a su ciudad natal en busca de un amor perdido. La película ha sido todo un éxito en el Festival de Cannes, pero su estreno fuera de China no está haciendo mucho ruido. En España llegó a los cines el pasado 31 de mayo con pocas salas y aún menos repercusión. La crítica, eso sí, la adora.

Netflix

No obstante, la irrupción de China en el panorama cinematográfico occidental camina por otros derroteros. Las películas estadounidenses tienen un gran impacto en el país asiático y han llegado incluso a superar la recaudación local, como ocurrió a principios de 2018. Las distribuidoras chinas lo saben y están empezando a explotar esta oportunidad.

La poderosa taquilla china

En 2015, la compañía Alibaba, algo así como el Amazon chino, fue coproductora de Misión Imposible: Nación secreta y de la séptima entrega de Fast & Furious. Su plataforma de streaming, Youku, ha comprado la licencia de más de un millar de episodios de series originales de Disney y ha llegado a acuerdos de distribución con Sony Pictures y Universal. Además, posee acciones en la productora de Steven Spielberg, Amblin Partners. De hecho, la recaudación china de Ready Player One superó por cien millones de dólares la estadounidense e impulsó notablemente la película.

Pero no es un caso aislado. La taquilla china también salvó Warcraft del desastre en 2016, recaudando la gran mayoría de sus ingresos, muy por encima de lo que se logró en Estados Unidos. En 2018, Venom embolsó casi el doble en China que en la potencia norteamericana.

Warner Bros Pictures

El crecimiento de Alibaba, originalmente dedicada a las compras online, ha puesto en jaque la posición de Dalian Wanda, hasta hace pocos años la productora más importante de China. En 2016, Dalian Wanda era propietaria de Legendary Pictures (Jurassic World, John Wick, Detective Pikachu) y Dick Clark Productions. Además, tenía un acuerdo muy favorable con Sony Pictures para la distribución de sus películas. Sin embargo, no ha sabido manejarse con la competencia y se ha ido quedando atrás.

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Actualmente, el verdadero gigante es otro. La mano que mueve los hilos desde las sombras es Tencent, la empresa china que controla prácticamente todos los sectores de Internet en el país. Tencent es la responsable de que películas como Bumblebee, Wonder Woman o Kong: La Isla Calavera hayan visto la luz en China, y sus estrenos allí han sido todo un éxito. Pero a pesar de ser una compañía multimillonaria, muchos no son conscientes de su existencia.

Warner Bros Pictures

¿Qué es Tencent?

Mientras en Occidente nos llevábamos las manos a la cabeza con el crecimiento de Disney —“¿qué más puede comprar?”— el gigante chino Tencent llevaba años siendo una omnipotencia digital en el país. Tencent Holding Limited es el dueño de WeChat y QQ, los servicios de mensajería instantánea más importantes de China, al nivel de WhatsApp en España. También es la mayor distribuidora de videojuegos del país. En su poder están Riot Games, Supercell y Epic Games, lo que significa que es dueña de League of Legends, Clash of Clans y Fortnite.

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La compañía también tiene numerosos servicios de venta de entradas online y una plataforma de música similar a Spotify, Tencent Music. Además, tiene participaciones en Uber, Snapchat y Tesla. El año pasado, J. J. Abrams se unió a su equipo vía Bad Robot Games, la división de videojuegos de su productora. Quién sabe qué maravillas pueden crear juntos el gigante asiático y el director de las secuelas de Star Wars.

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En los últimos tres años, Tencent ha empezado a mostrar un interés especial por ampliar su mercado y está buscando la forma de abrir su influencia fuera de la frontera china. Sin embargo, Europa y Estados Unidos no son su objetivo principal. El gigante del entretenimiento tiene la mirada puesta en India, Latinoamérica, África y algunos países del este europeo, donde plataformas como Netflix tienen menos influencia. Además, su intención es centrarse en las producciones originales, por las ventajas económicas y creativas que conlleva. Una estrategia que le ha funcionado muy bien a Netflix, HBO y demás plataformas de streaming occidentales.

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