La sociedad está cambiando y el anuncio de Gillete es un ejemplo de ello. A pesar de las críticas negativas por parte de algunas personas ya que muestran una masculinidad que es agresiva con otros hombres e invasiva con las mujeres, pero la realidad es que en el comercial aparece otro tipo de hombre: un hombre que actúa de forma empática con los demás, sin importar su género.
No obstante, las críticas que se han vertido en las redes sociales parecen obviar este segundo tipo de masculinidad y centrarse en el primero. Debido a esta representación de los hombres han llegar a pedir boycott para los productos de esta marca porque no todos los hombres son así. Sin embargo, en el mismo anuncio se hace esa distinción. Pero también ha habido críticas positivas hacia este comercial, ya que muestra que no hay un solo tipo de masculinidad y, sobre todo, porque señala la conducta que algunos hombres tienen para con el resto de personas. Y es que la sociedad también afecta a la conducta del ser humano y los hombres no han sido menos, también están bajo los efectos del patriarcado en el que vivimos.
Un concepto que se está manejando para hablar de hombres que tienen el tipo de comportamientos negativos que se ven en el anuncio es el de masculinidad tóxica, pero ¿existe de verdad? ¿Afecta la cultura machista también a los hombres? ¿Por qué no está gustando el anuncio? En Hipertextual hemos consultado con un psicólogo experto en violencia de género para que nos dé una respuesta a todas estas preguntas surgidas a raíz de este anuncio publicitario.
¿'Masculinidad tóxica' o cultura machista?
Se puede entender el concepto de masculinidad tóxica, explica Andrés Quinteros, director del Centro Psicológico Cepsim y que ha trabajado con agresores y víctimas de violencia, como "todos los cánones que marcan cómo ser un hombre desde la perspectiva machista", explica a Hipertextual. No obstante, el psicólogo señala que "no usaría masculinidad tóxica como concepto porque en realidad el problema es la cultura machista". Evita usar esta palabra para "no decir que todo es tóxico porque lo que hay que cambiar, en realidad, es la cultura machista", añade.
Antes de pasar a explicar cuáles son esos cánones que afectan al hombre, Quinteros apunta que "la cultura y los valores machistas afectan obviamente más a la mujer, pero el hombre también es, en cierta medida, esclavo de esos cánones", afirma. Y es justamente a esto, a esos cánones que marcan cómo debe comportarse un hombre, a lo que se llama tóxico, comenta.
A ellos también les han dicho cómo deben ser: "El hombre, para sentirse como tal, que ha tenido éxito y tiene cualidades masculinas, está obligado a ser una persona competitiva, exitosa, que reprima sus emociones", indica. Es más, esa hipercompetitividad y que tengan que reprimir sus emociones "les lleva a ser menos empáticos y a vivir siempre como si estuviera en una competencia y una lucha permanente", añade el psicólogo. "También se le marca el rumbo para resolver las cosas que se pueden resolver de manera violenta", señala.
Esta violencia no solo afecta a las mujeres sino que también a su propio género: "Si uno se pone a ver las estadísticas, no solo las de violencia de género, al mirar las condenas y la gente que está en prisión, casi todos los delitos son más hombres los que los cometen", afirma. "En ese sentido yo creo que hay una cultura machista tóxica. Hay teorías que explican que esto es más biológico y otras que son más culturalistas, y yo comparto esta visión fundamentalmente más cultural y que se hace a través de micromensajes desde que nacemos", apunta.
¿Esto significa que nuestros padres y la sociedad nos marcan cómo debemos comportarnos según nuestro género? Hasta el momento sí, por supuesto siempre hay excepciones, pero ¿quién no ha oído alguna vez, porque se lo hayan dicho a uno mismo u a otra persona y estaba presente, frases como 'compórtate como un hombre y no llores' o 'las niñas no dicen palabrotas'?
Incluso Quinteros pone otro ejemplo: "Una enfermera pediátrica me contó que ahora tanto los padres como las madres llevan a sus hijos a vacunarse, pero que las reacciones, si es niña o es niño, son diferentes". A las niñas y a los niños se les da mensajes diferentes ante el dolor del pinchazo, porque llorar van a llorar ambos. "El mensaje que se le da a la niña es 'pobrecita, esto ya va a pasar' y se intenta protegerla de ese dolor. Y en el niño generalmente el mensaje es 'esto no es nada, eres un machote, esto en seguida se te va a pasar'. De esta forma se fomenta en las mujeres el sentir y se obliga a los niños a reprimir el sentir la emoción", explica el psicólogo. Al final, los mensajes no son tan claros como uno puede pensar sino que "suelen ser mucho más sutiles" y "están indicando cómo pensar y sentir" tanto a hombres como mujeres, pero la diferencia está en que a unas se les pide una cosa y a los otros, otra distinta.
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Estas formas diferentes de ser también afectan a nivel psicológico y hay diferencias entre ambos sexos: "La cultura marca caminos, tanto para la mujer como para el hombre, de la salud mental" y por eso hay patologías que son más masculinas y otras que se ven más en mujeres. "Tampoco creo que esto sea por un tema biológico sino que es también por un tema cultural", afirma. De hecho, "una de las características del hombre ante la frustración y el malestar es usar la violencia" y, además, "también es una característica psicopatológica", junto a "una menor capacidad de empatía". Por su parte, "las mujeres tienden más a la autoculpabilidad y la depresión". Por tanto, "los cánones machistas se marcan también de una forma en que la patología o malestar masculino se expresa", afirma el psicólogo. Y no solo eso sino que "también suele provocar la dificultad de sentir. Por ejemplo, veo en terapia que si la paciente es mujer la capacidad para sentir y poder expresar emociones es mucho más fácil que en el hombre. Ellos generalmente te dicen que no saben lo que sienten ni pueden poner palabras para lo que están sintiendo. Por eso, si hablamos a nivel psicopatológico, la cultura machista afecta tanto a hombres como a mujeres, pero de diferentes maneras", afirma Quinteros desde el otro lado de la línea telefónica.
Críticas al anuncio de Gillette
En las redes sociales se han vertido muchas críticas contra Gillette, incluso el vídeo, que está subido a Youtube, tiene una gran cantidad de dislikes en comparación con los me gusta y la gran mayoría de los comentarios son negativos. Incluso una marca de relojes, Edgar Watches, ha respondido a la compañía con otro vídeo en el que se argumenta, sobre todo, con puntos relacionados con la cultura machista en la que vivimos. Un ejemplo es que si la mayoría de los fallecidos por accidentes laborales son hombres es porque históricamente las mujeres han estado mal vistas en trabajos de riesgo y, por tanto, los porcentajes de mujeres en las ocupaciones más peligrosas son menores respecto a ellos.
¿Por qué se está rechazando el anuncio de Gillette? Hay que recordar, primero, que en este comercial se muestran dos tipos de actitudes de los hombres: una que es agresiva con otros hombres e invasiva con las mujeres frente a la del hombre empático con las demás personas. Sin embargo, las críticas se han centrado, sobre todo, en apuntar que se dibuja al género masculino como un monstruo, pero en ningún momento se apunta a que todos los hombres sean así, ¿por qué, entonces, se sienten señalados?
"En los últimos años se está dando una reacción por parte de los grupos que quieren mantener el machismo", comenta Quinteros. "Me ha sorprendido, sobre todo, la publicidad de Gillete, que la encuentro bastante buena y ha sido bastante novedoso lo que han hecho. He estado leyendo que se han mostrado más las reacciones negativas que las positivas. Cuando se puso mucho más de manifiesto la violencia de género, nadie se atrevía a defender la cultura machista". "Pero ahora hay muchas asociaciones de hombres, también de mujeres, que están reivindicando que los valores de ahora se mantengan", apunta el psicólogo.
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"Leía a un periodista estadounidense que decía 'Déjenos ser hombres, como tenemos que ser'. Pero el hombre no es así porque tenga que ser así sino porque la cultura se lo marca, pero hay muchos tipos de hombres. No solo el competitivo, agresivo y el que pega a otro es el hombre sino que hombres pueden ser muchos y que, en realidad, solo son cánones culturales", indica. "No hay nada biológico que marque que los hombres seamos superiores a las mujeres simplemente lo dice la cultura", añade. "Quería remarcar esto porque me llama la atención y me parece que se ha puesto de moda defender el machismo". Esta defensa se debe a que "el machismo poco a poco está siendo acorralado y creo que como todo sistema que se cambia, siempre hay un sector que busca mantenerse, sobre todo si hasta ahora se había beneficiado de él", señala.
Pero, a la vez, estas críticas pueden ser positivas: "Esto significa que estamos yendo por el camino adecuado para cambiar la cultura machista, que es una etapa que va a pasar, que habrá gente que la va a defender. Pero que hay que continuar porque ya no hay vuelta atrás de este sistema patriarcal", concluye Quinteros.