Nueve instrumentos de tecnología patrocinada por la NASA van a bordo del cohete New Shepard de la compañía Blue Origin, propiedad del fundador de Amazon, Jeff Bezos. El cohete ha despegado este miércoles alrededor de las 9:08 a.m. CST (16:08 hora peninsular). En un principio el despegue estaba previsto para el martes 18 de diciembre, sin embargo, debido a causas climáticas se retrasó, al igual que el lanzamiento de Vespucci realizado por SpaceX, que tenía la misma fecha de lanzamiento fijada, pero que surcó los cielos el pasado 23 de diciembre.
La New Shepard se ha hecho cargo de poner en el espacio durante unos minutos varios experimentos de la NASA para probarlos en microgravedad. El cohete ha vuelto a tomar tierra a las 16:16 hora peninsular, mientras que la carga útil ha aterrizado a las 16:18. Este tipo de examen es común que se realice cuando los investigadores quieren poner instrumentos en órbita o que llevarlos al suelo de otro planeta. De esta forma, se aseguran de que la diferencia de condiciones no afectan a su útil y que está listo para salir de la Tierra. O, por el contrario, que todavía necesita mejoras.
"El espacio suborbital es el entorno perfecto para que los investigadores prueben experimentos, acercándolos a la inclusión en futuras misiones de exploración y ciencia", señalan en un comunicado de prensa desde la agencia norteamericana. "El programa de oportunidades de vuelo de la NASA brinda a los investigadores este acceso, financiando vuelos en Blue Origin y otros proveedores comerciales".
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¿Qué instrumentos lleva?
La compañía de Bezos no es nueva en el lanzamiento de vuelos suborbitales. De hecho, este despegue de New Shepard se suma a los otros cuatro realizados antes con este vehículo y es la décima vez que se hace dentro del programa, tal y como han señalado desde la empresa a través de Twitter. No obstante, en este caso es la "primera misión completa" dedicada a llevar "carga útil de la tecnología de la NASA al espacio", según explican.
"Este vuelo está enfocado en los nueve instrumentos y técnicas del Gobierno, los académicos y la industria", comenta en el comunicado el Gerente de Campaña Ryan Dibley del Centro de Investigación de Vuelo Armstrong de la NASA en Edwards (California). "La NASA está encantada de haber establecido proveedores de vuelos y socios que apoyan el desarrollo de nuevas tecnologías con amplias aplicaciones", añade Dibley.
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Siete de los instrumentos ya han sido probados en el espacio una o más veces antes de este miércoles: "La mayoría de la carga útil ha volado en un vehículo diferente u otro perfil de vuelo de Blue Origin", apunta Dibley. "Los nuevos datos pueden revelar mejoras para reducir el riesgo y, en última instancia, impulsar la maduración de la tecnología", añade. No obstante, para dos de estos nueve útiles es la primera vez que salen al espacio, por lo que hay que estar pendientes de cómo funcionan allí arriba. ¿Cuáles son las tecnologías que la NASA ha querido probar en este vuelo suborbital? Los útiles que la agencia norteamericana ha enviado son:
- Colección de Experimento Regolito (CORE): El regolito son partículas de polvo muy fino que recubren los asteroides. CORE está preparado para medir el rendimiento de la tecnología de recolección de estas partículas en el espacio que, también, analiza cómo se levanta el polvo.
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Colisiones en el experimento de polvo (COLLIDE): Las superficies polvorientas de los planetas "complican tareas que pueden considerarse fáciles en la Tierra", explican desde la NASA. "Este experimento simula la perturbación de las partículas de polvo en el espacio". Los datos recogidos servirán para estructurar futuras misiones de exploración humana y robótica que vayan a la Luna, Marte y otros lugares. "COLLIDE también voló el 13 de diciembre en la nave espacial alada de Virgin Galactic", señalan desde la agencia norteamericana.
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Mediciones del campo electromagnético: Este instrumento es capaz de medir el campo electromagnético dentro y alrededor de New Shepard durante el vuelo suborbital. El objetivo de este útil es "optimizar el conjunto de sensores para vehículos suborbitales a fin de perfilar rutinariamente el campo eléctrico de la atmósfera de la Tierra", apuntan desde la NASA. ¿Para qué serviría? Para estudiar el papel de los aerosoles, los rayos cósmicos y más en la atmósfera.
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Flujo de ebullición en los enfriadores Micrograp - Gestión térmica integrada para aplicaciones espaciales: "La ebullición de flujo en los refrigeradores de microprocesadores es una tecnología de gestión térmica con posibles aplicaciones de exploración, incluidos sistemas de generación de energía, circuitos integrados 3D y más", ilustran desde la agencia espacial. "Los sistemas de generación de energía son importantes para una presencia sostenida en la Luna o Marte y los circuitos integrados 3D son un habilitador clave para robots autónomos con inteligencia artificial", añaden en el comunicado.
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Medición del propulsor de microgravedad mediante análisis modal: No solo los automóviles tienen medidor de combustible, por supuesto que las naves espaciales también lo tienen. No obstante, medir la cantidad de combustible es un "desafío cuando está flotando dentro de un tanque en el espacio", indican. Con esta técnica que se ha probado, se medirá "la masa de líquido en un tanque de combustible", apuntan desde la NASA. Los ingenieros "esperan mejorar la medición de la masa de combustible de baja gravedad para futuras misiones con tripulación a la Luna y Marte", comentan en el comunicado.
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Monitor de Experimento de Vuelo Suborbital-2 (SFEM-2): Esta herramienta interpretará el ambiente dentro de un vehículo, también sobre "la aceleración, la temperatura de la cabina, la presión, el dióxido de carbono y las mediciones acústicas", indican desde la NASA. "Los vuelos suborbitales múltiples proporcionan pruebas de sensores que podrían usarse en naves con tripulación", añaden.
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Validación de hardware de imágenes telemétricas para imágenes biológicas autónomas y asistidas por tripulación en aplicaciones suborbitales: No es la primera vez que se estudia los efectos de la microgravedad en las plantas, ya que el 13 de diciembre ya estaba a bordo del vuelo Virgin Galactic. Este útil usa "imágenes biológicas fluorescentes para recopilar datos sobre la respuesta biológica de una planta o tejido vegetal", informan en el comunicado de la NASA.
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Plataforma de aislamiento de vibraciones (VIP): Es una interfaz de montaje para vehículos y soborbitales diseñados para "disminuir las perturbaciones durante el vuelo". En las diferentes fases del vuelo que tienen más movimiento, como son el lanzamiento, el reingreso y el aterrizaje, una herramienta asegura mecanicamente el vehículo. También se ha probado el pasado 13 de diciembre en el vuelo de Virgin Galactic.
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Tecnología de gestión de propulsor verde de gravedad cero: Es un experimento que ayudará a mejorar la tecnología para controlar los combustibles verdes no tóxicos en los tanques de propulsores de las naves espaciales. Es una tecnología complementaria a otra misión de la NASA "y podría "beneficiar a futuras misiones en el espacio cercano y profundo", indican.
Virgin Galactic comenzará pruebas para llegar al espacio
Contratado por la NASA
Blue Origin, al igual que otras empresas de vuelos espaciales comerciales de Estados Unidos, como Virgin Galactic, ha sido contratada para proporcionar servicios a la NASA para pruebas de vuelo y demostración de instrumentos, técnicas y tecnologías.
Los investigadores y la industria que se mueven en los ámbitos de la exploración, aplicaciones espaciales comerciales u otras tecnologías de utilización del espacio que la NASA ve interesante, pueden recibir subvenciones del programa Flight Opportunities para usar sus vuelos suborbitales, tanto de Blue Origin como de Virgin Galactic e, incluso, otras.
No habrá que esperar mucho más para ver el siguiente lanzamiento de este tipo, según ha indicado la agencia norteamericana. El próximo vuelo se realizará el próximo mes de enero, ya en 2019.