Durante 18 meses una serie de incidentes levantaron las alarmas de la Armada y Fuerza Aérea de los Estados Unidos, revelando hackeos a sus contratistas con la intención de robar información relevante, incluyendo los servicios de mantenimiento de los buques y planos de misiles, ha informado The Wall Street Journal (WSJ).
El origen de estos ciberataques apuntan a China. Las autoridades e investigadores de seguridad han indicado que la información robada a la Armada es muy sensible y clasificada acerca de la tecnología militar que utilizan. En junio, entre la información robada se encontraban los planos de construcción de un misil supersónico antibuque, planeado para ser usado por submarinos de los Estados Unidos, indicó uno de los contratistas a WSJ.
Los ataques chinos están apuntado a contratistas de todos los tamaños. Sin embargo, dado que los más pequeños no pueden pagar por sistemas de seguridad tan robustos, son los que resultan ser las presas más fáciles.
Aparte, los investigadores indican que los hackers también intentaron robar información a universidades con laboratorios de investigación militar.
La Armada no ha detallado cuántos ataques recibió en los últimos 18 meses, pero ha aceptado que han sido “mas de un puñado”. Richard Spencer, Secretario de la Armada, comentó:
> Los ataques a nuestras redes no son nuevos, pero los intentos de robar información crítica están aumentando tanto en severidad como en sofisticación. Debemos actuar con decisión para entender la naturaleza de estos ataques y cómo prevenir la pérdida de información militar vital.
Aunque Spencer no culpa directamente a China, algunos oficiales han dicho que se trata de objetivos que son de interés para la nación asiática y que los rastros dejados apuntan a Pekín. Además, es bien sabido tienen en la mira a agencias estadounidenses. China ha negado cualquier implicación en estos ciberataques.
Para Estados Unidos esto no es ninguna novedad y en el 2015 habían acordado que China dejara de hacer espionaje económico digital. De hecho, un informe reciente del Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad de la Oficina de la Dirección de Inteligencia Nacional (DNI) ya había apuntado a China como uno de los países con más peligrosidad para espiar a empresas internacionales.