Battlefield V repite fórmula con nuevas mecánicas que demuestran que sigue siendo el rey de la guerra a gran escala, pero esta ocasión es un tanto atípica y deja un sabor agridulce, relegando la mayoría de lo nuevo a promesas de lanzamientos en el futuro. Con todo, sigue teniendo la mejor base para un multjugador tanto en posibilidad como en efectismo. Battlefield V se anunciaba en un momento complicado. Con menos bombo y platillo que su antecesor, llegaba en un momento en el que los astros alineaban dos lanzamientos sin precedentes para la última etapa de año: Call of Duty y Red Dead Redemption 2, dos pesos pesados que podían ponderar la balanza de compra hacia ellos en vez de Battlefield, el primero por llegar antes, el segundo por hacerlo justo la misma semana.
Con ello, EA/DICE decidieron que podía ser bueno para sus ventas y jugadores retrasar el juego hacia finales de octubre. Además de más tiempo para pulir el desarrollo, aligeraban la posible competencia para su buque insignia multijugador. ¿El resultado? El tiempo extra nos ha dado un título mucho más pulido que en su más que buena beta, pero ciertamente carente de contenido más allá de lo básico, y el tiempo dirá si ha sido un decisión acertada desde el punto de vista de las ventas.
Jugamos la beta de ‘Battlefield V’, el cambio más radical de la saga en años
Sobre el papel, Battlefield V no cambia nada respecto a lo que ya teníamos más allá de un par de nuevas mecánicas que, si bien afectan a la jugabilidad, no suponen un gran salto respecto a lo que la compañía venia desarrollando desde hacia varios años. La Segunda Guerra Mundial poco cambia respecto a la primera dentro del juego, y el salto respecto al Battlefield 1 es limitado en este sentido, pero sin duda es un período muy apropiado para hacer un juego en el que la guerra a gran escala es su principal reclamo.
No hay duda que, visto el contenido de lanzamiento, EA/DICE ha planificado el juego como un título a largo plazo bajo el nuevo estándar del juego como servicio: contenido gratuito a lo largo del tiempo para dar continuidad al juego, pero por el camino el recorte de contenido, para un juego de precio completo, es lo que más nos ha llamado la atención.
Como decimos, las bases del juego son sólidas y poco hay que cambiar ahí, pero llama la atención que el principal reclamo de este final de generación, el Battle Royale, se vaya al mes de marzo y nos tengamos que conformar con tres historias para el modo de un jugador -con una cuarta en camino- y a los modos de juego que ya estaban en la versión anterior. Evolución, en este apartado, poca.
Si bien las historias de guerra, el modo para un jugador de Battlefield está algo mejor diseñado que en BF1, lo cierto es que es especialmente corto en duración (alrededor de 1 hora y 30 minutos cada una en modo Fanático para un jugador experimentado), y lo cierto es que ni siquiera sirve para aprender las mecánicas del juego, puesto que funciona de forma separada con cierta carga narrativa.
Todas repiten el mismo esquema: un gran misión separada en tres partes con algunos de los elementos del multijugador pero con especial atención, sobre todo, en el sigilo más que en la guerra a gran escala. Solo una de ellas parece hacer especial hincapié en este sentido, y lo cierto es que es la que más se parece al modo multijugador y más espectacularidad ofrece al jugador. Sea como sea, sigue siendo una aproximación interesante para contar una historia diferente de la Segunda Guerra Mundial y para sacar pecho en el apartado técnico, que es sobresaliente en todos los sentidos, incluso en una PS4 de base.
Sobre el multijugador, pocas pegas le podemos sacar. Si bien la ausencia de Vientos de Guerra es una cuestión menor en tanto estará disponible en un par de semanas, el Battle Royale si que es una pérdida importante, más cuando su eterno competidor sí que ha hecho los deberes y ha puesto sobre la mesa un modo bastante competente y pulido desde su inicios. Para este "Firestorm" habrá que esperar hasta marzo, y no sabemos si se habrá diluido el juego lo suficiente como para que sirva de atracción masiva de jugadores.
El multijugador es de sobra conocido, y quizás la única parte que sobresale son los cambios en el modo Operaciones, ahora llamado Gran Operaciones, que muestra mayor potencial en cuanto a detalle y dimensión, y sin duda es una forma muy atractiva de poner en un mismo lugar todos los modos de juego que incluye Battlefield, la verdadera dimensión a de la guerra a gran escala y, en la que sin duda, ninguno de sus competidores hace sombra al juego de EA/DICE.
Sobre la carencia de contenido, si bien es cierto que quizá los mapas de lanzamiento se antojan algo escasos, sabemos que la apuesta de Battlefield V es el largo plazo, con un aluvión de contenido que irá llegado próximamente de forma gratuita a todos los jugadores, por lo que solo es un problema de cara a las primeras semanas del juego. DICE es especialmente detallista en el contenido post lanzamiento, por lo en este sentido tenemos plena confianza en el que Battlefield V irá mejorando en este aspecto según vayan pasando los meses, más cuando sus base de multijugador siguen siendo tan buenas como las que más sin que sea necesario repensar la fórmula.
Sea como sea, Battlefield V es un lanzamiento atípico en muchos sentidos pero que pone sobre la mesa un juego con el que construir una comunidad sin precedentes si esas promesas de nuevas formas de jugar se cumplen. Todavía tenemos mucho pendiente, Vientos de Guerra, los eventos especiales del juego, *pueden cambiar mucho la forma de enganchar a los jugadores*, por lo que habrá que esperar una semana más para ver qué ha preparado DICE en este aspecto.
Firestorm será otro de los atractivos del juego cuando llegue, por lo que de momento, y con lo que tenemos -más las promesas que hechos-, deja un poso agridulce con un multijugador sobresaliente en lo técnico y en lo jugable y un viejo conocido en todo lo demás.
Todo ello, junto con las garantías que todo el contenido postlanzamiento será gratuito, hacen que la balanza se decante hacia la recomendación de su compra, aunque más con la vista puesta en el futuro del título. Independientemente de lo que llegue más adelante, Battlefield V sigue siendo la definición de la guerra a gran escala, y a los que cautivó en el pasado seguirá haciendo en esta nuevo entrega.
Conclusión
A Battlefield V lo tendremos que juzgar con el tiempo, cuando todas las promesas de nuevo contenido estén sobre la mesa, lo que nos deja un lanzamiento un tanto descafeinado en posibilidades, pero que deja constatado que tiene la mejor base para disfrutar de un juego efectista en el cada uno de sus elementos encajan a la perfección.
La ausencia más notable es la del Battle Royale, pero la llegada próxima de Vientos de Guerra, junto con los modos clásicos del Battlefield hace que los fanáticos de la Sagan puedan seguir disfrutando de un título sólido y divertido, eso sí, con un sinfín de reminiscencias de la entrega anterior.
Pros
- El apartado técnicos sigue siendo sobresaliente.
- Las nuevas mecánicas, como las notificaciones o el sistema de curación aportan mayor dinamismo.
- El modo para un jugador es efectista, está bien contado y es diferente a lo que ofrecen otros juegos.
- Que su planificación post lanzamiento llegue con contenido gratuito
Contras
- Ausencia de contenido en lanzamiento, sobre todo el Battle Royale.
- Campaña extremadamente corta que funciona como un "sandbox separado" del resto del juego, pese a compartir mecánicas.
- Repite muchos convencionalismos de la entrega anterior y la Segunda Guerra Mundial es algo secundario para sus escenarios.