No eres el único si tienes más que serias dudas con aquello de meter más dispositivos conectados a en tu casa. Sean de Facebook o no, lo cierto es que por motivos muy distintos la privacidad está en tela de juicio hoy más que nunca. Después de ver hackeos, filtraciones y comportamientos de todo tipo en lo que a nuestros datos online respecta, el famoso 'internet de las cosas' es capaz mejorar nuestras vidas, aunque quizás a un precio que no todos están dispuestos a pagar.

No son solo cámaras, micrófonos y sensores de todo tipo allá donde vas, sino la unión de estos con sistemas capaces de procesar todos esos datos y encontrarte entre la multitud, explotar tus datos para uso comercial o para bombardearte con publicidad todavía mejor segmentada. Por supuesto, nada de esto tiene por qué ocurrir.

Qué es el Internet of Things y cómo cambiará nuestra vida en el futuro

OpenDoTT, IoT basado en la confianza y pensado desde abajo

Para ayudar a que así sea, desde Mozilla han decidido involucrarse desde abajo lanzando un programa de formación en colaboración con la Universidad de Dundee, en Reino Unido. OpenDoTT —de Open Design of Trusted Things, o diseño abierto de las cosas de confianza— consta becas de doctorado para investigadores y diseñadores, financiado con fondos de nada menos que el programa Horizonte 2020 de la Unión Europea.

De alguna forma, la intención es cimentar la competencia con las grandes corporaciones que actualmente desarrollan gran parte de estos sistemas. Formando a los profesionales mismos que diseñen los dispositivos IoT del futuro desde estándares más abiertos quieren acabar con las prácticas de seguimiento, el acoso, la inseguridad o los sistemas cerrados.

Para ello cuentan con 1.5 millones de euros, lo cual no parece demasiado atendiendo a su objetivo final, pero que es sin duda un comienzo. La idea es que los doctorandos comiencen su formación en la Universidad de Dundee en 2019 y finalicen en las propias oficinas de Mozilla en Berlín. Hay hasta cinco plazas disponibles que pueden ser solicitadas a través de su web OpenDoTT.org. De la boca del propio Jon Rogers, coordinador del proyecto:

"Este programa es un game changer para el futuro del IoT porque va de desarrollar liderazgo. El cambio pasa por la gente, y este proyecto juntará a los futuros líderes en un programa de entrenamiento situado entre la investigación universitaria y la defensa de la industria."

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La necesidad de un programa como este en pleno 2018

Lo cierto es que llevamos ya unos cuantos años viendo venir el IoT y sus posibilidades cuando este se establezca ampliamente. Con el 5G ya a punto de aterrizar, ambas tendencias se darán la mano facilitando la adopción de miles de millones de dispositivos interconectados —se estima que hasta 9 por humano en la Tierra en 2025—. Desde el coche a los enchufes, pasando por los wearables. De las bombillas al frigorífico, pasando por el termostato o el mismísimo timbre de la casa.

Se trada de un alcance que, en cierto sentido, asusta. Y no debería. Nos encontramos frente al debate de si es sano que las grandes corporaciones y sus intereses comerciales, e incluso los gobiernos, acumulen tanto alcance hasta los mismos rincones de nuestro día a día. Por si fuera poco, cada fabricante de dispositivos IoT se esfuerza a su manera por encerrar tus datos y atarte a su plataforma propietaria. Y esto impide una intercompatibilidad completa entre dispositivos de distintas marcas. Al final, esta situación resulta en varios efectos directos.

Intel y ARM unen fuerzas para mejorar la seguridad del Internet de las cosas

Por un lado, merma la competencia a favor de las tecnológicas que parecen engullir toda la innovación. Por otro, que millones de dispositivos sean hoy pocos seguros e incluso accesibles para quienes tienen el tiempo o los recursos suficientes, ya no es infrecuente que estén programados fuera de todo estándar de seguridad. Por último, que los dispositivos IoT estén diseñados para maximizar las ventas o la competitividad, y no su utilidad real o su impacto en la sociedad.

Es evidente que hay mucho por hacer, que implantar una cultura digital más depurada y sana llevará tiempo. Y aunque la iniciativa de Mozilla es solo un grano de arena, se trata de un primer paso en una dirección que merece la pena andar.