Como si de un capítulo de Black Mirror se tratara, las autoridades han logrado arrestar a un hombre que se encontraba entre la multitud de un concierto gracias al reconocimiento facial. El sospechoso, identificado como Ao, estaba disfrutando de la actuación del cantante Jacky Cheung cuando un grupo de policías lo arrestó por "delitos económicos". ¿Cómo consiguieron identificarle entre las aproximadamente 50.000 personas que se encontraban en el lugar?
Las autoridades chinas han implementado en su sistema el reconocimiento facial y, en un país lleno de cámaras de vigilancia, cada persona grabada pasa por un filtro que alerta a la policía si es buscado por algún delito.
WeChat, el nuevo informante de China para encarcelar personas
El detenido fue el primero en sorprenderse de que los agentes lograran reconocerle y uno de los policías dijo a un medio local que Ao "no anticipó que la policía lo atrapara en una multitud tan masiva". Como ocurriría en circunstancias normales, el sospechoso pensó que al estar entre la multitud podría esconderse y evitar que lo identificaran.
Pero lo que está ocurriendo en China con el uso de la tecnología por parte de las autoridades podría considerarse fuera de los estándares. Se calcula que, para 2020, China tendrá más de 600 millones de cámaras de vigilancia en las calles, con las que pretenden monitorear todo lo que ocurre y las acciones de los ciudadanos.
En este contexto, las autoridades han adoptado los sistemas de inteligencia artificial como el reconocimiento facial para rastrear en tiempo real cualquier movimiento de personas sospechosas (y no sospechosas). El Gobierno chino tiene, hasta el momento, poder ilimitado sobre el uso de esta tecnología para almacenar todos los datos posibles y crear un registro con información de cada persona.
Además del reconocimiento facial en las cámaras de seguridad, la policía también cuenta con gafas de sol con reconocimiento facial incorporado que permiten identificar a los ciudadanos y digitalizarlos. Las gafas se estarían probando en las estaciones de tren de la ciudad de Zhengzhou en lo que sería un método más de vigilancia.
En un principio, estas medidas implementadas por las autoridades tienen como objetivo identificar a personas que han violado la ley. En la teoría, se pretende hacer justicia y velar por la seguridad pero ¿a qué precio?
El hecho de que miles de cámaras monitoreen en cada momento los movimientos de la gente no parece estar unido con el respeto y el derecho a la privacidad. Muchas personas ni siquiera serán conscientes de lo que las autoridades son capaces de hacer con esta información, como crear una base de datos digitalizada de cada ciudadano.
En este momento, el derecho a la privacidad y la utilización de nuestra información está en el punto de mira por el escándalo de Facebook y Cambridge Analytica por el robo de más de 87 millones de datos para influir en las elecciones de Estados Unidos de 2016.
Muchas personas han decidido eliminar Facebook por no tener reglas claras sobre hasta qué punto la red social tiene acceso a nuestras referencias. En este contexto, es difícil imaginar la magnitud de los datos con la que pueden operar las autoridades chinas en un país que implementa cada vez más medidas de vigilancia a sus ciudadanos.