A principios de octubre, la NASA anunciaba que el famoso telescopio Hubble, después de 28 años en órbita, había sufrido una avería que había obligado a ponerlo en modo seguro, paralizando sus operaciones hasta solucionar el problema. El motivo de este incidente fue el fallo de uno de los tres giroscopios que le permiten medir la velocidad de la nave y, en base a esta, apuntar y estabilizarse en el espacio.

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Aunque en un principio la noticia despertó muchas dudas con respecto al futuro del instrumento, la agencia espacial estadounidenses ha logrado reparar el error, devolviendo al Hubble a la normalidad el pasado sábado.

La importancia de los giroscopios

El telescopio Hubble cuenta con un total de seis giroscopios, repartidos en tres pares. En cada una de estas díadas, se encuentra un giroscopio primario y otro de respaldo, diseñado para sustituir al otro en caso de avería. Lo que ocurrió a principios de este mes fue que los tres giroscopios primarios dejaron de funcionar correctamente, por lo que pasaron a sustituirlos sus compañeros de respaldo. Sin embargo, uno de ellos se había averiado varios años atrás, por lo que solo quedaron en marcha dos. Para el funcionamiento óptimo del telescopio es imprescindible que trabajen a la vez tres giroscopios, por lo que el resultado hizo necesario tomar medidas al respecto.

Después de más de dos semanas de pruebas, finalmente los ingenieros de la NASA dieron la semana pasada con el origen del problema y localizaron una forma de solucionarlo. Para ello, cambiaron el giroscopio entre diferentes niveles operativos, hasta que finalmente lograron eliminar el bloqueo que estaba llevando a que realizara mediciones demasiado elevadas. Incluso después de solventar el error el equipo decidió instalar salvaguardas adicionales que sustituyeran las mediciones del giroscopio en caso de que volviera a funcionar incorrectamente, aunque no lo ven probable.

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La primera tarea realizada por el telescopio después de volver a ponerse en marcha ha sido la observación de una galaxia distante que forma estrellas en el infrarrojo.

Casi tres décadas vigilando el espacio

Aunque en un inicio se le auguraba un funcionamiento de quince años, el Hubble ha estado detrás de un gran número de descubrimientos en torno al universo durante veintiocho años, desde que fue puesto en órbita en abril de 1990, en el marco de un proyecto conjunto de la NASA y la ESA.

Entre sus hazañas más destacadas se encuentra la obtención de imágenes y datos que ayudaron a los astrónomos a comprender mejor los agujeros negros o el descubrimiento hace dos años de la que se convertiría en la galaxia más lejana jamás detectada. Incluso logró localizar la primera molécula orgánica ubicada en un exoplaneta.

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También está detrás de fotografías que han pasado a la historia, como los famosos Pilares de la Creación, en los que se podía ver la asombrosa imagen de las trompas de elefante de gas interestelar generadas en la Nebulosa del Águila, a unos 7000 años luz de la Tierra.

El pequeño incidente del que teníamos noticia hace unas semanas podría haber puesto fin a esta larga historia de éxitos. Afortunadamente, finalmente, solo se ha convertido en un punto y seguido, con el que el Hubble volverá a convertirse en guardián del universo, desentrañando sus misterios y regalándonos fotos inolvidables.

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