Una de las mejoras más importantes anunciadas por Apple sobre los nuevos iPhone XS es, sin duda, las introducidas en Face ID. Si bien el sistema de reconocimiento facial de Apple ya era un portento cuando la compañía lo presentó hace un año, todavía había cierto hueco de mejora. En nuestra reseña a fondo del iPhone XS y XS Max hemos contado algunos de los pormenores, pero también queremos detenernos en la mejora del sistema de Face ID.

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No se trataba de potenciar la fiabilidad de Face ID, puesto que todos los test lo colocaban en su lanzamiento como la mejor alternativa a Touch ID y muy por encima de cualquier sistema de la competencia, sino más bien de mejorar la velocidad de reconocimiento y las situaciones en las que el terminal solía fallar: posiciones sin forzar, como por ejemplo en la cama, o en aquellas en los que el abuso de reflejos (entrada lateral de sol) nos obligaba a buscar otra situación para desbloquear.

Lógicamente, los puntos más débiles de Face ID también tenían su contraparte en Touch ID. Si bien antes del lanzamiento del sistema de reconocimiento de Apple ya estábamos de sobra acostumbrados a que la huella dactilar fuera rápida y fiable, está también tuvo su evolución. Y es que desde su implementación con el iPhone 6 hasta su muerte con XS, Apple mejoró el sistema a pasos agigantados: las primeras versiones de Touch ID obligaban a repetir el pulsado en varias ocasiones y nunca funcionó del todo bien con cierta humedad en las manos. Tampoco en el iPhone 7/8, y su cambio hacia botón háptico no mecánico.

En este sentido, y aunque las mejoras en Face ID son más que bienvenidas, el sistema de reconocimiento facial no necesitaba una puesta a punto, como sí que era una petición general cuando se lanzó el primer iPhone con Touch ID. Ahora Apple ha confirmado que una de las bondades del iPhone XS es la mejora en Face ID. Según Apple, el nuevo sistema de procesamiento del iPhone es capaz de poner en marcha el reconocimiento fácil más rápido y de una forma más fiable, pero en la práctica, el del iPhone X ya era lo suficientemente bueno como para que dichas mejoras no tengan una respuesta práctica de cara al usuario.

Apple se pronuncia: la fiabilidad de Face ID no ha cambiado

Si bien es más rápido en casi todas las situaciones, como han demostrado nuestras pruebas, no existe una salto cuantitativo suficientemente grande como para que se de una situación de competencia real entre las versiones de ambos sistemas. Es más rápido, reconoce mejor en la mayoría de situaciones en los que la versión de X pedía repetir, pero en términos generales ambas versiones son tan buenas para el usuario medio que la inmensa mayoría no notará diferencias.

Este es un detalle importante. Un sistema de reconocimiento facial tiene que ser transparente para el usuario, sin fricción. Si el Face ID del iPhone X ya ponía sobre la mesa esta característica, el hecho de que Apple haya mejorado silenciosamente esta característica en los XS es un paso lógico, pero también transparente que cumple de sobremanera con lo que se esperaba de ella.

Quizás, el salto lógico más importante sea ocultar totalmente Face ID del terminal, pero la tecnología todavía no permite este extremo. A día de hoy, y con las mejoras introducidas en el XS, que lo convierten en decimalmente superior respecto al X, la competencia sobre sistemas de seguridad biométricos todavía está a años luz de Apple. Incluso la alternativa más potente en este sentido, como los últimos que montan compañías como Oppo, Xiaomi o Huawei en términos de seguridad o velocidad, siguen estando muy por detrás de la compañía de la manzana.

Nuevas evidencias de que el próximo iPad tendrá Face ID

La mayor competencia en velocidad quizás no está en ningún sistema fuera de los muros de Apple, sino que estaba en el de la propia compañía. Sí, Face ID es más conveniente, pero en la práctica del día a día, Touch ID, sobre todo de la última generación, se siempre me ha parecido más rápido a la hora de acceder directamente al terminal, aún con los problemas que siempre ha arrastrado en términos de fiabilidad, como por ejemplo con las manos algo húmedas, o los inconvenientes de utilizarlo en verano, cuando los fallos se suceden de forma más común que en invierno.

Sea como sea, no veremos ningún terminal futuro de Apple con Touch ID, al menos en el móvil, pero mientras la compañía siga vendiendo las generaciones pasadas, todavía queda alguna alternativa para los nostálgicos que quieran esperar más para pasarse a la pantalla de marco a marco. Esto es una buena noticia. Face ID ha demostrado ser superior a Touch ID en conveniencia, aunque en opinión del que suscribe estas líneas no en acceso directo al terminal, y a final la comodidad, la transparencia y la ausencia total de fricción ganan la carrera a la ya casi extinguida huella dactilar en los móviles de Apple. Y todo parece indicar que el iPad y los MacBooks serán los próximos a unirse a la fiesta.

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