2017 fue un año de grandes cambios para Xiaomi, como atestigua su regreso al crecimiento o la internacionalización hacia Europa occidental, comenzada con mucho éxito por España. Sin embargo, la mejor manera de mostrar lo que en Xiaomi ha cambiado y lo que la compañía ha logrado cambiar al ecosistema Android queda mejor representado con un producto, el Xiaomi Mi A1.

En su presentación ya dijimos que "Xiaomi lanzaba su smartphone más esperado: uno sin MIUI", y no decepcionó a nadie. Xiaomi lleva años dominando en ventas globales la gama media y baja con terminales como los Redmi y los Redmi Note, pero fuera de China seguía faltando algo. La opinión pública siempre ha sido muy crítica con MIUI, y Xiaomi había hecho méritos para recibir palos. Las últimas versiones han cambiado a nivel de lo que aporta a la experiencia limpia, sin que existan sacrificios para el usuario común.

El Xiaomi Mi A1 ha cambiado para siempre el papel de Xiaomi.

Aun así, la "pureza" de Android es algo muy valorado, y siempre lo será si nadie puede lograr una fluidez similar (y casi 10 años después de la HTC Dream no se ha conseguido). Tras los Nexus, era Motorola quien estaba copando los terminales económicas sin muchas modificaciones al Android que Google entrega, pero la ahora compañía china no ha logrado ser lo que fue bajo el mando de, precisamente Google. La ilusión por los Moto G, que no han perdido calidad, se ha desvanecido. Los terminales de Motorola, que durante mucho tiempo pecaron de racanería, siguen siendo grandes referentes, pero sus precios ya no son competitivos con la amenaza emergente asiática.

Una gama necesitada de mimo

Un resumen de 2017-2018. Pese a su anticuado diseño, el Xiaomi Mi A1 no ha tenido competencia frente a terminales más modernos y capaces.

Necesitábamos un móvil que recomendar "a todo el mundo". El liderato de la gama media-baja estaba vacío, y Xiaomi vino, vio y venció. Donde nadie entregaba un rendimiento muy bueno por 229€, Xiaomi lo hizo. El ya mítico Snapdragon 625, el procesador más usado en la historia reciente de la Xiaomi, no estaba a la altura del Snapdragon 653, pero los Kirin y Mediatek de turno no le hacían sombra ni en funcionamiento, ni en conectividad ni en eficiencia energética. Donde nadie ofrecía aún un modo retrato que recordase a la gama alta, el Xiaomi Mi A1 superó complejos y brindó un recorte y algoritmo de desenfoque muy natural que enamoró a todo el público, además de aportar un zoom 2X que a día de hoy sigue prácticamente inédito en una gama que suele aportar segunda lente para poco más que el desenfoque. Donde USB-C aún era (y es) un desconocido, el Xiaomi Mi A1 pudo erigirse orgulloso con el puerto reversible.

El almacenamiento interno escaso era y es otro de los grandes enemigos de los terminales económicos (y de los gama alta hasta el iPhone 7), que normalmente presentaban 16 GB y como mucho 32 GB. Frente a ello, el Xiaomi Mi A1 nació con 64 GB bajo el brazo y soporte a tarjetas microSD, garantizando que pocos usuarios se quedarían sin espacio, incluso los más avezados fotógrafos móviles. Luego llegó un modelo inferior con 32 GB para reducir 20€ el precio, pero el efecto de los 64 GB ya había llegado y estaba en manos de miles de usuarios que agotaron el terminal en cada mercado donde fue lanzado.

En conclusión, el Xiaomi Mi A1 ha sido el líder de una categoría que necesitaba cambios, pero no revoluciones. El smartphone ya se democratizó en 2013 con el Lumia 520 y el Moto G, ese era un paso separado. Pero es muy fácil perder dignidad en una gama si se descuida, y Xiaomi ha sabido dársela. El punto negativo del Xiaomi Mi A1 a día de hoy es su diseño, no ha envejecido nada bien. Tuvo la mala suerte de llegar con marcos generosos cuando la moda iba en sentido contrario, y un año después se paga a la hora de sentir que cuando se recomienda, se está haciendo con algo "viejo". No es un asunto de industria, sino del camino que Xiaomi tomó poco después de lanzarlo.

Así serán finalmente el Xiaomi Mi A2 y el Mi A2 Lite

De sus pequeños errores han ido aprendiendo, y lo que llega mañana en forma de Xiaomi Mi A2 no dejará a prácticamente nadie descontento, con un incremento de potencia muy cuantioso, y con un diseño que, sin destacar en 2018, tampoco desentonará ni este año ni previsiblemente el que viene. Parece que llegará con un ligero incremento de precio, pero lo importante es que lo hará, a priori, sin competencia hasta casi 80€ por encima (Honor 10 y BQ Aquaris X2 Pro).