En la era smartphone, no son pocos los culebrones que se han dado año tras año. Desde casos absurdos como los de pantallas holográficas en el esperado iPhone 5, que acabó siendo el iPhone 4S, hasta otros con mayor veracidad, como el del iPhone 8 sin marcos, que acabó siendo el X, o el Galaxy X plegable o enrollable, con el que se empezó a especular hace unos siete años a raíz del desarrollo de las primeras pantallas flexibles y que está confirmado por la compañía y por DJ Koh, aunque sin nombre ni explicación definitiva de qué es.
Lo único que el CEO de la división móvil aclaró es que estaban progresando en su desarrollo, que tenía confianza en que lograrían brindar una experiencia de uso acorde a lo que se espera, y que por tanto no será un gimmick como lo fue la curva única del Note Edge o el picoproyector del Samsung Galaxy Beam. El Galaxy plegable, conocido a día de hoy como Galaxy X, lleva siendo como un lanzamiento próximo años. Así ocurrió en 2016 y 2017. Para 2018 los rumores habían ido a más hablándose de lanzamiento en IFA o CES, lo que obligaría a mover el calendario de los Galaxy S y de los Note.
Baterías curvas para alimentar 7,3 pulgadas desplegadas
Estando las pantallas desarrolladas desde hace tanto tiempo, y contando con la legión de patentes que Samsung ha ido registrando año a año, una de las dudas la planteaba la batería, dadas las complicaciones que existen incluso en terminales tradicionales como el extinto Galaxy Note 7. Según ET News, un medio surcoreano, Samsung ha comenzado a desarrollar una batería curva que iría destinada al Galaxy X.
Las cifras oscilan en un amplio rango, de 3.000 mAh a 6.000 mAh, y podrían contar con las celdas flexibles que Samsung SDI, la división de baterías, desarrolla hace años. Para que el lanzamiento sea completo, el amperaje/hora debe ser alto, si no hablaríamos de un terminal a medio cocinar.
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El dispositivo que se mostró en el CES 2018 a puerta cerrada contaría con tres paneles OLED que en total sumarían 7,3 pulgadas cuando el Galaxy X esté desplegado y 4,5 pulgadas cuando está plegado. Además, uno de esos tres paneles, que iría en la trasera, sería dedicado a mostrar notificaciones de un vistazo, algo con lo que Samsung ya ha experimentado en las curvas y en las "Always On Display".
¿Samsung Galaxy X en 2019?
El problema para el Samsung Galaxy X serían, como siempre, los plazos. Se hablaba de las fechas que hemos comentado, pero DJ Koh ya declaró que no pensaba que 2018 fuese el año si el objetivo era producir algo equilibrado. Todo ello, pese a haber declarado en 2017 que 2018 era la fecha en que pretendía lanzarse.
La última noticia de abril es que el diseño final aún no estaba decidido, por lo que definitivamente cuesta mucho apostar incluso por el CES, que ya sería terreno 2019. Parece que la tecnología lleva mucho tiempo finalizada en diversos aspectos, pero una de las claves sería cómo venderla, qué problema solventar con ello más que demostrar que técnicamente es posible. Que se lo digan al ZTE Axon M.