La agencia espacial norteamericana convocó ayer una conferencia de prensa para dar a conocer las últimas novedades acerca del telescopio James Webb, especialmente las conclusiones de un comité revisor independiente sobre el estado del que será el sustituto del Hubble en el espacio. El anuncio realizado por la NASA vuelve a ser decepcionante, ya que supone un nuevo retraso en el lanzamiento del James Webb, fijado ahora para el 30 de marzo de 2021.
Esta no es la primera vez que la agencia norteamericana postpone el envío al espacio del telescopio James Webb. El pasado mes de marzo, los investigadores detrás del observatorio ya admitieron que el lanzamiento no tendría lugar en las fechas previstas y que su construcción podría exceder los 8.000 millones de dólares, un sobrecoste que podría obligar a la NASA a pedir una nueva autorización al Congreso de Estados Unidos. Entre las conclusiones del informe difundido hoy, los revisores independientes apuntan que el nuevo retraso se debe a múltiples factores, tales como errores humanos, falta de experiencia, exceso de optimismo y complejidad del proyecto.
El retraso en el lanzamiento del telescopio James Webb obliga a los científicos de la NASA a pedir nuevas autorizaciones al Congreso de Estados Unidos, ya que originalmente su envío al espacio estaba previsto para 2018. Según ha explicado la agencia en un comunicado, el nuevo coste total del ciclo de vida del telescopio, que incluye la nueva fecha revisada, se sitúa en 9.660 millones de dólares, mientras que el presupuesto para el desarrollo es de 8.800 millones de dólares —más alto del límite establecido en los 8.000 millones de dólares iniciales—.
The James Webb Space Telescope will produce first of its kind, world-class science. Based on recommendations by an Independent Review Board, the new launch date for @NASAWebb is March 30, 2021. I'm looking forward to the launch of this historic mission. pic.twitter.com/hspDBDQOOO
— Jim Bridenstine (@JimBridenstine) June 27, 2018
La noticia, según han admitido los propios investigadores durante la conferencia de prensa, ha sentado como un jarro de agua fría entre la comunidad científica. El retraso en el lanzamiento del James Webb provocará que muchas investigaciones deban postponerse, un problema que la NASA espera que sea solo temporal —debido al tamaño y la complejidad de la misión—. Los científicos afirman que estos retrasos solo representan "resbalones" en una iniciativa de exploración espacial muy ambiciosa, pero que deben asegurarse de que el telescopio está completamente listo antes de ser lanzado. "Merecerá la pena esperar", ha dicho uno de los portavoces de la agencia.
El James Webb permitirá escribir un nuevo capítulo en la historia de la astrofísica y la astronomía. Su extraordinaria potencia —cien veces superior a la del Hubble— nos podría permitir descubrir la luz de las primeras estrellas y galaxias del universo o detectar las atmósferas de los exoplanetas, los mundos situados fuera de las fronteras del sistema solar. Este observatorio, que despegará a bordo de un cohete Ariane 5, se construye en colaboración con la Agencia Espacial de Canadá y la Agencia Espacial Europea (ESA). Las malas noticias de la NASA contrastan con las buenas nuevas anunciadas hoy mismo por su homóloga en el viejo continente, que ha publicado esta tarde en Nature nuevos resultados sobre la identidad de ‘Oumuamua, el primer cometa interestelar de la historia.