Hayabusa 2 se ha encontrado por fin con Ryugu, después de completar la distancia de 300 millones de kilómetros que separa al asteroide de la Tierra. "Todo ha ido según lo previsto. La sonda ha llegado a su destino", ha asegurado un portavoz de la Agencia Aeroespacial Japonesa (JAXA) durante una conferencia de prensa recogida por la agencia Reuters.

La misión japonesa, una de las más destacadas de 2018, fue lanzada en diciembre de 2014 desde el Centro Espacial de Tanegashima. Tras casi cuatro años en el espacio, la sonda tiene como objetivo explorar este objeto rocoso próximo a nuestro planeta, que forma parte de los conocidos asteroides Apolo. Durante los próximos meses, Hayabusa 2 se situará en una órbita a veinte kilómetros de Ryugu para analizar sus características y mapear su superficie.

La forma del asteroide Ryugu ha sorprendido a los científicos. Aunque inicialmente se creía que era un cuerpo redondeado, las imágenes tomadas por Hayabusa 2 han revelado que su estructura se parece más a un "diamante espacial" o una "peonza". Las fotografías además han sugerido la presencia de grandes cráteres y rocas en su superficie, lo que dificultará las maniobras de aterrizaje de la sonda. El eje de rotación de Ryugu —cuyo diámetro es menor al kilómetro— es perpendicular a su órbita y el asteroide consigue completar una vuelta alrededor de sí mismo en aproximadamente 7,5 horas.

"Estamos aliviados, pero ahora hay tensión para ver si la misión principal irá bien", ha asegurado un portavoz de JAXA. La misión tiene como objetivo aterrizar en Ryugu y tomar muestras del asteroide, utilizando incluso un proyectil que disparará contra el suelo para recolectar "material fresco". Durante el próximo año y medio la misión Hayabusa 2 tratará de recabar más información sobre este objeto rocoso, que nos podría ofrecer más pistas sobre el origen del sistema solar y de la vida en la Tierra. Si todo sale según lo previsto, la sonda volverá a nuestro planeta en 2020, convirtiéndose en la segunda en la historia de Japón en recoger muestras directas de un asteroide.

La primera en conseguirlo fue la sonda Hayabusa, que estudió el asteroide Itokawa hace algo más de una década. Este primer objeto rocoso era mucho más pequeño que Ryugu y tenía una apariencia similar a un cacahuete. Aquella misión logró extraer muestras del asteroide y traerlas de vuelta a la Tierra, aunque en una cantidad mucho menor de lo previsto inicialmente.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: